Por donde pasa, deja marcas imborrables. No hay compañero, entrenador, asistente o hasta hincha que hable en forma negativa de Lisandro López, el capitán de Racing. Es más, pasa el tiempo y sigue siendo recordado con aprecio por aquellos que tuvieron la posibilidad de compartir tiempo con él.
Este es el caso de Jesualdo Ferreira, entrenador legendario del Porto portugués que aún se maravilla recordando las viejas épocas en las que dirigió a Licha. "Es una gran persona. Y fue uno de los mejores jugadores que tuve en mi carrera", dijo en una nota para el diario Olé. Y añadió: "Sé que ganó un campeonato en la Argentina y quedé muy feliz con esa victoria. Siempre le deseo lo mejor en lo personal y en lo profesional".
El entrenador luso dirigió al club con Lisandro como delantero desde el 2006 al 2009, año en que Licha se mudó para Francia a jugar en el Lyon. Juntos, ganaron tres ligas consecutivas (2006/7- 2007/8 - 2008/9) y la Copa de Portugal 2008/9 (Lisandro hizo en el gol en la final), lo que significó que ambos queden en la memoria de los hinchas. "Trabajamos juntos por mucho tiempo. Lisandro era muy joven todavía y fue un jugador que tuvo una gran capacidad para evolucionar rápidamente y para llegar a un nivel, como todos saben, muy elevado. A partir de ahi volvió a la Selección Argentina, fue el mejor goleador del fútbol portugués, fue el mejor goleador del campeonato en Francia, fue campeón en Francia.... por todo eso fue y seguirá siendo una gran recuerdo para mí", cerró Jesualdo.
El capitán de Racing también lo recuerda
Licha llegó a Portugal con 22 años, en su primera experiencia europea. Jugó 142 partidos en el Porto y convirtió 63 goles. El mismo jugador siempre eligió está etapa como la mejor de su carrera (antes de ser campeón con la Academia, claro), aunque muchos creen que sea la de Francia.
A su regreso a Racing en 2016, dió una entrevista a la revista El Gráfico y recordó esos momentos y al entrenador. "En el primer año en Porto me costó. El segundo ya arrancamos con uno de los mejores técnicos que tuve, Jesualdo Ferreira, que me devolvió la confianza. A partir de ahí fueron tres años muy buenos, en los que hice muchos goles y logramos varios de los siete títulos que gané en Portugal. Aprendí mucho con él, era un técnico insoportable, pero te hacía mejorar muchísimo. Fueron cuatro años muy buenos en lo personal y en lo deportivo."
Lisandro es querido y recordado en cada país donde supo brillar. Por suerte, es campeón, ídolo y bandera en el Racing de toda su vida.