"Cuando tenía problemas familiares me iba a jugar al campito"

El empleado de limpieza que barre papales y botellas de plástico, restos del fiestón que armó Racing en el 4-0 sobre Huracán, interrumpe su tarea. Sorprendido por la presencia que descubre en la platea, el muchacho suelta el escobillón, saca de su bolsillo un celular y pide. “Lautaro, ¿podés grabar un audio para un primo mío?”. Aceptada la requisitoria, va por más. “Tengo un montón de selfies con jugadores, pero me falta una con vos”. Los tiempos, en poco tiempo, han cambiado. Definitivamente. El pibe que hasta hace dos años caminaba por Plaza Alsina de Avellaneda, bajo un profundo anonimato, hoy no puede dar más de diez pasos por las calles de la ciudad -ni de otras tantas- sin que se le acerque alguien. La joya de Racing, la figura del fútbol argentino, se va acostumbrando a eso. Pero jamás pierde el eje. Los tres goles que le metió a Huracán, lo que le valió quedarse con el balón, no lo apartaron ni un milímetro de su conducta centrada, siempre con la madurez impropia para un pibe de 20 años. Sin embargo, por un instante deja ese gesto adusto. Sonríe, muestra al chico que lleva en su interior. “La pelota la tengo conmigo en la cama, la tengo todo el día en la mano y duermo con ella al lado de mi cama. Me la firmaron mis compañeros y el técnico. Es un orgullo compartirlo con ellos”, cuenta.

-¿Cuánto cambió tu vida en este años?

-Uff... Jamás imaginé vivir este presente o hablar de lo que se habla. En ese momento vivía en Avellaneda y ni me conocían. Hoy en día el reconocimiento de la gente es muy grande. El fin de semana se me puso la piel de gallina cuando empezaron a cantar ("Para Lautaro, la Selección"). Un logro más que la gente de este club tan grande me reconozca. Me siento orgulloso.

-¿Es difícil no marearse?

-Es difícil. Cada uno viene de distintas familia y, por suerte, a mí nunca me faltó nada. Mi familia me recalcó un montón de cosas, siempre ser humilde. Y trato de ser así. Lo del fin de semana lo disfruté, lo sigo haciendo ahora, mirando los videos...

-¿Qué sentís cuando los ves?

-Es algo muy lindo, que no pude ni imaginar. Estoy muy agradecido con la gente del club porque me trataron como si hubiese nacido acá. Yo llegué más de grande.

-¿Es un sueño del que no querés despertar?

-No quiero que pase más. Quiero tener estos 20 años toda la vida. Se viven cosas que no se pueden explicar. Quizá tienen que estar adentro mío para saberlo. Placer, ganas de seguir aprendiendo, de seguir entrenando. Esto me llena de felicidad.

-¿Te acostumbraste a que te reconozcan mucho por la calle?

-La realidad es que soy muy vergonzoso. Antes, cuando iba a Bahía Blanca, no pasaba nada. Y en estas vacaciones, cuando salía de mi casa, ya me paraban. Son cosas difíciles de explicar. Pero hay que asumirlo porque es la realidad. Me pasaba a mí cuando quería alguna foto o ver a un jugador que admiraba. Entiendo a la gente y no me molesta para nada.

-¿Cómo son hoy tus días en Bahía Blanca cuando vas?

-La verdad, ahí me siento feliz. Por eso mis vacaciones las paso ahí. Voy, paseo, vuelvo al club donde me inicié y me tienen mucho cariño... Allá somos una familia conocida porque mi viejo jugó mucho en Villa Mitre. Soy muy agradecido...

-En tu ciudad el básquet es el primer deporte, ¿estás haciendo que empiecen a ver más fútbol?

-Es la capital del básquet. Se juega mucho y se mira mucho. El fútbol también, hay competencia.

-¿Con Ginobilli hablaste?

-No, sí con los hermanos que están en el club donde él jugaba en Bahía. Cuando voy a ver mi hermanito me los cruzo.

-¿Tus hermanos qué deportes hacen?

-Sí, el mayor (10 meses más grande que él), juega de defensor en Liniers, en Primera. Y Jano, que tiene 14, juega al básquet y está de pretemporada en Primera. Es base de Villa Mitre

-Son una familia futbolera, ¿cómo salen los picados cuando juegan?

