Chanchi Estévez: "Muchos de los que están ahora no aparecían en las malas"

Irreverente, desfachatado, pícaro, provocador. Esas pueden ser sólo algunas cualidades de Maximiliano Estévez, dentro de una cancha de fútbol. Campeón con Racing en 2001 y goleador de ese equipo impresionante, el ex delantero de la Academia tiene una carrera para escribir un libro. Sin pelos en la lengua, accedió a un mano a mano por Instagram con Racing de Alma para hablar de todo. Sus comienzos, el 2001, la pensión, Liliana Ripoll, su pensamiento sobre la dirigencia actual y mucho mas. Disfrutá de la entrevista exclusiva con el Chanchi Estévez. Un tipo que respira Racing.

-¿Por qué te decidiste a ser técnico?

Creo que puedo aportar bastante en un ambiente complicado. Hay cosas que se pueden mejorar.  A veces se ve el fútbol como una guerra y si perdés está todo mal… Y si bien hay una competencia, hay que saber vivir el fútbol con pasión. Lo que quiero decir es que no hay que descuidar la vida, mas allá de que el fútbol es importante. Hay que ayudar a despertar al futbolista, sobre todo al mas joven, de que la vida va un poco más allá de los resultados deportivos.

-¿En tu barrio (Villa Soldati) se jugaba mucho fútbol cuando eras chico?

Si, siempre. De esos partidos sale mi apodo. Somos 9 hermanos varones y todos jugábamos ahí. Venían de otros barrios y se armaban los torneos. Uno de mis hermanos mas grande es el verdadero Chanchi. Es zurdo, jugaba muy bien y a mí me decían el Chanchi chico, porque me relacionaban con él. En mi casa me dicen Maxi, pero en el ambiente del fútbol ya quedó el apodo para mí. Lo mas triste es que a mi hijo le van a decir igual. Yo lo voy a padecer toda mi vida y ahora se lo transmito a él, je.

-¿Y de jugar en esos torneo que mencionas es que llegas a Racing?

Claro, en un momento todos los fines de semana era jugar en dos o tres clubes distintos. Hasta que llego a Racing de Villa del Parque. Ahí jugué mis últimos dos años de baby fútbol. En pre-novena me fui a probar a Racing y en novena me ficharon.

-Sos de una familia trabajadora y me imagino que vos también tuviste que hacerlo. ¿Como eran esos trabajos antes de poder vivir del fútbol?

Tuve laburos muy locos. Había un dirigente de Racing que tenia un supermercado y un cementerio privado. Me llevó a trabajar al cementerio, me daba para los viáticos y dejaba que mi mama saque mercadería del supermercado. Pero yo no tenía idea de lo que era trabajar en un cementerio. Era invierno, en pleno Monte Grande, yo era chico y la jardinería (donde trabajaba) estaba en el fondo, atrás de todo del cementerio. Oscuridad total, imaginate. Un miedo descomunal. Salía corriendo y cruzaba el cementerio todos los días casi sin mirar, je. También trabajé en la panadería de mi hermano y hasta puse etiquetas de ropa trabajando toda la noche metido en un sótano en Once..No es nada fácil llegar a primera, hay un montón degente que te ayuda en el medio.

-¿Sentís que lo chicos de hoy no valoran tanto las cosas como antes?

Son otras épocas y no todos los chicos son iguales, pero la mayoría de los chicos hoy no valoran cosas que nosotros antes sí. Los lugares de entrenamiento, los botines… nosotros los heredábamos de los jugadores de primera y hacíamos todo con ese par, hasta ir a bailar jeje. Hoy tienen pares de todos los colores, pero te repito, son diferentes épocas.

-¿Te acordás de tu debut en primera?

Recuerdo todo. Había jugado mucho tiempo en Reserva y en una Cuarta División espectacular. Tenia un poco la fama de que me comportaba mal, y había pasado lo de Brindisi, que me mandó a mi casa en el 97 por llegar tarde a un entrenamiento. Me presenté al inicio de la temporada 98 y en la primera práctica Cappa me puso de titular. Yo no entendía nada. Jugué pésimo por los nervios. A los dos o tres días jugamos copa de verano contra Independiente y fui titular. El segundo amistoso con Boca también. Y a partir de ahí empecé. Cappa me quería meter siempre, a pesar de después volvieron todos y era un equipazo. El Mago Capria, Matute, Bezombe, Michelini, Facciuto, Latorre y el tipo insitía en ponerme a mí. Me dio mucha confianza.

