Evaristo Barrera, el nombre del gol

En un nuevo aniversario de su nacimiento que se cumplió este domingo, recordamos los números que cosechó Evaristo Barrera, el delantero rosarino que vistió la camiseta de Racing durante seis temporadas. Hoy, es el tercer máximo goleador que pasó por el club en estos 115 años.

Trascender por mucho tiempo en la historia grande de un club es el anhelo de todos los jugadores. Y en algunos casos, una realidad para algunos. Uno de los tocados por esa varita mágica fue Barrera. A pesar de su aspecto físico, formó parte de un equipo temible que mereció más de lo que obtuvo. Y deslumbró en cada cancha que pisó.

Nació el 30 de diciembre de 1911 en Rosario, Santa Fe. Allí comenzó su carrera deportiva en Nacional de Rosario, hoy más conocido como Argentino de Rosario. Con el paso de los años, se mudó con su familia hacia Cruz del Eje, Córdoba. Allí jugó en Central Norte, Sportivo Deán Funes y, finalmente, debutó en Primera División en las filas de Instituto Central Córdoba, en 1930. 

Tras dos años de buenas actuaciones, Racing y River se peleaban por el Tanque, así apodado por su contextura física. Sería loco pensar, en la actualidad, que dos grandes estén en la puja por un delantero de cien kilos... Pero ocurrió. La revista El Gráfico, en su edición 702 publicada en diciembre de 1932, lo presentaba de la siguiente manera: "Luego de haber provocado un entredicho de River Plate a Racing por su transferencia, debutó en el team de Avellaneda "El Tanque", nombre de batalla del rosarino Barrera. Es otro hombre puesto para que haga un goal por partido. En su debut cumplió con el contrato. En Racing están satisfechos y con razón. Parece que, además de shotear, el muchacho reparte el juego y cabecea. Con dos insiders trabajadores, Barrera puede dar a la vieja casaca una satisfacción semanal".

Aunque esa satisfacción semanal tardó en llegar. Debía demostrar que la alta cifra (22 mil pesos) que se pagó por él fuera acertada. Debutó el 8 de diciembre de ese año en la Copa Beccar Varela, frente a Lanús, torneo que conquistó con la Academia. Fue al vencer en la final por 3 a 0 a Boca, en cancha de Independiente, el 29 de enero de 1933.

Su llegada parecía ser un alivio ante el inminente retiro de Natalio Perinetti. En su primer torneo hizo seis goles, de los cuales dos fueron en la final. Sin embargo, por torneo local, le costó. Hizo su debut ante el equipo de la rivera en la primera fecha, el 12 de marzo, y tardó tres partidos en convertir.

Chancleter, un periodista de El Gráfico de esos años, le dedicó estas palabras a su inicio: “Evaristo Barrera podrá jugar bien, regular o mal, pero lo más que difícil que ocurra será lo primero”. Otra no le quedaba: era destaparse o recibir miles de críticas por lo que se había invertido en él.

Lo comprendió y vaya de qué manera. El 2 de abril, por la cuarta fecha, convirtió dos goles en la victoria por 4 a 0 ante Lanús. Ahí, “El Omnibus”, como lo llamaron en Racing, comenzó a escribir su historia. Con casi seis años en la institución, jugó su último partido en Racing el 6 de noviembre de 1938. Metió 148 goles en 150 partidos, con un total de 0,98% de efectividad. Y obtuvo la Copa Beccar Varela de 1932 y Copa Competencia 1933.

Sus números

Difícil igualar esos números, también para él. Emigró hacia Italia y jugó en varios clubes: Lazio (1939/40), Napoli (1940/42), Ascoli (1942/43), Novara Calcio (1944), Gozzano (1945), Cremonese (1945/46) y Mortara (1947/48). En 99 encuentros sólo cosechó 29 tantos. Falleció el 7 de julio de 1982 en Novara, Italia.

Estadísticas: Goleador en campeonato 1934 (34 goles) y 1936 (32 goles). Ocho veces hizo tres goles en un partido, cuatro en igual cantidad de encuentros y metió cinco tantos en un cotejo en dos oportunidades (Copa Campeonato 1936, fecha 3: Racing 7 (Evaristo Barrera x 5, Vicente Zito x2) Chacarita 2; fecha 25 torneo 1938, Racing 8 (Evaristo Barrera x5, Enrique García x2, Juan Devizia Lanús 1).