Racing se abusó en este mercado de pases. Le sacó ventaja al resto. Arrancó con el regresó del técnico campeón, que sólo podía poner dos nombres en la servilleta a la hora de pedir refuerzos, pero terminó cerrando cinco (contando al DT). Los primeros flashes se los llevó Diego Cocca y, unas semanas más tarde, las llegadas de Marcelo Meli y Marco Torsiglieri. Pero los otros dos brillan por si solos. Dos refuerzos Mundiales para la Academia. Dos pibes que vuelven hombres. Dos promesas que ya son realidad y regresan del Sudamericano como jugadores profesionales. Hoy, más maduros, son importantes opciones de recambio para el técnico (porque no pensarlos de entrada) y están listos para ser figuras en en Cilindro.
O a alguno le quedan dudas, después de hacer cinco goles en ese torneo (todos importantes y en momentos clave), que Lautaro Martínez tiene jerarquía para ser reemplazo directo de Bou o Licha. Si no fuera por él, Argentina miraría el Mundial de Corea por TV. Y Brian Mansilla, que demostró tener una zurda picante y peligrosa, y hoy hace pensar que estamos bien cubiertos si Acuña se resfría. Un poco más atrás está el pibe Matías Zaracho. De buen Sudamericano, donde mostró muchas cosas interesantes, pero que todavía debe seguir madurando.
La cantera jerarquizó el plantel, algo que se está empezando a hacer costumbre. Dos joyas valuadas en 9.000.000 de euros (cláusula de salida) el delantero y 7.000.000 el volante, que se fueron sin lustre y regresaron radiantes. Ahora, Cocca cuenta con el equilibrio perfecto entre experiencia, liderazgo y frescura. Del Tita Mattiussi a la Selección Juvenil y de ahí al Cilindro, con barba y pelos en el pecho...