La bronca ya pasó. Fue el primer tropiezo desde que llegó, pero sus ojos ya apuntan a Godoy Cruz. Lleno de confianza, esa que le transmitió a sus jugadores desde su llegada, pretende recuperar el nivel contra el Tomba para seguir soñando. Se le nota en su rostro. Si bien perdieron el domingo ante Belgrano, no pierde la confianza. Disfruta de cada instante en Racing. Por eso volvió. Para dar una mano porque "sentía que era el momento". Diego Cocca, en su segunda etapa en el club, cambió el ánimo de un plantel que ahora no dramatiza ante una caída. El también cambió: es más exigente con los jugadores, pasa mucho tiempo visitando Inferiores y hasta se permite divertirse con una entrevista, tomándose varios minutos y, además, quedándose a charlar de fútbol ya sin los grabadores como testigos. Y claro que sueña. Sabe que Boca perdió ante Talleres y por eso continúan a 10 puntos. "Nada es imposible en el fútbol. Es muy difícil pensar en un objetivo de acá a junio y no en el día a día. En eso pensamos. Nos concentramos en qué mejorar y analizar bien al equipo en cada momento. Darle herramientas para que crezcan nos va a llevar a conseguir resultados", le cuenta el DT campeón a Racing de Alma, mientras toma un sorbo de agua y se acomoda para la nota.
-¿Mejorando la solidez defensiva pasan a ser uno de los mejores de Argentina?
-Siento el fútbol de esa manera. Si estás sólido y ordenado, sentís que no te pueden hacer un gol, te convencés. Entonces vas para adelanta y atacás. Cuanto mejor defendés, mejor atacás porque estás convencido de que si perdés la pelota no pasa nada. Hay que tratar de que el rival no lastime. Esto lleva a cometer errores, y eso va a pasar. Lo que no voy a permitir es que luego de un error se cambié todo o se pierda la idea.
-¿Qué Racing querés ver vos desde el juego?
-No siempre todos pueden pasar la línea de la pelota. Eso sí, en caso de que nos tomen de contragolpe, tenemos que estar preparados para desarticular ese ataque. Que el rival se sienta impotente, eso lo mata. Pero tenemos que estar convencidos de que podemos lastimar. Saber que con cualquier movimiento se puede terminar en gol. Ser agresivos. Hay momentos para elaborar y jugar, y otros para apretar a fondo. Un equipo completo: defender alto, defender atrás, ataque directo y tenencia. Busco el ideal y si me equivoco lo vamos a seguir buscando.
-El domingo con Belgrano les costó…
-Nos faltan varios partidos como estos para ir aprendiendo. Tiene que ver con la madurez. Hay que seguir trabajando porque estamos defendiendo muy atrás y eso no me gusta.
-¿Las fallas fueron sólo defensivas?
-No. Somos un equipo que defiende bien, pero el domingo después del gol de ellos se desmoronó todo. Además hay que estar más finos arriba porque esto se gana con goles.
-¿Fue otro de los principales errores en Córdoba?
-Y… No podemos desperdiciar tantas situaciones de gol. Acá el primero que marca tiene grandes chances de ganar. Si la hubiéramos metido nosotros, el trámite habría sido otro, sin dudas.
-¿Qué buscás en esta nueva etapa?
-Mucho tiene que ver con los jugadores. En 2014 teníamos a Centu, que agarraba la pelota e iba para adelante. Si yo lo cambio, le corto lo mejor que tiene. Hay que ir adaptándose.
-¿Qué te transmite la gente de Racing?
-Es increíble lo que me pasa. Se creó un amor que no se va a romper, pero ojo que esto es del día a día. Siento que estoy en el lugar que quiero y eso me da más responsabilidad. No lo siento como una presión, pero si como una alegría. Que la gente de Racing esté contenta porque ganemos y juguemos bien.
-¿Se identifican con tu idea?
-Somos argentinos y todos vamos a criticar y opinar. Más con el diario del lunes. Confían en que si nos equivocamos no nos va a pasar dos veces.
-¿Qué te trajiste de tu viaje por Europa?
