¿A qué juega este Racing?

Cuesta entender una involución tan pronunciada. Es evidente que no se puede esperar algo igual a lo que hizo el equipo campeón de la temporada pasada. Es otro Racing, eso está claro. Lo que llama demasiado la atención es que la idea de juego, aun sin tener efectividad, también quedó absolutamente olvidada. Con el mismo entrenador, con muchos jugadores campeones y hasta con refuerzos que eligió el mismo cuerpo técnico, nadie sabe a ciencia cierta a qué juega Racing.

En el partido con Lanús sumó todas las falencias que viene demostrando hace tiempo y le agregó el condimento ácido de la derrota, en un momento clave del campeonato. Racing se fue de la cancha granate con las manos vacías por méritos propios. Este equipo se olvidó de atacar, no genera situaciones, no hilvana mas de tres pases y duda muchísimo en defensa. Y es una situación que se viene repitiendo desde hace, al menos, cuatro meses.

En el partido, Racing casi no pateó al arco. Los dos equipos jugaron un pobre primer tiempo, con apenas un remate de Rojas desde el borde del área como única jugada de peligro para el equipo del Chacho. En el segundo tiempo, las cosas empeoraron para la Academia. Coudet sacó a Zaracho en el entretiempo (estaba amonestado) e ingresó, una vez más, un intrascendente Walter Montoya. Lanús se vino para adelante y Racing dejó de presionar. Entregó la pelota y el partido. El ingreso del pibe Andrada y del cuestionado Cristaldo no cambiaron la ecuación. En una jugada rápida de Marcelino Moreno que agarró mal parada a la defensa, habilitó a Di Plácido que apareció solo por la derecha y definió cruzado. Iban 32 minutos. Fin de la historia.

Preocupa el nivel general del equipo e individual de sus jugadores. El sábado, frente a Tigre, tendrá que hacer mucho más si quiere ganar el Trofeo de Campeones.

Racing se juega todo el sábado

La idea de Coudet fue poner mayoría de titulares contra Lanus para no perder terreno en la Superliga. Le salió mal, obviamente. Por lo tanto, el partido del sábado frente a Tigre significará mucho para el entrenador que no solo quiere ganar otro titulo, sino que buscará revertir su imagen luego de unos meses muy pobres. El campeonato logrado ya quedó atrás. Coudet siempre tendrá el agradecimiento del hincha. Pero esta realidad es alarmante.

Hoy Racing no tiene el nivel futbolístico para llegar tranquilo a la final. Y gran parte de esa responsabilidad es del entrenador. Es cierto que tuvo muchas bajas por lesión, pero también es cierto que eligió mal los refuerzos y que jamás pudo lograr que este equipo juegue bien. Ojalá se vaya el sábado con una sonrisa. Su ciclo debe terminar de la mejor manera. Pero también se necesita, de cara lo que viene y de forma urgente, un cambio de aire. A despertar de una vez, Racing.