Extravertido, jovial como cuando jugaba, Gastón Córdoba atiende a RDA en otra entrega retro. Aquel criterioso y elegante mediocampista zurdo que arribó a Racing a principios del año 97, y que fue pieza importante en el equipo del Coco Basile que llegó a semifinales de la Copa Libertadores, rememora sus inicios como futbolista. La Virgencita, como lo apodaban en la intimidad del vestuario de la Academia, repasa los lindos momentos que vivió en la Academia en tan poco tiempo y, por supuesto, pone en palabras su deseo para la serie contra River. Hoy entre la familia y su trabajo en las construcciones, el zurdo se explaya en esta nota llena de recuerdos.
-¿Dónde naciste y como arrancó tu amor por el fútbol?
-Soy de San Nicolás. Empecé a patear la pelota a eso de los cuatro años. Soy el mayor de tres hermanos (hoy tiene 44 años). Y si bien no tengo antecedentes en la familia que hayan sido jugadores, a todos nos encantaba este deporte. Arranqué jugando en el club de mi viejo, que quedaba al lado de mi casa, por lo que estaba todo el día metido dentro del club pateando sin parar.
-¿Qué futbolistas tenías como referente cuando eras chico y en qué posición solías jugar en el barrio?
-Mi generación fue de la mano del gran Diego Maradona y después uno siempre estaba muy pendiente de todo lo que pasara en los equipos grandes. Siempre fui mucho de ver y escuchar fútbol cuando era chico. La posición siempre fue del medio para adelante.
-Hiciste las Inferiores y debutaste en la Primera en Estudiantes de la Plata. ¿Cómo fue eso?
-A Estudiantes llegué a los 14 años gracias a una preselección que hizo el club en San Nicolás. Tuve la suerte de quedar seleccionado y me vine para La Plata. En un momento pensé que iba a terminar jugando en los clubes de Rosario por cercanía, pero cuando surgió esa chance no lo dudé. Pasé por varias etapas en ese club, logré debutar en Primera, me tocó descender y también ascender. Me terminé consolidando mostrando un buen rendimiento en el año 96.
-Ahí fue que llamaste la atención del Coco Basile. ¿Cómo se dio tu llegada a Racing?
-Fue algo muy significativo para mi carrera. Fue un cambio importante porque pasaba de jugar con 15.000 personas en la cancha a jugar con más de 30.000 todos los fines de semana. Coco Basile me pidió para que pudiera ser recambio nada más y nada menos que de Ruben Capria. Al Mago ya lo conocía de Estudiantes y siempre lo admiré mucho. Por suerte le encontré la vuelta y terminé jugando como volante por izquierda, al lado de Rubén. Insisto, siempre había sido un referente tanto desde lo humano como también dentro del campo.
-¿Quién te apodó Virgencita?
-El Mago Capria, por mis hombros. Ja, eso me pasó porque siempre fui muy jodón y chicaneaba a los compañeros. Virgencita fue el mejor apodo que me pusieron en el fútbol.
- Debutaste un domingo en el que Racing jugó dos partidos en el mismo día..
-Sí, una de las tantas cosas increíbles que tiene nuestro fútbol. Tuvimos que jugar un domingo dos partidos, con el detalle de que uno se jugó en Ecuador por Copa Libertadores, y el otro en Avellaneda por la segunda fecha del torneo. Por suerte estuve en el equipo que ese día le ganó 2 a 0 a Vélez y no el que perdió 2 a 0 contra El Nacional, ja. Hasta el día de mi debut le puse una asistencia al Cabezón Marini para que convirtiera y eso que era jodido que el Cabezón metiera un gol, je.
-¿Qué cosas te sorprendían más de todo lo que pasaba en Racing?
-La verdad, todo. Desde la gente que hacía temblar el estadio de lo que alentaba cada partido, hasta los compañeros que tenía. Eran la mayoría jugadores de mucha jerarquía como El Chelo Delgado, Capria, Quiroz, Michelini, Nacho González... Era un equipazo. El jugar en Racing fue muy especial para mí, siempre lo voy a guardar dentro de mis clubes favoritos. Fue muy fuerte lo que viví en poco tiempo y encima con un grande como el Coco Basile como DT.
