A poco de que Eduardo Coudet fuera confirmado oficialmente como técnico de Racing, en RdA repasamos toda la carrera del Chacho como futbolista y como entrenador para conocerlo a fondo.
Eduardo Germán Coudet nació en Capital Federal hace poco más de 43 años. Sus primeros pasos como futbolista profesional los dio en Platense, donde debutó en la Primera División a sus 19 años. Fue en un partido con Boca jugado en cancha de Independiente como escenario de localía para el Calamar y que terminó 0-0 en el Apertura 1993. En aquel equipo tenía de compañeros, por ejemplo, a Marcelo Espina y Pablo Erbín. Al año siguiente sería una pieza clave de un Platense protagonista que anduvo muy bien y en el que también actuaba Mariano Dalla Libera.
Los buenos rendimientos mostrados sobre el andarivel derecho del conjunto de Saavedra le abrieron las puertas al Chacho o Chucky (su apodo alternativo) para mudarse a Rosario Central. Arribó a Arroyito a mediados de 1995 a pedido de Don Angel Tulio Zof y en su debut con la Academia rosarina le convirtió un gol a Independiente en un partido disputado en la Doble Visera que terminó 1 a 1. En Central salió campeón de la Copa Conmebol 1995, en aquella final inolvidable contra Atlético Mineiro: el Canalla logró remontar el 0-4 del partido jugado en la ida en Belo Horizonte, ganó 4 a 0 la revancha y se consagró en los penales. Desde que llegó a Rosario, siempre fue adoptado por los hinchas como un hijo pródigo de la casa. Su carisma, temperamento y sus actuaciones dentro del campo lo catapultaron a ser idolatrado. El Chacho anduvo muy bien en ese primer ciclo en Central, incluidos los clásicos contra Newell´s, y hasta se dio el lujo de anotar en aquel recordado 4 a 0 de 1997, cuando festejó su conquista con movimientos eléctricos a lo Mick Jagger.
En 1998 Coudet fue transferido a San Lorenzo. Sin alcanzar el rendimiento mostrado en Central, tuvo actuaciones aceptables que captaron la atención de Ramón Diaz, técnico de River, para llevarlo al club de Nuñez. En River tuvo un gran primer paso, con la obtención de varios títulos locales, y se ganó el cariño de la gente gracias a su entrega, rabonas y buenos desempeños contra Boca, gol incluido al Xeneize en la Bombonera en la victoria 3 a 0 del Clausura 2002. Luego de ganar este último certamen se fue a jugar al Celta de Vigo de España, sosteniendo su decisión de emigrar al Viejo Continente por situaciones de inseguridad que había sufrido en la Argentina. Su paso por Vigo fue tan corto como flojo, ya que sólo disputó cuatro partidos como titular. Al año siguiente regresó a River y fue dirigido por Manuel Pellegrini y Leonardo Astrada. La buena impresión que había dejado en sus pasos previos le permitió regresar a San Lorenzo, sin brillar en 2005. Después volvió a Arroyito en 2006. En este regreso al Canalla, y como si fuera una remake al convertirle a Newell’s nuevamente en una goleada, festejó revoloteando sus codos y brazos como lo había hecho en su primera etapa.
Posteriormente fue tentado para irse a jugar al fútbol mexicano y no dudó en aceptar. Lo bien que anduvo en San Luis fue proporcionalmente a lo irregular que fue su paso por el Necaxa. Regresó a nuestro país para jugar en Colón en el Clausura 2010, cuando lo dirigió Antonio Mohamed; jugó pocos partidos desde el arranque. Como futbolista profesional terminó en la MLS de Estados Unidos, en el Philadelphia Union y luego en la segunda división de ese país, en Fort Lauderdale Strikers. Como jugador disputó más de 600 partidos y marcó 72 goles oficiales.
Su trayectoria como director técnico es más reciente y conocida. Agarró el timón de Rosario Central a principios de 2015 y su debut fue nada más y nada menos que en el Cilindro, contra el Racing campeón de Diego Cocca, por la primera fecha de ese tormeo largo. Aquella noche de viernes finalizó con victoria para los rosarinos por 1 a 0, con gol de Franco Cervi, tras un error de Sebastián Saja después de que el Chino consiguiera el record de minutos de valla invicta en la historia Racing. Fue tan auspiciosa la campaña de aquel Central en el torneo local que logró la clasificación a la Copa Libertadores 2016. Sumado a eso, llegó a jugar la final de la Copa Argentina (en semis volvió a derrotar al Racing de Cocca, 1 a 0, con gol de Marco Rubén en Salta) y perdió el partido decisivo contra Boca, habiendo sido claramente perjudicado por los fallos arbitrales.
Al año siguiente, el equipo conducido por el Chacho fue animador de su grupo en el torneo Transición y también hizo una gran campaña en el certamen continental. Tras superar holgadamente la fase de grupos inicial, derrotó a Gremio de Porto Alegre en octavos de final y terminó quedando eliminado contra Atlético Nacional de Medellín (sería el campeón de esa edición) en la instancia de cuartos de final, tras una serie muy pareja. En el segundo semestre, el equipo conducido por Coudet tuvo un paso irregular en la primera parte del torneo, pero se metió nuevamente en la final de la Copa Argentina. En un partido repleto de goles terminó perdiendo con River 4 a 3. Este fue el último encuentro que dirigió el Chacho en el Canalla. Al frente del equipo también tuvo un buen historial ante su clásico rival, ganándole dos partidos, empatando uno y perdiendo otro.
Su segunda y última experiencia para el Chacho como entrenador no tuvo mucho que ver con la primera. En mayo pasado arribó al Xolos de Tijuana, equipo sin demasiada historia en México, pero sí con mucho poder adquisitivo en la actualidad. Pese a contar con un plantel valioso en nombres y repleto de futbolistas argentinos de nivel como el caso de Gustavo Bou, Damián Musto, Alejandro Donatti, Ignacio Malcorra o Damián Pérez entre sus filas, el equipo quedó por debajo de la mitad de tabla sin cumplir los objetivos trazados y Coudet, de mutuo acuerdo con la Comisión Directiva del Xolos, se fue del equipo con el que disputó 20 encuentros, con seis partidos, siete empates e igual cantidad de caídas.
De perfil extrovertido, carismático, trabajador, enfocado y amante del fútbol ofensivo, Coudet tendrá el desafío importantísimo de impregnarle su estilo a un Racing que viene de un semestre flojo y necesita ser protagonista de la próxima Copa Libertadores. En este fin de año sus deseos serán compartidos por todos los hinchas de Racing, quienes querrán los mejores augurios para él en el banco académico en 2018.