Conocé al hermano mellizo de Iván Pillud

En Granadero Baigorria, pegadito a Capitán Bermúdez, vive Maxi. A simple vista no es igualito a Iván. Tiene ojos claros y un par de centímetros más que el jugador de Racing. Pocos saben que Iván Pillud tiene un hermano mellizo. Hace 34 años, el lateral derecho era el último en salir del vientre de María Rosa. Los Pillud son cuatro hermanos: Hernán es el más grande con 37 años y Brian tiene 30. Familia futbolera, el único que llegó a ser futbolista profesional es Iván. Su hermano mellizo y el más chico juegan en un torneo amateur del pueblo. Arriba y, dicen, hacen destrozos.

Si bien ambos cuando eran chiquitos jugaron en el poderoso de la zona, Santa Catalina, enseguida tomar diferentes rumbos. A Maxi siempre le dio vergüenza que lo vieran jugar y por eso se convirtió en un hincha más de Iván, que siempre tuvo claro que quería vivir del fútbol. Un paso fugaz por Infantiles de Newell's hasta que llegó el primer golpe. Con edad de Quinta, jugando para San Lorenzo, lo dejaron libre de un día para el otro. "Siempre destacó de mi hermano que se recuperó de todos los golpes. Más allá de la buena técnica, tiene una cabeza muy fuerte. En Boca lo querían pero Griffa dijo que era muy chico y también estuvo en una prueba en Independiente. Se llegó a sacar una foto con Bochini. Las vueltas de la vida, hoy está enamorado de Racing", dice Maxi, quien es encargado de logística en una empresa de saneamiento.

Fue Ricardo Caruso Lombardi, un DT con un ojo extraordinario, quien vio a Iván jugando para Tiro Federal. Tras quedar libe de San Lorenzo, fue a Renato Cesarini y de ahí a Tiro Federal, con 19 años, al Nacional B. "Caruso lo llamó después de un partido con Talleres. Todavía estaba dentro del vestuario y le dijo que lo quería para Newell's. No lo podíamos creer. Yo soy socio y el más fanático de todos. A mi hermano nunca le picó lo del hincha, lo de él era jugar".

El cuerpo técnico de Iván y Maxi Pillud

Maxi estudió dos años de periodismo deportivo y actualmente está haciendo el curso de director técnico. "Me apasiona. Veo fútbol todo el día y sería un sueño que el día de mañana pueda vivir de esto. Si es imposible, al menos dirigir acá en algo amateur, como hobbie. Iván va a ser mi ayudante. Ya hablamos algo... A él no le gustaría ser técnico, pero sí sumarse a mi cuerpo técnico. Igual todavía ni piensa en el retiro. Va a renovar con Racing y quiere seguir jugando. Su sueño es terminar ahí su carrera", comenta Maxi, en pareja y con una hija de seis meses.

"Iván siempre fue divertido, cómico... Llega a casa de mis viejos y pone música. Pero al segundo día ya quiere agarrar la carpa e irse a pescar. Mi vieja le dice culo inquieto", reconoce antes de contar la relación con la madre: "Es el más mamero de todos. Se aferra mucho a la vieja. Cuando pasó lo de la hepatitis mi mamá fue enseguida a Buenos Aires".