- ¿Como era dormir en la pensión de Racing y como era Tita, para los chicos que no la conocen?

Tita era un personaje. Muy maternal y divertida. Sabía todo de los chicos, cómo jugaba, qué le pasaba, si un pibe estaba mal y necesitaba ayuda ella lo sabía. Vivía en el club y para el club. Fue algo increíble. Lo de Tita en Racing fue algo único, no existe nada igual. Yo me quedaba solamente uno o dos días en la pensión antes de los partidos, no estaba todos los días. Pero era una odisea, no había mucha comida, no habia pelotas para entrenar, no tenias ropa, los chicos estaban como podían y había que aguantar. Peor la pasaban los chicos del interior, que dejaban todo y no estaba tan bueno. No la pasaban bien. Son anécdotas para recordar, que en ese momento la tuvimos que pasar. Hoy los pibes viven otra realidad.

-¿Cuál era tu sueño con la primera plata importante que ganaras en Racing?

Siempre tuve, en ese sentido, la cabeza bien puesta. Con el primer sueldo me compré un home theater, jeje. Quería ver películas a todo volumen.  Pero cuando firmé el contrato compré un departamento para mi mamá. Ese era mi sueño hasta ese momento: poder mejorar la calidad de vida de mi vieja. Esa casa es donde vive actualmente mi hijo.

-Fue una especie de paradoja. Por un lado, firmabas tu primer contrato, pero la realidad del club era muy mala. Hasta llegar a las famosas palabras de Ripoll. ¿Qué te acordás de ese momento?

Me acuerdo que salimos a la cancha la fecha que no nos dejaron jugar no y explotaba de gente. Me emocioné. También en Rosario (la fecha siguiente) fue una locura. Pero a mi en ese momento Racing me ayudó mucho. Me acuerdo que cobraba un viático muy bajo y cuando empecé a jugar me lo subieron bastante y para mí era una fortuna, era chico. Incluso me alquilaron un departamento para que me mude antes de firmar el contrato.

- ¿Como era el trato de la síndico Liliana Ripoll con los jugadores?

En ese momento había un abogado que actuaba de intermediario y también estaba Agustín Cejas. Él era el nexo que hablaba con el cuerpo técnico y el grupo. Una especie de director deportivo de hoy. Con Ripoll creo que hablé solo dos veces. Una de esas veces fue cuando me fui a jugar al Liverpool (año 2000) y me llamó a Inglaterra para avisarme que me tenia que volver a los 15 dias.

- ¿Como fue ese paso por Inglaterra?

Racing no podía vender si no era publicando en el diario. Tenía que hacerlo público, por el tema de la quiebra. Racing pedía una plata y el Liverpool quería pagar, pero con impuestos incluidos. A mí me habían hecho un seguro para poder ir allá y entrenar, pero después de 15 días me llamó Ripoll para volver. Los entrenamientos en Liverpool eran un festival. Terminabas de entrenar y comías ahí, las canchas espectaculares. Estaba Michael Owen, Paul Ince … otro mundo. Pude ir a pasear un poco, fui a la taberna de los Beatles, estuvo divertido.

-Tu carrera es para un libro. Jugaste en más de 10 países, incluyendo Corea. ¿Cómo fue que llegaste ahi?

Fue en el 2007. Salió la oferta y me fui. Firmé por un año. Resulta que el invierno en Corea es muy crudo así que paran como tres meses para hacer una pretemporada. Justo llegué y a la semana nos vamos de pretemporada a Turquía por 20 días. Imaginate, en un club de Corea sin conocer a nadie y enseguida de viaje a Turquía! Era infumable. Lo llamé a mi representante y le dije que me quería ir. Estaba solo allá, extrañaba a todo el mundo, mi novia, mis amigos, mis perros. Me volví.

- ¿Y como es la experiencia de jugar en el ascenso argentino?

Saqué cosas muy lindas. Jugué mucho en el Nacional B, una sola vez en la Primer B con Chacarita, que conseguimos el ascenso al Nacional, y después jugué en Sacachispas (en la C) que lo había gerenciado el presidente del mercado central que es muy amigo mío. Hay toda una historia familiar con ese club. Mi viejo fue entrenador ahí, mis hermanos jugaron también, así que cuando me invitó, fui. En ese momento la C era bravísima. Entrabas a las canchas con el cuchillo entre los dientes. Había piñas, patadas, todo.

