Es un mediodía un poco frío en el Cilindro, pero pese a las bajas temperaturas resulta ideal sentarse en una de las plateas donde, en horas del mediodía, la luz del sol ilumina un sector del estadio mientras el protagonista sonríe y nos cuenta a la pasada que “esta es mi primera nota". Es la joyita de Racing, Fabricio Domínguez Huertas. Un pibe de 20 años como cualquier otro. Que juega a la play, que disfruta de mirar series o comerse un chivito con papas fritas. Lo que lo hace especial, distinto, tal vez sea eso que Fleita y Arano tardaron cinco minutos en descubrir aquel día que se fue a probar: su increíble pegada y el talento para jugar al fútbol. Ese que terminó impulsando a Coudet a llevarlo a la pretemporada en Orlando y darle un lugar en el plantel de Primera. Fabri, el enganche uruguayo de que eligió cruzar de vereda para venir al lado más feliz de Avellaneda, se levanta el cierre de su campera, mira el campo de juego y comienza la entrevista con RDA.
-¿Cómo fueron tus comienzos en el fútbol allá en Uruguay?
-Nací en Montevideo y pasé toda mi infancia allí, siempre jugando a la pelota. Desde los cuatro años que juego baby fútbol, pero allá no es como acá. En Uruguay se juega nueve contra nueve en cancha de tierra. Por eso somos todos guerreros, je.
-Después de la etapa de baby fúbol, ¿cómo continuó tu carrera?
-Cuando terminé la etapa de baby fútbol me fui a Nacional. Y después de un par de años en el Bolso, me vine para Argentina.
-¿De qué manera surgió esa chance?
-Surgió la oportunidad de venir a probarme a Argentina el año pasado y mi representante me trajo primero a la contra, a Independiente. Yo estaba entrenando en la Reserva con un compañero uruguayo y otro paraguayo que vinieron junto conmigo. Pero cuando me dijeron que existía la chance de venir acá, no dudé en pasar de Independiente a Racing.
-¿Cómo te recibieron en Racing?
-Acá me recibieron con los brazos abiertos. Chiche Arano y el Lagarto Fleita me hicieron una prueba que duró una semana y por suerte tuve el privilegio de quedarme en este enorme club.
-¿Qué clase de jugador sos?
-Soy un clásico enganche. Me gusta mucho pegarle al arco de media distancia y asistir a mis compañeros para dejarlos mano a mano con el arquero. También me gusta meter muchos cambios de frente. Lo que me cuesta un poquito es el tema de correr, je. Pero el Chacho me volvió loco con ese tema y lo mejoré. Ya me siento en el ritmo futbolístico que necesito para estar en Primera.
-Estuviste practicando en el Tita con Amaral, Cristaldo y Julián López unos días antes de que comenzara oficialmente la pretemporada. ¿Qué sentiste cuando te avisaron que ibas a Orlando?
-Me habían dicho que podía estar la chance de viajar a Orlando para la pretemporada y no lo podía creer. Estaba muy feliz y ansioso por saber qué determinación se iba a tomar. Cuando me avisaron que iba sentí una felicidad tremenda. Llamé a mis viejos, que siempre me han apoyado en estos años, les conté la noticia y nos emocionamos mucho. Ellos viajaron a todos lados bancándome.
-¿Estás viviendo con tu familia en Argentina?
-No, ellos vienen de visita cada tanto. Ahora estoy viviendo con los dos chicos que se quedaron en Independiente. En estos días estoy planeando mudarme sólo a Avellaneda así estoy más cerca de la cancha de Racing.
-Hablando del Cilindro, ¿pudiste venir a ver algún partido?
-Sí, fue maravilloso venir a este estadio. Es una verdadera locura lo que transmite esta hinchada. Igual, no me sorprende: de chiquito miraba videos en Youtube de la hinchada de Racing, es verdaderamente única esta gente. Por eso crucé de vereda, je.
-¿En Orlando pasaste por las manos y las tijeras de Iván Pillud por ser tu primera pretemporada?
-No me rapó Pillud, me rapó el Chila Gómez. Lo quería matar pero es muy grandote, no me le animo.
-¿Te pusieron algún apodo?
-Desde que llegué a la Cuarta me dijeron Uru pero ahora todos me dicen Fabri.
-¿Cómo era el día a día en Orlando?
-Nos levantábamos, desayunábamos y nos íbamos para el gimnasio. Después tocaba ir para la cancha. Por la mañana era donde más fuerte nos entrenábamos. Para colmo el sol pegaba bastante y el calor te mataba. Por las altas temperaturas, transpirás el doble que un día normal y tenés que alimentarte bien para no perder masa muscular. Luego almorzábamos, dormíamos una siesta y a la tarde completábamos el segundo turno. No pensé que iba a ser tan intensa la pretemporada pero entre el calor y el ritmo que le mete el Chacho estábamos a full todo el tiempo.
-¿En qué puesto te está poniendo el Chacho?
-Yo jugué siempre de enganche, me encanta esa posición. Pero en estas últimas semanas me está poniendo como volante por derecha y me estoy adaptando bastante bien al ritmo que a él le gusta. El Chacho es muy cercano a los jugadores. Y si te ve caminando o trotando te pide que no aflojes, que le metas intensidad.
-Sos enganche y uruguayo… ¿Ya te hablaron de un tal Rubén Paz?
-Desde que llegué me lo nombran siempre. Me dicen que intente jugar como él, que la rompió acá y fue ídolo. También me hablan de Carrasco, pese a que jugó poquito tiempo. Todavía no tuve la chance de hablar con Rubén Paz pero seguro que en este tiempo nos vamos a cruzar.
-¿Qué objetivo tenés para este semestre?
-Debutar oficialmente en Racing y poder demostrarle todo mi talento a la gente de la Academia.
-¿Cuál es el compañero que más te sorprendió en el plantel profesional?
-Yo lo conocía porque es uruguayo también, pero la verdad que entrenar con Rodrigo Amaral es un lujo. Teniéndolo cerca se aprende mucho de él y la verdad que técnicamente es muy bueno. Ahora bajó de peso y la está rompiendo. Además, aunque él también sea un pibe como yo, ya tiene experiencia y me aconseja mucho para seguir creciendo en mi carrera.
-Todos hablan del gran clima que se vive en el plantel. ¿Qué influencia pensás que tienen los referentes para generar esta armonía?
-Creo que tienen un rol fundamental para el grupo. Licha López es un fenómeno y nos marca el camino. Iván Pillud siempre tira para adelante al plantel y le mete toda la onda, es un cago de risa. También Bou, que ya conocía a gran parte del plantel y está con todas las pilas. Me sorprendió la tremenda pegada que tiene la Pantera.
-¿Cuál es tu mayor sueño?
-Mi sueño es jugar la Copa del Mundo con Uruguay. Quedé como loco después de ver este Mundial. Somos tres millones de habitantes pero nos las ingeniamos para dar pelea y me genera orgullo como juega la Selección. Mi mayor deseo es compartir un plantel con Suárez, Cavani, Godín. Ojalá algún día pueda vestir la Celeste.
Moro de U.S.A
Según un amigazo Uruguayo..que de fútbol. Nada sabe pero según un periodista especializado en el juego con latalope que esa la vez familiar de el,,dice que Amaral i Domínguez..son los dos jugadores de más futuro de los últimos años nacidos en Uruguay....chao Moro de U.S.A