El Racing de Costas tiene varias facetas. Hay una de ellas que te asusta, te hace cagar en las patas. No a vos hinchas de la Academia, sino a los rivales de turnos. Una versión depredadora que te devora en un par de minutos. Serán 90 máximo aunque en muchas cosas lo hace antes. Y no es casualidad ni algo de este arranque de año. Viene desde el comienzo del 2024 por lo que ya se convirtió en una virtud. Algo que también terminó siendo fundamental para conseguir la Copa Sudamericana. Porque hay momentos donde necesitás más que fútbol, táctica, intensidad o actitud. Hay cosas que no se explican, sólo pasan.
Una cuestión natural que tiene este equipo. Un hambre peligrosa para el adversario de turno. Pero elige, se da el gusto de poder mirar y atacar. Y no se anda con chiquitas, nada de eso. Le gusta ir por esa presa que puede estar a la altura o que a priori sea de esos que te vienen a jugar de igual a igual. Aunque también es cierto que muchas veces prefieren quedarse esperando para no quedar mal parados y que el ataque sea letal. El Racing de Costas es un deborador de clásicos.
Le encantan esta clase de partidos donde hay miles de emociones y condimentos. Donde es necesario sacar un plus para ganarlo que está más allá de la redonda. Eso también que de alguna manera de marca y hace que te ganes el respeto del rival y del fútbol argentino. Aunque en algunos casos también ha sido a nivel sudamericano dejando en el camino a los brasileños. Este equipo tiene chapa en esta clase de partidos.
Todos los clásicos del Racing de Costas, una bestialidad
Gustavo Costas llegó a Racing en enero de 2024 y hay una enorme virtud que es inobjetable. Le encanta y le cae bárbaro jugar los clásicos. Se lleva puestos a los rivales sin temores y los juega de igual a igual. Los agarra del cuello, los zamarrea e impone condiciones. Este sábado fue el turno del Boca de Gago que la pasó muy mal en Avellaneda. Se comieron un baile bárbaro y prácticamente no patearon al arco en todo el partido. Un nuevo triunfo en un clásico para este entrenador y este plantel que demuestra que no es casualidad.
En total, desde que el entrenador regresó a Avellaneda, son ocho los clásicos que jugó. Esto quiere decir cómo le ha ido con los otros cuatro grandes. Lo primero que hay que aclarar es que le ganó a todos. Venció a River, Boca, San Lorenzo e Independiente. Y al Xenezie ya le ganó en dos oportunidades, las dos ocasiones en que tuvieron que venir a Avellaneda. En total son seis triunfos, un empate y apenas una derrota. La caída fue en la Bombonera, 4-2. Y el empate fue el 0-0 en el Clásico de Avellaneda que se disputó en el Cilindro. Pero la efectividad en los clásicos del Racing de Costas es altísima.
Si lo armamos de manera cronológica, comenzó ganándole a San Lorenzo 4-1 por la Copa de la Liga 2024 en el Cilindro. Por la misma competencia le ganó a Independiente 1-0 en condición de visitante y luego, también de visitante, llegó la caída mencionada con Boca. El cásico siguiente, ya en la segunda parte del 2024 fue el empate de local ante Independiente en el Cilindro. De ahí en adelante, todas victorias. Primero 2-1 contra Boca de local, y también 2-1 contra San Lorenzo. En este caso como visitante. Luego venció al River de Gallardo en Avellaneda (1-0) y ahora lo volvió a sufrir Boca en el arranque de 2025. Además de seis triunfos, un empate y una derrota (19 puntos de 24 posibles), suma 14 goles a favor (casi dos por partido) y siete en contra. El Racing de Costas es una aplanadora.
A esos putxs le tenemos que ganar. Y está bien. Vieron el vídeo de Costas con el nieto? Es conmovedor. Costas sabe que los clásicos se ganan porque Racing fue el primer grande para pelear con los piratas británicos repugnantes saqueadores