-A lo largo de tu carrera tuviste un par de altercados. ¿Te reconoces más como un provocador o un contestador?

Si a mí no me decían nada, no reaccionaba. Pero si en un partido me iban mal o me insultaban, yo saltaba como loco. Imaginate que soy el séptimo de nueve hermanos. Me ligué cachetazos de todos lados, jeje. Tenia 13 años y jugaba con pibes de 17 o 18, no podía hacer nada. Después aprendí a defenderme.

Chanchi Estévez y el recuerdo del 2001

-¿Cuándo caíste realmente que estabas en la historia grande de Racing?

Me pasaron varias cosas. Toda la vida soñé que iba a salir campeón con Racing como jugador. Incluso era un poco egoísta el sueño, porque no quería que otro salga campeón hasta que jugara yo. Se dio y toqué el cielo con las manos. Pero después, con el tiempo, lo empezás a palpar y ahi caes. Lo que era ese equipo, la mochila que teníamos encima, lo que hicimos en la cancha. Lo que consiguió ese plantel fue impresionante y encima me tocó ser el goleador del equipo. De todas formas, en ese momento lo disfruté muchísimo. Salía de mi casa y medía dos metros, era una cosa infernal.

-Además, el golpe emocional que produce lo inesperado: un equipo preparado para pelear la promoción, que empieza a ganar y sale campeón.

Si, y además no olvidemos el contexto del país. Explotó todo justo en ese momento. Nosotros estábamos concentrados y nos enteramos que la fecha parecía que no se jugaba. Nos queríamos matar. Queríamos jugar de cualquier forma. Y bueno, terminamos jugando los únicos dos partidos (River también lo hizo), un jueves 27 de diciembre. Increíble.

-En el partido final con Vélez, ¿se iban enterando cómo iba River?

No me acuerdo, pero creo que en el entretiempo nos enteramos que River ya iba ganando. Pero no preguntamos ni nada. River goleó, y sabíamos que era difícil que pierda en su cancha.

-¿Le dijeron algo a Vitali por el pase con el pecho a Chirumbolo, en el gol de Vélez?

El pelado es muy cómico. El solo se cargaba. Si miras el video, la cara que pone después del pase es de pánico. Yo pensé que le iba a pedir el cambio a Mostaza, jeje. Pero el Pelado es un tipo con una gran personalidad, es un fenómeno. Después pasa que te olvidas de todo, y en el medio de los festejos nos moríamos de risa. Lo mas importante era sacarse esa mochila, fue muy estresante y lo sentimos como un alivio.

-Después del partido con Banfield, ¿como fue ese vestuario con los dos goles que te anulan y las palabras de Mostaza que se terminaba el paso a paso?

Nos quedamos todos sorprendidos. Era la cancha de Huracán. Yo venia de la gresca con River y no podía decir nada, me anularon los dos goles y todo el mundo me decía que me quede callado, que no declare. El segundo gol fue escandaloso y pensé que había una mano negra. Pero me aguanté. Y resulta que llegamos al vestuario y nos cuentan lo que había dicho Mostaza. Las caras de todos fue increíble. Quedamos sorprendidos, pensamos que se había vuelto loco. Un crack.

-Ese plantel era muy divertido. Y además estaba Mostaza, un personaje único. ¿Como convivían?

Éramos una banda de delincuentes, jeje. Había gente grande en el plantel que se copaba y después había muchos pibes del club, que habíamos vivido de todo. Y encima, Mostaza. Me acuerdo que cuando vine de España, fui a la primera charla y se me vino a la mente la imitación que hacían de él en el programa de Tinelli. Me tenté mal. Era la primera vez que lo veía a Mostaza y no podía parar de reírme. Pero un genio, buena onda, sabía como llevar a cada uno. A mí me ayudó mucho y me dio mucha confianza. Todo el plantel era muy divertido y jodón, pero a la hora de jugar, dentro de la cancha, éramos leones.

-Hay una anécdota que cuenta que en muchos partidos Mostaza los hizo concentrar dos noches. ¿Por qué?