-Mis primos también juegan. Uno era arquero, así que ese puesto lo tenemos cubierto. Después, mi mejor amigo, que es parte de mi familia, juega de defensor con mi hermano. Y a mi viejo lo mandamos al medio. Y yo, arriba. Esa es el equipo de memoria cuando nos vamos de vacaciones.

-¿Alguien les pudo ganar?

-Y, es difícil. Mi papá pega y mi primo es atajador. Este verano me fui invicto.

-¿Sos el único lírico?

-En los picados no, no te creas. Es más, yo de chico jugaba de central y les pegaba a todos...

-¿Esos partidos son los que más disfrutás?

-Sí, obvio. Disfruto mucho de eso. Ir a ver mi familia, a mi ciudad y con mi gente. Algo que antes hacía siempre y ahora sólo puedo hacerlo en diciembre.

-¿Te cuesta dormir con todo esto que te pasa?

-A veces me termino acostando tarde por esos motivos. Cuando las cosas van bien el día se hace largo. Disfruto mucho, hago cosas contento. Me junto con amigos, me divierto. Quiero disfrutar todo lo que estoy viviendo.

-¿Qué te dicen tus amigos de antes?

-No somos mucho de hablar de fútbol. Hablamos de las familias y de lo personal. Lo mismo cuando estoy con mi familia. Trato de no hablar tanto de fútbol y pensamos más en ayudar y en dar una mano. En hospitales, en el club allá en Bahía. Me siento feliz ayudando. De chico la he pasado mal y sé lo que significa eso. Mi mamá le da ropa a la gente de la calle, mi papá está ayudando con los abuelos. El y mi hermano también me dan una mano con el club de Liniers.

-¿En que la pasaste mal de chico?

-Muchos temas personales con la familia. Sé lo que es pasarla mal. A mi nunca me faltó nada, pero sé lo que es no estar cómodo o feliz.

-¿Por eso en la buena disfrutás el doble?

-Sin dudas. Hoy en día me toca estar en este club gigante y la responsabilidad que siento y tengo es mayor a todo lo que se ponga enfrente.

-¿Qué significó para vas haber hecho tres goles en el Cilindro?

-Tremendo. Nunca me había tocado hacer tres.

-Y encima Coudet te picanteó en la semana...

-Sí, me dijo que nunca lo había hecho, ja. Le hice un gesto como diciendo que era raro lo que me estaba diciendo. Por suerte se cumplió. Todavía lo sigo disfrutando.

-¿Qué fue lo más loco que te pasó con los hinchas?

-Lo que más que está pasando ahora es recibir cartas acá en el entrenamiento. Chicos, mujeres, abuelos, madres, padres. Eso es un gran orgullo. Lo siento y lo vivo como cuando era chico. Me llegaron muchas a la pensión y las guardo en mi casa. Después, una vez me sorprendió que salí de un entrenamiento y tenía un señor esperándome con 150 recortes de diarios de cosas mías. Eran de diarios que yo ni sabía que existían. Todos en folios y bien pegados. Eso fue algo muy loco. Que se tome todo ese trabajo para dar cariño.

Una Selección de Martínez
Repasamos goles, lujos y las mejores jugadas del delantero de Racing, quien sería citado por Jorge Sampaoli para los amistosos frente a Italia y España.

-¿Entendés lo que significás para la gente de Racing?

-Sï, lo asumo. Me pasaron muchas cosas en la calle, entiendo la locura de esta gente. El primer día que entré a este club había 70 hinchas afuera del estadio, los chicos de la pensión querían ver la práctica, la cancha que se caía cuando me tocó ser alcanzapelotas por primera vez en un partido contra San Lorenzo... Ahí empecé a darme cuenta de lo que era este club.

-¿El día que fuiste alcanzapelotas te sacaste fotos con algun jugador?

-No, soy muy vergonzoso. No pedía camisetas ni pantalones nada más porque me daba vergüenza.

-¿Te dolería mucho irte de Racing sin ser campeón?

-Sn dudas. Conseguir un título con este club sería algo hermoso, maravilloso. Me tocó vivir el de 2014, pero sin formar parte del plantel. Tenía la piel de gallina. El estadio estaba repleto, sin un lugar desocupado. Debe ser espectacular tener una estrella con tu nombre. Pero bueno, hasta junio estaré acá dando lo mejor de mí. Después, el club que esté por delante, tendrá que negociar de nuevo con el presidente de Racing, con mi representante y conmigo, que voy a ser el que va a tomar la decisión.

