Nos salvó la campana. Llegamos al rincón al borde del nocaut. Besamos dos veces la lona, afuera de la Libertadores 2019 y eliminados prematuramente de la Copa Argentina. Si nos sacaban el banquito una vez más, nos noqueaban. Llegó justo la finalización de la temporada local y el parate en la Copa. No quedaba aire. Ni siquiera con la mejoría que se vio en Belo Horizonte más allá de unos desastrosos primeros 15 minutos de juego. Por fin se terminó un cierre de torneo que fue eterno, con tres derrotas consecutivas y una herida que no paraba.
Ahora habrá tiempo para recuperar piernas, soldados, despejar la cabeza y armar un nuevo plantel con más caras nuevas de las que se pensaba. Si Racing quiere ir en serio por la Libertadores deberá, como mínimo, encontrar a un 9 que pueda reemplazar a Lautaro, un lateral izquierdo de jerarquía y recuperar a un desconocido Neri Cardozo. Después, el recambio será fundamental: otro central que no haga extrañar a Donatti o Sigali, un cinco que esté acorde a los prestaciones que da Domínguez y más volantes/delanteros con llegada al gol. Quedamos segundos y el futuro no cambia demasiado: los octavos serían duros independientemente de la posición.
EXCELENTE COMENTARIO, bien pero racing jugando asi ganará mas de lo que perdera, que nos dure licha y podamos traer un refuerzo por linea, racing me produce orgullo jugando asi.
Racing gana esta la Libertadores 2018? No? Entonces llegar tan lejos como se pueda y GANAR la sudamericana en 2019. Ese es un objetivo ambicioso y realista.
Muy cierto y preciso el comentario de Nando. Se va a recuperar Cardozo cuando dejen de ponerle al lado la carreta González