Si. Mostaza lo hacía. No por los casados (que se le quejaban un poco), sino por los solteros. Me señalaba a mí en representación de ese grupo y le decía al resto: “este pibe no tiene bandera a cuadros”. Les mando un beso a todos mis compañeros que me daban dos noches para descansar, jeje

-¿Como fue la relación con la gente en ese campeonato?

Fue algo mágico. Las llegadas a los estadios, ver gente grande que lloraba, que te agradecía y te pedía por favor que ganemos. Ese equipo tenía una mística con la gente especial. Los hinchas sabían que ese equipo era muy difícil que pierda y apoyaba siempre. Para nosotros fue fundamental ese apoyo. El hincha de Racing tuvo confianza que ese equipo iba a romper la racha. Y hasta el día de hoy me emociona. El otro día pasaron el especial del 2001 y aun se me pone la piel de gallina.

Su relación con la actual dirigencia

- ¿Como ves el trabajo de esta dirigencia?

Hay cosas que comparto y otras que no. No dejo de reconocer las cosas buenas, pero hay otras que me joden un poco. Por ejemplo, no darle lugar a mucha gente que se deslomó por el club, vivió muchas carencias y le dio logros importantísimos al club. Y no lo digo por mi, son muchos los chicos del 2001 y también están los muchachos de la Supercopa 88. A veces parece que Racing empezó con esta dirigencia y la verdad es que Racing tiene mucha historia y hay que darle valor a la gente que la luchó y es parte de esa historia.

- ¿Te sentiste dolido por algo en particular con esta dirigencia?

Hay internas que no voy a contar. Pero sentí que esta dirigencia me usó políticamente. Yo estuve ahí, fui a acompañar a varios lados, estuve en la puerta el día de las elecciones y después… nada. Ojo, no digo que ganaron las elecciones por mí. Pero jamás me ofrecieron, por ejemplo, un palco para ir a ver a Racing con mi hijo, que aún no conoce la cancha. Que se yo, son detalles. Después viene Sampaoli a comer sándwiches y a sacarse fotos… jeje.

- ¿Sentís que esa falta de reconocimiento es de todo Racing?

El reconocimiento que yo tengo es con la gente. Eso no cambia nunca. La gente sabe que yo di todo por Racing. Muchos de los que están ahora en el club y se llenan la boca hablando de Racing, en las malas no aparecían. A mi que no me vengan a decir Racing es esto u otro, porque yo lo viví y no los vi ahí. Después, claro, reconozco las cosas buenas y está muy bien, pero hay cosas para mejorar. Esperemos que Racing siga por el buen camino.

- ¿Conoces el nuevo predio Tita?

Si, fui a visitar a Chiche Arano, a Zanello, a Cebolla Loscri, todos amigos míos. Vi que están haciendo la entrada nueva, está muy lindo. También hay cosas que mejorar, faltan baños, un buen gimnasio, pero la pensión, las canchas, todo eso es espectacular. No creo estar en contra de la dirigencia por decir que faltan 4 inodoros, no? jeje. Busco la mejor forma de ayudar.

-¿Qué pensás del lema Racing Positivo, que se creó en 2014?

Ahora está el tema del marketing y lo entiendo. Se pone lo de Racing Positivo y los chicos de 15 o 16 años van todos atrás de eso. Y me parece bien. Pero después está la generación de los más grandes, los que se comieron los 35 años sin salir campeones. ¿Y esos también tienen que salir a decir que recién ahora Racing es positivo? ¿Antes no era positivo? Hay personas que eran hinchas de Racing y que nunca lo habían visto campeón, ¿sabes lo que es eso?. Mas positivo que eso no existe y no pasa en ningún otro club.

- ¿Como ves al Racing de Beccacece?

Me gusta la intensidad del equipo. Tal vez algunos cambios no me convencen, pero son cosas que ve el técnico que está todos los días con ellos. Me parece que Beccacece es un tipo que está muy preparado. Además, conozco a Nico Diez, que es muy amigo mío. Vienen bien y me alegro.

-¿Como es el hincha de Racing?

Lo más grande que tiene Racing es su gente. Desde que nace hasta que se muere, el hincha de Racing es positivo por naturaleza. Quiere a Racing porque son sus colores, porque lo siente así y porque es un loco de la guerra. Cuando pierde por supuesto que se pone triste, pero sabe que su fuerte es reponerse y seguir alentando. Al club lo amas y punto. En las buenas y en las malas. Y el hincha de Racing es asi. Yo amo a la gente de Racing, los adoro.