-Siempre dijiste que la liga española es la que más te gusta, pero lo del Inter parece muy firme...

-Es uno de los clubes más grandes de Italia, pelea todo siempre, juega Champions. Diego (Milito) me ha contado las experiencias que ha vivido. Ganó todo ahí, es ídolo, lo quieren. Me ha contado muchísimo de lo que es el club. Pero más allá de eso, es un club más de los que están interesados en mí. Y de eso se encarga mi representante. Yo me debo a este club.

-Cuando Milito se fue al genoa de Itali era menosjugador que vos en ese momento, pero después se consagró. ¿Ya pensás en seguir sus pasos o superarlo?

-Es difícil superarlo. Además, salió campeón dos veces con Racing, ganó Champions, torneos... Lo que él significa para esta institucvión es muy grande. La gente lo pedía y ahora lo disfruta. Está todo el día con nosotros, nos ayuda un montón, nos da su consejo, nos alienta a que sigamos. Su mente positiva Nos ayuda muchísimo.

-¿Hubo algo que te dije que te haya marcado?

-Me acuerdo cuando hice un gol en el verano ante Independiente. Recién arrancaba, después llegamos a Avellaneda y Milito me dijo que era de ahí para adelante, nunca para atrás. Un técnico que tuvo en Racing me grabó la frase "siempre dar un poco más". Eso me marco. Estoy agradecido con él y con Radaelli (ex coordinador de Inferiores).

-El domingo estuvo Sampaoli, el director deportivo del Inter ¿Cómo hacés para no sentir la presión?

-La verdad, es todo lo contrario. Me favorece muchísimo. Tengo que seguir de la misma manera y superarme para no quedar estancado y dejen de hablar de uno. Antes no me conocía nadie, ahora salgo a la calle y me reconocer. Que hablen de mí quiere decir que estoy haciendo las cosas muy bien.

-¿Qué te gustaría mejorar desde lo futbolístico?

-En cada día de práctica busco pulir detalles y seguir mejorando lo que ya tengo. Trato de ir al gimnasio todos los días para mejorar la potencia, hablé con el Profe (Octavio Manera) para hacer una rutina y entrenarme a la tarde algunos días. Todo para mejorar la coordinación y sacar más diferencia sobre el resto en los pequeños detalles.

-¿Sentís que hoy es más alcanzable el sueño de jugar el Mundial?

-Sigue siendo un sueño. Sé que hay grandes delanteros ahí, tengo que trabajar el doble para que se cumpla ese sueño. Hoy sé que estoy haciendo las cosas bien, perono puedo conformarme con eso. Tengo que ir por más. En la semana tuve una charla con el entrenador que me ha servido muchísimo también. Tengo que trabajar con humildad, seriedad y atento a los detalles.

-¿Después de los tres goles volviste a hablar con Sampaoli?

-No, no, no. No tuve contacto, pero eso me sorprendió cuando leí que ya estaba convocado a los amistosos de la Selección. No recibí ningún mensaje todavía, por eso sigue siendo un sueño para mí.

-¿Te ves tirando una pared con Messi?

-Uno se imagina un montón de cosas. Yo me imaginaba jugar en la Primera de Liniers, después quería ser como los chicos que se entrenaban con la Primera de Racing y ahora me toca vivir esto. Me imagino todo adentro de este estadio, estoy muy feliz.

-¿Cómo podrías imaginarte compartiendo cancha con Messi? ¿Le pedirías una camiseta firmada?

-No sé si me animaría. Primero me encantaría conocerlo. Fui sparring de la Selección mayor, pero no estuve en entrenamientos con Messi. Me quedé con las ganas porque es el mejor del mundo. Todo chico sueña con conocerlo.

-¿Quién fue tu referente en el puesto?

-Siempre fue Radamel Falcao por su manera de jugar, su forma de pararse en el campo, sus movimientos adentro del área, su cabezazo...

-¿Cómo sos afuera del fútbol?

