Su papá, el ídolo, no pudo verlo jugar porque se encontraba en Comodoro Rivadavia luego de participar de una causa noble: como invitado de lujo, en la noche del sábado asistió a la fiesta de la Filial Patagonia que, en conjunto con la asociación Juntos por un Corazoncito Feliz, realizaron un evento para ayudar a los afectados por las inundaciones. Pero Leandro, su hijo de 10 años, también se llevó todas las miradas en otra celebración: la goleada de 6-0 de la categoría preinfantiles, ante Chicago, en la mañana de este doningo.
El heredero del Príncipe, delantero como papá, no necesitó ser titular para convertirse en una de las figuras del partido en el predio Tita Mattiussi. Después de entrar en el segundo tiempo, metió los últimos dos tantos. En el primero, en una contra por derecha, Lalo recibió la pelota afuera del área, la acomodó para la zurda (su pierna hábil) y la clavó en un ángulo. El segundo lo hizo luego de una buena jugada colectiva, cuando desde el punto del penal se despachó con otra buena definición, ésta cruzada.
"Viene pintando bien Leandro, de a poco va mostrando cositas interesantes", le contó a Racing de Alma una de las personas que trabaja en la categoría.