Ricardo Centurión volvió a su hogar. Así lo hizo saber desde el primer minuto en que se puso nuevamente la celeste y blanca. En una nota profunda con Supermitre (AM 790), Ricky contó mucho de lo que vivió en su infancia, donde recibió un gran apoyo por parte de su familia para lograr cumplir su sueño. "Le debo mucho a mi abuela Yaya, que fue la que me llevó de la mano a la prueba en Racing. Cuando mi mamá me iba a ver en las Inferiores me inhibía, le pedía que no fuera, estaba acostumbrado a la mirada de mi abuela", aseguró.
El volante no se olvida de que gracias a la pelota pudo cambiar su vida. Nacido en un barrio donde sobraban los excesos y abundaban las posibilidades de dedicarse a robar o caer en las adicciones, Centu afirmó: "Yo tuve la opción de agarrar la droga y el choreo, pero opté por el camino del deporte. Mi vieja estaba internada en un hotel para traer el pan, por eso me esforcé para salir adelante. Ya no soy el chico de Villa Luján, soy Centurión y en el barrio me ven como un signo peso. No quiero vivir más allí".
Tras su vuelta a la Academia, el futbolista de 25 años no mostró una buena imagen ante Unión pero rápidamente consiguió revertirla ante Olimpo, asistiendo en el primer gol y convirtiendo el segundo para darle un importante triunfo a los dirigidos por Coudet. Justamente, tuvo palabras de elogio para con el entrenador. "La mejor decisión fue volver a Racing, es mi casa y lo siento así. Sabía que me iba a adaptar rápidamente, el técnico tuvo mucho que ver", destáco Ricky.
Por último, en relación a los diversos escándalos que atravesó en su reciente etapa en Boca, Centu se mostró maduro y consciente de que algunos medios de comunicación tienen puesta la lupa en cada uno de sus pasos. "Capaz que mañana salgo de acá, tengo un accidente y dicen que estaba borracho o saliendo de un boliche. Lo que me pase a mí lo van a agrandar siempre, por eso trato de evitar todo, sé que soy un apuntado", cerró.