Amaral: “Si no largué todo fue por Delfina, mi hija”

-¿Qué cambió en vos desde los trabajos en Tita a estar con el plantel?

-Me cambió la cabeza. Pero va más allá del fútbol. En general, desde que tengo una hija (NdeR: Delfina, de un año) dejé de pensar sólo en mí. Ahora es ella, todo ella. Para seguir jugando tenía que modificar muchas cosas mías por dentro y por fuera. Lo supe cambiar y por algo ahora estoy acá con el grupo.

-¿Cómo fue entrenarse en el predio con la Cuarta, pero sin siquiera poder hacer fútbol con los pibes?

-Cuando me dijeron que tenía que ir al Tita, toqué fondo. Nunca me había pasado algo así.  Tuve que hablar en el día a día con gente del club que me fue ayudando mucho en lo anímico. También mi familia, mi mujer, mi hija... Ahora la mentalidad está en seguir trabajando mucho sin perder la humildad, como me enseñaron.

-¿Un día tuyo en Tita cómo era?

-Me entrenaba con un Profe y me iba a casa. No hacía nada más que eso. Apenas llegué al predio yo tenía bronca, calentura. Pero después me dí cuenta, con el paso de los días, fui dejando de lado a ese pibe enojado. Ahora soy otra persona.

-¿Y qué incorporó esa persona?

-Me siento más capacitado para pensar las cosas. Mi cabeza hizo un clic. Si no conseguía eso, nadie me iba a cambiar a mí. No me iban a ayudar. Tenía que hacerlo yo solo. En realidad, debí corregir las cosas mucho antes.

-¿De qué te arrepentís?

-De las boludeces que hacía con la alimentación. No me cuidaba tan bien. Yo sabía que comía mal. Y lo seguía haciendo igual. Yo pensaba que no me iba a afectar.  Hoy sé que si yo estoy mal, también lo estará mi familia. Quiero darle un buen futuro a mi hija...

-¿Alguna vez te dieron ganas de ni ir al predio?

-No, soy una persona que cumple horarios. Esto es un trabajo. Nunca me dio paja ir a la práctica. Creo que no falté nunca, iba hasta los sábados. No tenía problemas.

-¿En algún momento se te cruzó por la cabeza dejar todo?

-SI no largué todo fue por Delfina, mi hija. Hasta hace poco quería dejar de jugar al fútbol. Pero hablé mucho, me dí cuenta de que yo mantenía la capacidad de seguir jugando, de demostrar. Cuando estaba en Nacional casi que no tomé dimensión de dónde jugaba. Y las cosas se me dieron muy rápido: llega la Sub 20, el Sudamericano, el Mundial y llegar a Racing. Boludeaba y seguía en la misma. Ahora quiero jugar para poder irme a Europa lo antes posible.

-¿Es cierto el rumor de que tenés hipotiroidismo o el problema radicó en tus desajustes alimenticios?

-Me hicieron estudios que comprobaron que no tenía ningún problema. Porque el problema era yo. Mi alimentación era buena, pero me hacía el vivo... Comía más de lo normal. Pero no hamburguesas o panchos, como dijeron por ahí muchos boludos. Eso no lo hice porque siempre supe de mi tendencia a engordar. El tema es que, en vez de comer una porción, comía dos. Exageraba en las comidas.

-¿Y ahora qué ingerís?

-Hablé con la gente de Racing para que me dieran la dieta estricta que hice al principio. Bajé 10 kilos. Y mantengo esa alimentación, me acostumbré a eso porque cambió mi mente. Ahora como lo que tengo que comer o, incluso, un poco menos. Se me achicó el estómago, como suele decirse. Me lleno enseguida.

-¿Te reprochás mucho esta conducta o ya diste vuelta la página?

-Tengo calentura conmigo mismo porque sé lo que puedo demostrar. Si yo ya hubiera cambiado mi mentalidad en Nacional, hoy estaría jugando en Racing y con chances de jugar en la selección. Cuando estaba en Nacional me exigían y yo no daba bola, me hacía el boludo.

-¿Te ves debutando en la Primera de Racing?

-Ahora lógicamente siento que tengo más posibilidades. Porque antes estaba en el Tita y ahora trabajo con el plantel. Trabajo día a día, sumo minutos en las prácticas, estoy el mi mejor momento físico desde que juego al fútbol.

-¿Tenés que adaptarte a tu nueva figura para no perder fuerza en el roce?

-Cuando hacía la dieta no me dejaban hacer fútbol porque podía joderme o lesionarme. Cuando empecé a comer más proteínas empecé a mejorar la musculatura para no sentirme débil. Sé que me falta ritmo porque hace un año que no juego, pero si me dan 20 minutos en cada partido a eso lo voy a recuperar pronto. En la parte física corrí al igual que los compañeros en Orlando y no tuve ningún problema. Antes me agarraban fatigas, me dolían las piernas, me acalambraba...

-¿Pensás que tarde o temprano los hinchas van a poder disfrutar de tu juego?

-Primero tengo que disfrutar yo adentro de la cancha. Como te dije antes: toqué fondo y ahora quiero volver a ser feliz. Desde que jugué en Nacional que no volví a sentir eso. hace mucho que no escucho "qué bien jugaste" de parte de mi familia. Jugar en Reserva no es lo mismo... Una vez que disfrute yo, me gustaría que el hincha se identifique con mi juego. Por acá pasaron pasaron muchos uruguayos y también quiero dejar mi marca. Primero, entrenar y entrenar para estar entre los 18. Después, pelear por un lugar entre los 11.

-¿Te hablaron de Rubén Paz?

-Sí, mucho. Es muy ídolo acá. Ojalá yo pueda ser ídolo, pero quiero ayudar al equipo.

-¿Cómo te llevás con la intensidad que pide Coudet?

-Pero en el fútbol de hoy el enganche tiene que correr más que un cinco o un zaguero, por lo menos ocupado espacios. Ahora hay que presionar. Antes eso no se veía tanto. En el Mundial Sub 20, cuando enfrentaba a equipos europeos, la pelota tenía dos tipos encima. hay que jugar más de primera. En la pretemporada me acostumbre a presionar cada vez que perdíamos la pelota.

-¿Quién es tu ídolo?

-Como jugué en Nacional, me gustó mucho el Chino Recova, Luis Suárez, Rubé Sosa... Ojalá pudiera copiarle la pegada al Chino, je. Dicen que yo le pego bien, pero eso hay que demostrarlo adentro de la cancha.

-¿Con quién la pasás mejor en el plantel?

-Pillud es un fenómeno, está todo el día con buena onda. Es un indo grupo. Cuando llegué me daban mucho ánimo y ahora más. El Chacho me felicitó en algunos entrenamientos.

-¿Cómo tomaste que tocara River en los octavos?

-River se está afirmando como copero en Sudamerica pero no hay que tenerle miedo. Tenemos un buen equipo, mis compañeros lo demostraron en el semestre pasado. Los muchachos están bien.

-¿Qué ves cuando te mirás en el espejo?

-Que hasta me cambió la cara, je, de cómo adelgacé.