-¿Qué recordás de la Copa Libertadores con Racing? Convertiste el primer gol justamente el día que se inauguró la bandera más grande del mundo contra River..
-Los mejores recuerdos. No me olvido más de que esa noche, cuando salimos a la cancha, le pregunte al Mago si era normal que la cancha se moviera tanto. El me dijo que me quedara tranquilo, que la gente de Racing tenía esas cosas únicas. Por suerte encima pude marcar ese gol de cabeza, que lo festejé con alma y vida.
-¿Es cierto que el Coco te retó después de convertir ese gol? ¿Cómo lo calificarías como entrenador?
-Me cagó a pedos pero no por el festejo, sino porque me dijo que yo tenía que estar en el rebote. Yo le dije que tuve la intuición de que podía pescar la pelota en la segunda jugada y con su voz ronca me dijo: “ Dejá la intuición para otra cosa, porque si nos embocan de contra te mato”. Un fenómeno total, un tipo simple, con personalidad, que trataba a todos por igual. Un guapo de verdad, alguien que habla sin pelos en la lengua y que a la larga siempre termina diciendo cosas que se dan. Yo aprendí mucho de él.
-¿Cómo hicieron para eliminar a River, el campeón de la edición anterior?
-Ellos tenían un equipo muy completo: estaba Enzo (Francescoli), Salas y media Selección de argentina. Sin embargo, creo que fuimos superiores en los dos partidos y merecimos haberlos pasado sin ir a penales. Confiamos en nuestras condiciones y, haciéndonos fuertes en nuestro juego, lo pudimos pasar. El desahogo de haberlos eliminado fue importante porque todos los daban como candidatos a ellos.
-¿Por qué crees que no se pudo ganar aquella Copa?
-Es algo inexplicable. De octavos en adelante, éramos el mejor equipo. Nos jugó en contra el tema del parate que hubo en el fútbol local. Eso nos sacó ritmo de competencia y después no ligamos. De lo contrario, como mínimo merecíamos llegar a la final.
-¿Cómo sentías a la gente en aquella buena campaña?
-La gente de Racing es la más fanática que hay. Están por todos lados y están enfermos. Me paraban por todos lados para alentarme, desde el carnicero hasta gente que pasaba por la calle. Una cosa de locos.
-¿Después de quedar eliminados contra Sporting Cristal se desmoronó todo?
-Sí, porque ahí saltaron a la luz las fallas dirigenciales que había. Más allá de que Lalín (encargado del fútbol en ese momento) quería dar la cara con nosotros, ya lo había tapado el agua por así decirlo. Se fue el Coco y estuvo un tiempo Babington, pero fue duro el tiempo después de esa eliminación. Pasaba el tiempo y seguíamos caídos.
-¿Creés que Racing fue la vidriera justa para luego jugar en Italia?
-Sin dudas. Gracias a un rendimiento interesante que mostré en el club, me terminó llevando la Sampdoria. Si jugás bien, Racing te vende en cinco partidos, cuando en otro equipo tenés que jugar bien 30 partidos.
-Un par de años más adelante ganaste la Libertadores con Olimpia.
-Ser campeón de la Copa es algo único, no exagero. Es tocar el cielo con las manos en el plano deportivo. La Copa es traicionera, porque si una noche no estás fino, quedás afuera. Todo lo que no ligamos con Racing, lo ligamos con Olimpia y se nos dio.
-¿Tenían alguna cábala en aquel equipo del Coco ?
-Es sabido que el Coco siempre fue muy cabulero, para colmo yo venía de Estudiantes, así que imagínate. Eran cábalas implícitas, nadie quería reconocerlas, pero todos nos vestíamos igual, hacíamos las cosas que habían funcionado todas las semanas, a la misma hora, ja.
-Tu mejor y tu peor momento en Racing..
-El mejor, haber compartido equipo con jugadores como Capria, Navas, Chelo, Nacho González, Quiroz y todavía poder seguir en contacto. Y el momento más triste, la eliminación en Lima, porque nos habíamos ilusionado muchísimo.
-¿Dejarse el pelo largo fue una cábala tuya para salir campeón en Olimpia?
-No, esa es una herencia familiar, me fue quedando y lo dejé hasta el día de la fecha bien largo. El problema lo tiene el Polaco Bastía, no yo, ja.
