En una semana, en tan sólo siete días, le cambió la vida. De golpe, casi sin darse cuenta. Pablo Cuadra todavía no puede entender lo que está pasando. Se le nota en su cara, donde sólo se le ve la sonrisa. El delantero, que el encuentro pasado metió dos asistencias para dar vuelta el partido ante Godoy Cruz, volvió a ser determinantes ante Quilmes: anticipo y definición para el 3-2, con uno menos y habiendo arrancado perdiendo 0-2. "Es el mejor momento de mi vida. No puedo encontrar algo igual y tan lindo como esto", reconoció el delantero de las Inferiores.
Y pese a sus apenas 21 años, el pibe es muy maduro y autocrítico a la hora de hacer un análisis. "Ellos arrancaron con todo porque tenían que ganar y nosotros estábamos muy dormidos. Nos agarraron distraídos. En el segundo tiempo hicimos un gran trabajo y el equipo volvió a reaccionar", contó con la alegría de haber sido parte de esta remontada ante el Cervecero.