En el lugar donde todo se hizo a pulmón, en aquel galpón abandonado levantado como lo que hoy es el sitio que cobija a las Inferiores de Racing, un grupo de hinchas se reunirá en lo que será otra expresión pura de amor por una camiseta. No construirán un predio como lo hicieron aquellos “obreros” del alma, no eregirán obras edilicias ni alentarán a un equipos de las categorías menores porque, simplemente, no habrá partidos. Estos fanáticos de la Academia se juntarán para ponerse a disposición del armado de un recibimiento que quieren que sea histórico cuando el equipo salte al Cilindro para enfrentar el 9 de agosto a River, en la ida por los octavos de la Libertadores.
La idea original fue impulsada por fanas que, a través de rifas, recaudaron 80.000 pesos, dinero al que se agregó el que pusieron de su bolsillo para la compra de ¡40.000 banderitas de plástico! que se diseminarán por todo el Cilindro. Con el fin de preparar el cotillón de la fiesta, se les ocurrió convocar a hinchas para que se presenten este sábado, desde las 11, en el predio Tita Mattiussi y ayuden en el ensamble de los elementos.
“En la rifa sorteamos cinco premios que cada uno de nosotros fue poniendo. Compramos 20.000 banderitas celestes que irán a la parte superior del estadio y 20.000 blancas en la inferior. Una hora antes del partido habrá quienes se ubicarán en diferentes sectores del estadio para entregar las banderas. La idea surgió porque será un partido definitorio y Racing siempre se caracterizó por ser distinto. Será un recibimiento histórico. Ahora necesitamos gente que tenga ganas de colaborar en el armado, en el predio”, le detalló a RDA uno de los organizadores. “Banderas en tu corazón”, cantaba el Indio en Los Redondos. Estarán en el corazón de los hinchas de la Academia este sábado.
En una noche lejana del 97, también contra River por la Copa, se desplegó como una catarata de tela la que fue considerada la bandera más grande del mundo. Y ahora el cotillón de nuevo promete ponerle color a tribunas que estarán colmadas.
De suplente.
Todos tenemos que a acompañar a la grandiosa academia