Entrada la noche del 18 de febrero, en el Sanatorio Los Arcos, a Lisandro López se le sacaron las lágrimas y sonrió por primera vez. Al enterarse que sólo había sufrido una rotura del ligamento lateral y no el cruzado, Licha entendió que en apenas un par de meses volvería a estar dentro de una cancha.
El gran primer paso lo dio hoy, cuando apareció en la cancha auxiliar sin la férula y, caminando a buen ritmo, dio cuatro vueltas al campo de juego. La recuperación del capitán viene viento en popa. Reemplazó la férula rígida por una funcional, que sólo usa para salir a la calle y que le permite caminar con mayor normalidad. Ayer, por caso, llegó al club en jeans y de muy buen humor. A sabiendas de que iba a estar con sus compañeros, se rió y habló mucho con Aued, uno de los más compinches. Luego de la práctica (hizo parte en el campo y luego en kinesiología), habló con el vice Miguel Jiménez, se sacó fotos con algunas fanáticas y comió asado junto al resto del plantel. A poco menos de un mes de su lesión, a Lisandro aún le quedarían tres semanas para volver a jugar. Aunque tan bien viene su recuperación, que sólo él sabe si podrá quebrar algún récord...