El tremendo desafío de Costas y de su Racing

El Racing de Costas ya empieza a pensar en lo que será este segundo semestre. Todavía está ahí en los boxes, terminando de afinar algunas cuestiones. Faltan las últimas revisiones para salir a pista. Sabiendo que una vez en marcha, será mucho más difícil corregir. Quizá se puedan tocar algunas cuestiones, pero poco más. Pero eso en estos últimos días que quedan serán importante varias cosas como el mercado de pases y poder cumplirle el deseo al DT con algunas cuestiones de refuerzos. Todo ese trabajo previo que puede terminar siendo determinante si las cosas se hacen bien.

Ya pasaron más de seis meses desde que el técnico de la Academia se puso el buzo. Dos pretemporadas (está aun sin terminar, claro) y muchos partidos. El sueño mayor de pelear todas las competencias hasta el final se esfumó. Esa marcada frase del DT que decía "no venimos a competir, venimos a ganar", hasta el momento se quedó simplemente en una expresión. No se logró clasificar a los cuartos de final de la Copa de la Liga y hubo un choque frontal fuerte en la Copa Argentina quedando eliminado rápidamente ante un equipo muy menor.

El balance de la primer parte del año del Racing de Costas en de regular a malo, lamentablemente. Aunque fue un equipo que tuvo buenas rachas de triunfos, también falló en momentos clave donde es importante decir presente. El Clásico de Avellaneda queda como el gran triunfo del semestre, pero ya con eso no alcanza. Y no competir en los dos certámenes que se jugaron y estar fuera de la zona de clasificación a la libertadores (por tabla anual), dejan en claro que no fue bueno en cuanto a regularidad. Lo más destacado es haber sido el mejor en la Copa Sudamericana, con cinco triunfos de seis. Ese punto es positivo, aunque quedó la sensación que el único partido "difícil o importante", se mancó. Ganarle a Bragantino en Brasil hubiera sido una muestra de autoridad.

Los objetivos de Racing y de Costas

Así las cosas, tanto para el técnico como para los jugadores de la Academia la presión es mayor en esta segunda parte del año. Está esa sensación de que no hay margen para el error. Quedan dos competencias por delante y es obligatorio pelear ambas hasta instancias finales para demostrar estar a la altura. Eso sumado a que es necesario ganar al menos una de los dos para que el año no termine siendo igual o pero que el 2023. Pero hay más y no sólo tiene que ver con ganar algo. Aunque si es cierto que si consigue una cosa, lo otro puede llegar solo.

Una de las cuentas pendientes del Racing de Costas es encontrar un funcionamiento y sostenerlo en el tiempo. Convertirse en un equipo sólido y seguro, que de garantías más allá de un partido flojo o tres buenos. En la primera parte del año fue muy inestable en cuanto a resultados y también en lo que respecta al juego. Nunca terminó de hacer pie y el duelo con Lanús terminó haciendo regresar a algunas preocupaciones. Hubieron cinco semanas para parar la pelota, acomodar algunas cuestiones y encontrarle la vuelta. Ahora, con Godoy Cruz, comienza la carrera...