El capitán, goleador y figura del equipo de Eduardo Coudet en esta Superliga tiene varias cualidades que encajarían a la perfección en el equipo de José. Todas las similitudes las vas a encontrar en esta nota de RDA.
Todo hincha o jugador de Racing soñó con ser parte del equipo campeón de la Libertadores y del mundo. Ser parte de esa camada histórica y vivir aquellos momentos inolvidables. Jugadores que tanto hemos escuchado por nuestros padres o abuelos.
De los relatos de nuestros seres queridos, sabemos sobre la inteligencia y el amplio conocimiento del campo de juego de Humberto Maschio. La fortaleza e impronta que imponía Roberto Perfumo en la defensa. La explosividad en el juego de las bandas de Rubén Díaz...
Sin embargo, esto, se puede encontrar en un jugador contemporáneo. Ese que reúne cada una de las características de esos jugadores que predominaron en el fútbol nacional e internacional en la década del 60.
Él es el capitán del barco que conduce Eduardo Coudet. Con 35 años, le da otra jerarquía al puntero del campeonato. Su torneo es sencillamente fantástico. Lleva convertidos 11 goles en 14 partidos disputados y sin él en el terreno, por momentos, el equipo no logra la estabilidad que necesita para mantenerse fuerte. Es la pieza del rompecabezas que da motor y contexto a una realidad.
Licha, tranquilamente podría ocupar un lugar en el famoso equipo de José. Encajaría perfecto en el planteo táctico que se empleaba, donde atacaban y defendían todos. Desde que volvió al club, su nueva versión es la de un todoterreno. Juega, asiste convierte. Y también corre, raspa, defiende como un lateral más si es neesario.
Algo similar hacía Humberto Maschio. El Bocha leía a la perfección el movimiento de sus compañeros. Durante las jugadas sabía a dónde y cómo se tenía que posicionar para la culminación de la misma.
Lisandro López tranquilamente podría acompañar en la delantera a Jaime Martinoli, un amante del gol en el campeonato del 66. El capitán también podría jugar con el Toro Raffo, ese atacante que parecía saberlo todo dentro del área. Vaya si lo demostró Norberto en la histórica final ante el Celtic en Avellaneda, convirtiendo ese gol que le dio la chance a la Academia de jugar un partido definitorio en estadio neutral.
La personalidad de Licha, ideal para el equipo del ´67
Si algo caracterizaba a ese equipo, era la personalidad para no dar por perdida una pelota. El conjunto de Pizzutti iba al frente. Siempre. La garra y el hambre de gloria que demuestra Licha partido a partido es la misma que la de los gladiadores de José.
Potrero, picardía y amor por la camiseta. Cualidades que, muchas veces, no forman parte de la nueva filosofía deportiva. Pero, se ven y no muy a menudo, en aquellos jugadores que marcan un antes y un después en la historia del fútbol argentino.
En este presente, Racing cuenta con la dicha y el orgullo de poder sentarnos en una mesa con aquellos que lo vieron a Racing campeón del mundo en 1967 y poder decirles: "Lisandro López sería titular en el equipo de José".