El "Ole" que fluyó por un rato desde las gradas fue el coro de una música que sonaba sin desafinaciones en el campo. Esas tres letras, con la clásica o estirada, fueron un himno de aprobación, el festejo genuino de la aparición de una identidad que podría haber llegado a los ojos de un ciego. No pudo Facundo Sava, empantanado a mitad de camino en la idea. No pudo Ricardo Zielinski, sumergido en la inestabilidad y ausencia de apoyo del plantel. Pudo Diego Cocca, en el segundo partido oficial desde su regreso, lograr que la gente viera una marca pronunciada. El convencimiento de una manera, ese tesoro que todo entrenador persigue, regó el Cilindro como hacía bastante tiempo no quedaba reflejado. De una semana a otra , el equipo pasó de dejar dudas a funcionar como tal. Y no se trata de exagerar ni ajustarse sólo a la goleada, sino de desmenuzar una producción que fogoneó el entusiasmo por cómo se dio: completa de principio a fin. Verdad irrefutable: el Granate jugó con 10 suplentes. ¿Pero acaso Racing no enfrentó también a Rionegro Aguilas, un rival muy inferior, y sin embargo su labor fue pobre? El domingo, la Academia entregó el mejor reflejo de lo que machaca Cocca desde lo táctico, técnico y estratégico. Y también desde lo emocional. Porque Racing jugó con autoridad, compromiso voraz, hambre. Y llegó todo lo demás. El orden, la coordinación, los movimientos estudiados, las lineas que nunca quedaron separadas, audacia equilibrada y una vedette excluyente: la presión alta, como le llaman ahora a la que antes sólo se denominaba presión en campo contrario. El estandarte del libreto de Cocca es la presión con constante sensación de arrebato allá adelante. Intensa presión en todos los sectores. En bloque, sin un solo intérprete fuera de tono, como un ejército donde cada uno sabe al detalle lo que debe hacer. Convicción hacia una línea, la demostración de que el mensaje empezó a llegar claro desde el banco, es lo que despertó el "de la mano de Diego Cocca, todos los vuelta vamos a dar". Los jugadores respaldan una forma, van tomando confianza con el arco en cero, se sienten poderosos de mitad para arriba. Cocca encontró el equipo rápido, tal vez ayudado por tanto tiempo de ensayos sin fútbol pese a que eso puede atentar por la falta de competencia. Se reencontró, en realidad, con mucho de lo que le dio el Racing campeón de 2014. La marca, que no es poca cosa, es lo que este Cocca ya le imprimió a Racing. Deberá sostenerla y puliendo lo que crea necesario. Pero siempre desde esa base.