-Acá se vive de una manera distinta, como en ningún lado. Estamos muy enfermos. Acá le preguntas a un taxista y sabe todo. Se consume mucho, somos muy obsesivos y eso se traslada a la impaciencia. Queremos ir ganando 3-0 a los dos minutos. Allá me subí a un taxi, le pedí que me llevaran al predio del Atlético de Madrid y no sabía dónde quedaba. ¡¡Y eso que era hincha!! Acá saben todo. Somos pasionales y eso nos hace no ser cerebrales, que es lo que nos toca a nosotros. Es difícil en este contexto. Es lo que tenemos que trasmitirle al jugador, eso se hace en las prácticas y en el propio partido. Mostrando serenidad. No hay forma de no equivocarse. Tenés que poner 11 jugadores y tres cambios, la táctica, cómo atacamos, por dónde, me voy a equivocar un montón de veces...
-¿Cómo es la vida allá ajeno al fútbol?
-Lo mismo. Más tranquilo y relajado.
-Acá sos rubio de ojos claros...
-Ahora, ja. Todavía no arrancó el torneo pero después vas mutando. Pasas de lindo a feo enseguida. Por mi forma de ser, me sale natural ser tranquil. Si en esta profesión no lo hacés, se hace muy difícil para los jugadores.
-¿Cómo se trabaja con los pibes de un bajo nivel sociocultural?
-Sí, al psicólogo le digo que cada vez va a tener más laburo. Ojalá eso empiece a pasar en edades más tempranas. Creo que es clave que los dirigentes estén más actualizados con el fútbol moderno y tratar de ayudarlos. El psicólogo no hace magia. Es difícil el futbolista argentino. Los mejores salen de ese lado. Hay que hacerles entender el juego, que los ayude la cabeza. Es muy difícil. Tenemos que tratar de ayudar y contener. Mostrarle un camino para ser profesional que es lo que vale. Tener un compromiso desde los formadores. Yo me siento un formador y tengo el privilegio de poder hacerlo. Mi objetivo es poder dejarle algo hasta un pibe de 25 años. Es muy difícil
-¿Dejarle algo a alguien es un triunfo para vos?
-Es parte del objetivo de mi profesión. Cruzarme más adelante y que diga "este tipo me ayudó" o que diga que soy buena gente. Si dicen eso inflaré el pecho.
-¿Qué es lo más difícil para un DT?
-Lograr una identidad quiere decir que vos puedas tener una idea a través del tiempo. muchas veces gané sin jugar como quería. Y perdí jugando como quería. La identidad es que el equipo juegue a lo que vos querés más allá del resultado. Eso habla de que convenciste a los jugadores de lo tuyo. Que les cambies la camiseta y sepan que la identidad es la misma.
-¿Cómo les pasa a Simeone o Guardiola?
-Claro. Que se siga repitiendo en el tiempo. Eso te da crecimiento. Cuando agarrás un plantel vale 10 pesos y al año vale 200. Eso es producto del trabajo del cuerpo técnico.
-¿Cómo se sostiene una idea cuando cambian los jugadores?
-Mi idea la tengo clara y se las paso a los jugadores que son los que la llevan al máximo potencial. Lollo, por ejemplo, jugaba de una manera en Belgrano. Vino acá, cambió y empezó a crecer. Y bueno, vamos... Yo te muestro el camino y son ellos lo que me piden más. En un momento sintió que le quedó chico Racing y estaba para Europa. Y así el equipo juega a otro nivel, que es lo que potencia al resto.
-¿Los pases largos y por alto desde atrás los pedís vos?
-Sí, claro. Encontrar los espacios. Se puede hacer cuando el rival te presiona alto. Le muestro las herramientas a los jugadores y explotan sus capacidades. Vittor le pega bien y por eso lo quiero por derecha. Un jugador completo debe saber jugar por bajo y por arriba.
-La vara quedó alta, ¿soñás con un torneo internacional?
-Ganar algo con Racing ya es entrar en la historia. Las cosas son consecuencias del trabajo. Si uno se obsesiona, perdés el día a día. Yo quiero lograr un Racing ganador. Si se consigue eso, de tanto estar arriba, se va a a dar solo. Estamos armando el plantel para eso, para pelear bien arriba.
-Para eso antes fue clave Milito y ahora tenés a Licha…
-Por suerte me tocó dirigir a Diego y ahora tenemos a Lisandro con nosotros. Son jugadores muy importantes. Dos líderes que son fundamentales, con una enorme jerarquía.