-Tras tu paso por el extranjero regresaste al país para jugar en Quilmes y Belgrano. ¿Cómo te recibía la gente de Racing cada vez que regresabas al Cilindro a jugar con otra camiseta?
-Bien, la gente de Racing siempre me mostró mucho cariño. Cualquier excursión al Cilindro siempre va a ser hermosa, porque es una cancha que te hace sentir mucho la pasión, el calor, el fervor de la gente. En la cancha de Racing siempre disfruté.
-Mauro Navas nos decía que Racing fue como haber ido a la universidad para él. ¿Vos cómo lo definirías?
-La de Navas es una frase que pinta mucho lo que es Racing cuando uno viene de otro club. Yo le agregaría que es una universidad que te exige y necesita que te recibas rápido, eso se siente también. Las necesidades en el Racing que jugué eran de hoy para ayer y no había tanta paciencia.
-¿Te sigue reconociendo la gente de Racing por la calle?
- Si, los que son bien futboleros se siguen acordando y cada tanto me paran para hablarme de Racing.
-Te retiraste en 2005. ¿Te quedó alguna cuenta pendiente?
-Si pudiera volver el tiempo atrás me gustaría haber salido campeón con Racing.
-¿Cómo te las ingeniaste una vez que te retiraste?
-Me aparté, digamos, de ser técnico, dirigente o representante. Seguí ligado al fútbol en cuanto a practicarlo en algunos picaditos. Sentí que el fútbol había sido generoso conmigo y cambié de rubro. Tengo un hermano que era amante de los camiones y a mí siempre me interesaron las construcciones, así que nos pusimos empresa de transporte y construcciones. Después dedicándole mucho más tiempo a la familia.
-Aprovechando tu gusto por las construcciones. ¿Pensás que los grandes equipos se construyen de atrás para adelante o primero tienen que mover la pelotita los de arriba?
-Olvídate, siempre hay que hacerse fuerte primero atrás y después vemos, ja. Hay que cuidar el cero que después una arriba vamos a tener.
-¿Con que futbolista que haya jugado en Racing en el último tiempo te sentís identificado?
-El tema es que cambiaron los tiempos y los estilos. Te doy un ejemplo: quizás Racing no volvió a tener un Capria, pero si tiene un Centurión, que no tiene tanta categoría como el Mago, pero si mucho más desequilibrio y es indescifrable para los defensores. Hoy se usan muchos volantes mixtos que combinan juego y marca también. No me veo parecido a alguno, sino que capaz puedo ser una mezcla entre varios.
-¿Que opinión tenés del Chacho Coudet como entrenador?
-Me sorprendió para bien. Porque si bien era un buen jugador, le hacía mucho la fama de loco, de personaje y yo creo que lo que menos está es loco. Es muy consciente de lo que quiere y sabe cómo conseguirlo, lo viene demostrando desde que arrancó a dirigir. Es un entrenador que me encanta porque es muy inteligente y se hace respetar con su estilo. Tiene muchísimo futuro además.
-Metiéndonos un poco en la serie que se jugará contra River por Copa Libertadores. ¿Racing se siente más cómodo jugando de punto o asumiendo el papel de favorito?
- Más allá de lo que uno pueda analizar, lo primero que se me viene es el deseo de que se repita lo que nosotros hicimos , ojala lo podamos pasar a River como en el 97, ojala Después yo creo que el equipo se va a ir afirmando de acuerdo a lo que proponga el técnico. Pasarlo a River le daría un impulso importantísimo para pelear la Copa hasta el final. Ganar la Copa es justo lo que necesita Racing para recuperar toda su grandeza.
-¿Conviene arrancar jugando en el Cilindro como en el 97 o siempre es mejor definir como local?
-Son 180 minutos y no podes desconcentrarte ni un segundo si querés tener posibilidades, esa es la verdad. Tenés que rezar que la pelota pegue en el palo y entre cuando atacás y que la pelota pegue en el palo y salga cuando defendés.
-¿Cómo vas a ver la serie contra River?
-Voy a estar haciendo fuerza con mis hijos y mi mujer de toda la vida para que Racing gane, de eso estate seguro.