-Soy una persona muy cerrada, siempre trato de resolver mis cosas solo. En ese sentido maduré un montón cuando llegué a Buenos Aires. Me ayudó mucho vivir en la pensión, compartir cosas con chicos que venían de otras vivencias, de otra familia. Aprendí mucho. Soy muy tranquilo, me mantengo relajado, estoy con mis amigos en el tiempo libre. En el club voy mucho a la pensión para estar con la gente que en su momento me dio una mano increíbe.

-¿Qué les dirías a los pibes de la pensión?

-Me ha tocado de pasarla muy mal cuando extrañaba. Pero la psicóloga de la pensión, Cecilia (Contarino), me ayudo mucho junto a los entrenadores que me trataron muy bien. También me apoyaba mucho en Mansilla, con quien hoy disfruto mucho de este momento más allá de que a él ahora no le está tocando tener participación. Vive los entrenamientos de una manera que contagia muchísimo. Me siento orgulloso de todo lo que logró él, tiene muchísimo para darle a este club. Siempre hablamos de que tenemos que entrenarnos al máximo.

-¿Hay algo que te haga sentir un pibe?

-Sí, cuando hablo con mis amigos. Después, uno tiene que vivir todo el día para esto. Hay que descansar, alimentarse bien, ir a un nutricionista, hacer hidromasaje en la piLeta si hace falta... Todo eso ayuda a la recuperación. Uno está al ciento por ciento pensando en esto.

-¿Siempre supiste que serías futbolista?

-Cuando tenía problemas familiares me iba al campito a jugar al fútbol. No te digo que dormía en la cancha porque me llamaba mi mamá. Pero si era por mí, quería dormir abajo del arco. En ese momento mi vieja me llamaba para bañarme y comer porque la otro día tenía que ir al colegio. Todas esas cosas se extrañan y se recuerda de manera increíble. Con mi hermano nos llevamos muy poca edad, a veces jugábamos nosotros dos solos a pegarnos patadas. Nos lastimábamos entre nosotros, je.

-¿La pelota es tu terapia?

-Sí, porque uno eligió esto y hace lo que uno quiere. Cuando entro a la cancha me olvido de todo y me dedico a disfrutar de correr atrás de una pelota, de meter un gol... Y el marco lo hace más lindo. A la pelota la tengo siempre en mi cabeza.

-¿Qué otro deporte te gusta practicar?

-El básquet, pero en Buenos Aires no se juega mucho. En Bahía vivía al lado de una cancha de básquet y mi hermanito jugaba ahí. Eran dos pelotas... Acá tengo un amigo que trabaja en Obras y me invitó un montón de veces a ver un partido. Algún partido iré a presenciar porque me gusta mucho.

-¿Y cómo andás para el básquet?

-Bien, je. Es más, en el vestuario hay un aro y antes de los entrenamientos o partidos lanzo un par de tiros con los compañeros. Algunos me hacen partido. A Javi García le estoy diciendo que practique solo porque no me puede de ganar nunca.

-¿Alguna vez imaginaste que ibas a generar esto?

-Jamás pensé que un estadio me ovacionaría, que griten lo que gritaron. A veces en mi casa se me pone la piel de gallina cuando voy caminando hacia mi habitación. Ahí me quedo viendo fotos mías de cuando jugaba en Liniers hasta lo que me toca vivir en este presente. Mi familia está orgullosa de mí. Ellos me ayudaron un montón desde chico.

-Tampoco habrás imaginado que tendrías chances de jugar un Mundial...

-No, no lo creía. Por eso te digo: cuando me llamó Sampaoli por primera vez, yo estaba con dos muletas y un yeso. Ese llamado me dio mucha felicidad, me parecía raro porque recién estaba operado. Esa charla me sirvió para que la recuperación se hiciera con una buena noticia. Sufrí mucho porque me lesioné cuando estaba pasando un buen momento y había vuelto bien de la Sub 20, con mucha confianza.

FUENTE: DIARIO OLÉ

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2 comentarios en “"Cuando tenía problemas familiares me iba a jugar al campito"”

  1. Este pibe es un capo. Un grandísimo jugador y parece una persona con los pies en la tierra: humilde. Ojalá pueda jugar mucho tiempo en Racing porque lo disfrutamos todos, y si se llegara a ir que sea por mucha guita porque lo vale. Ojalá nadie se apure en venderlo, una vez que agarre la selección su cotización volverá a elevarse. Abrazoooo

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