Casi como que tímidos comienzan a recorrer el campo de juego del Cilindro, y sólo les bastarán unos pocos pasos para irse soltando y arrancar con las bromas constantes, tal como lo podemos imaginar en chicos que todavía no le dijeron adiós a la adolescencia. Pero los que no dejan de cargarse son ellos, el Chango Cárdenas, el Bocha Maschio, Tito Pizzuti, Juan Carlos Rulli, el Panadero Díaz y Fernando Parenti, gran parte del equipo campeón del mundo del ´67, que permanecerá para siempre en el corazón racinguista. Aun de la gran mayoría de nosotros, que por una cuestión generacional no llegamos a disfrutarlos en vivo (aunque, por suerte, YouTube ofrece varias perlitas).
Este sábado 4 de noviembre se cumplirán 50 años exactos de aquella tercera final ante el Celtic, en el colmado y reticente Centenario de Montevideo (con la gran mayoría de los uruguayos hinchando por el equipo escocés), y con esa excusa estos ídolos se juntaron con Racing de Alma, en la misma cancha en la que supieron desplegar un fútbol adelantado y novedoso para la época.
"Ahora la cancha está mucho más linda, no tiene comparación", dice Tito, el gran entrenador de aquella Academia, a quien casi que los años no le pasan: con 90 abriles sobre el lomo (o tal vez, mejor, 90 noviembres) la lucidez y el sentido del humor están intactos. "Claro que está mucho mejor, si en nuestra época, detrás de los arcos, había montañas de tierra", retruca Rulli, quien sin lugar a dudas se llevará el premio al más ocurrente de la jornada con sus chistes.
Y así pasa el tiempo en el césped del Cilindro, entre historias, anécdotas y risas compartidas. "Yo vivo acá nomás, en Avellaneda", arranca el Bocha Maschio, "así que a la cancha vengo siempre. La eliminación de la Sudamericana fue una lástima pero no queda otra que mirar para adelante y corregir", se atreve a decir como el gran analista de fútbol que es.
Ya lo sabés, este sábado, en la previa del partido con Talleres, habrá una gran fiesta. Y estás invitado. A 50 años del máximo hito en nuestra historia, demostrémosles a estos caballeros (eso son) que Racing no los olvida, sino que al contrario: que los tenemos más presentes que nunca.