El hombre de la semana. Y el empleado del mes de septiembre. Marcelo Díaz está en boca de todos en Racing. Por el cuchillo entre los dientes y por su magníficas prestaciones a lo largo de la Superliga (en la Libertadores no jugó ni un minuto). El volante de contención, que fue pieza fundamental en el bicampeonato de América que logró la Selección de Chile, no vino a la Academia a ver qué pasa. Vino a ganarse un puesto y a salir campeón. Desde el arranque mostró carisma y liderazgo, cuestiones a las que acompañó con una precisión quirúrgica a la hora de pasar el balón, sumada a una movilidad constante para volver a pedirla y seguir jugando. "Mi mejor comida es la pelota", declaró hace algunas semanas. Y vaya si nos llenó de fútbol.
Su nivel no sólo obnubiló a la prensa local sino que volvió a ponerlo en el centro de la escena chilena, donde la gran mayoría de los periodistas se deshacen en elogios y piden por la vuelta de Marcelo Diaz al seleccionado nacional. Pero a la hora de referirse al mediocampista central de Racing, algo llama la atención. No le dicen Marcelo, ni Chelo, ni el señor pase... El apodo que utilizan en el país trasandino para referirse a uno de los mejores jugadores del fútbol argentino es "Carepato". El interrogante surge de inmediato: ¿A qué se debe este curioso seudónimo?.
El apodo “Carepato” (por cara de pato), tiene una historia peculiar. La misma, radica en el parecido físico que tiene Marcelo Díaz con Horacio Rivas, jugador de la Universidad de Chile que supo vestir la casaca azul en la década del '80. Esta similitud en su apariencia, motivó que lo apodaran como a aquel jugador. Díaz vistió la camiseta de la U desde el 2006 al 2012 destacándose sobre todo tras la llegada de Jorge Sampaoli en 2011, quien decidió sacarlo del lateral derecho para ubicarlo como volante central. Y los resultados en ese puesto no tardaron en llegar. Ganó el primer tricampeonato en la historia de la U y la Copa Sudamericana, siendo una de las máximas figuras de aquel glorioso equipo. Jugando de número 5 demostró que en el fútbol se pueden hacer dos cosas a la vez. Y más tambien: Corre y piensa. Juega y hace jugar. Toca y va a buscar. Aporta la dosis exacta de corazón caliente para recuperar el balón y sangre fría para elaborar desde atrás un fútbol que brilla por su estética y convence por sus resultados. El cerebro de Racing tiene nombre y apellido. Y un apodo muy peculiar.
Es el droopy Díaz !!!!
En nada se parecen
Tipico comentario al estilo Ole,con sabor a nada.
Mas informacion sobre Racing,esto no es paparazzi.