Se había propuesto darle un crecimiento al equipo después de la pobre imagen demostrada contra Rionegro Aguilas, por la Copa Sudamericana. Con los hechos consumados, Diego Cocca puede dormir tranquilo: Racing pegó el estirón en una semana y alcanzó una actuación que rozó la perfección. Porque además de golear a un Lanús diezmado, que apuesta todo a la Libertadores, derrochó consistencia por todos lados. Con individualidades encendidas y, lo más importante, con un funcionamiento colectivo arrollador.
"Fuimos un equipo serio. Estuvimos mejor que en el partido anterior en varios aspectos. Estoy contento", arrancó el técnico, satisfecho porque su elenco ganó en posesión y en agresividad: "Corrimos, manejamos la pelota y tuvimos situaciones de gol".
El Granate, con mayoría de suplentes, ayudó para que Racing lo pasara por arriba en algunos pasajes del partido, sobre todo cuando presionaba de manera ordenada, prolija, coordinada. "El equipo -agregó el DT- se adaptó rápido a lo que propuso el rival. Eso marca que estamos interpretando bien el juego. El 3-0 no deja lugar a dudas. Me gustó la manera en la que ganamos".
Otra vez, como en el amistoso ante Huracán, apareció Gustavo Bou en un nivel altísimo, justo en momentos en que Racing más lo necesita por la ausencia de Lisandro López, lesionado. La Pantera mostró sus garras afiladas como en 2014, estimulada por volver a ser dirigida por el entrenador con el que fue campeón. "Queremos que Bou siga creciendo y que el equipo lo ayude", dijo el conductor de un equipo que extraña a Licha pero lo tiene siempre presente. La actitud del entrerriano, quien lo abrazó en el festejo de su gol de penal (López estaba en la puerta del túnel), así lo certificó. Según Cocca, "Licha aporta mucho adentro y afuera de la cancha. Se está preparando para volver". Está claro lo que transmite Lisandro, aun sin jugar.