"Jugaba por afuera y tiraba los centros"

Las tardes en Bahía Blanca eran de Champions League por televisión. Alan y Lautaro, hermanos inseparables, compartían la pasión por el fútbol y esos partidos llenos de figuras. Era un acuerdo tácito: llegaba la hora y se sentaban para disfrutar de lo que más les gustaba. Ya habían vuelto del colegio y esperaban para ir a entrenar a Liniers. Pero compartían ese momento juntos sin saber que en sólo un puñado de años las vueltas de la vida los llevaría a un lugar impensado: "Cuando prendo la televisión y lo veo ahí adentro se me pone la piel de gallina. El día que entró por Diego Milito me tembló todo el cuerpo. El nunca lo decía, pero por cómo actuaba te hacía sentir que él quería estar ahí, en los partidos que veíamos. Podía llover o caer granizo, que Lauti se iba a entrenar. No faltaba jamás. Esto es algo increíble". Pocos conocen a Alan, el hermano mayor de Lautaro Martínez. Defensor central o lateral de la Liga del Sur y Federal B en Liniers, es 10 meses más grande que el crack de Racing y también trabaja como cadete. Su vida lejos está de ser la de un profesional de la pelota, aunque lo vive con la misma pasión y, en diálogo mano a mano con RdA, recuerda esas épocas de largas cabelleras y algún kilito de más.

-¿Familia de delanteros?
-No, no... Antes de competir yo era arquero y Lauti defensor, como mi papá. Hasta que para empezar a competir lo pusieron de delantero y el resultado está a la vista. Cuando Lautaro empezó jugaba por afuera y tiraba los centros, todo lo contrario a lo que se convirtió ahora. Tenía una pegada infernal. Para ese entonces, levantarla en los tiros libres y ponerla en el segundo palo no era para cualquiera: tiraba los córners, tiros libres, todo... A los 16 años ya era el capitán de la Sub 17 de acá y también el goleador. Un animal.

-¿Llegaron a jugar juntos?
-En mi primer año de Infantiles, que Lautaro no competía, jugó conmigo. Ya marcaba diferencias. Todos lo querían tener como compañeros. Me acuerdo que en los entrenamientos me tocaba marcarlo.... Lo conocía de memoria porque es mi hermano, pero así y todo era casi imposible sacársela. La tiraba larga y olvidate... Y ahora, cuando lo miro por tele con mi familia, analizamos y sabemos lo que va a intentar hacer.

-Todos reconocen su profesionalismo desde muy chico...
-Siempre fue muy correcto y serio desde que era un nene. Tanto en el club como en el colegio, porque era buen estudiante. Si hay algo en lo que me parezco a él, es sólo en la conducta, ja.

-¿Te acordás cómo fue el día de la prueba de Racing?
-Él estaba con la selección de Bahía y justo Racing tenía una prueba en el complejo de Liniers, donde la selección entrenaba. Ahí les dijeron a los enviados de Racing si querían ir a ver ese entrenamiento y apenas llegaron los sorprendió Lautaro. Le dijeron que no necesitaban ni ficharlo ni nada, que hacían un esfuerzo para llevárselo de inmediato. Se ve que pintaba para crack.

-¿En qué lo mejoró su llegada a Avellaneda?
-Lo noto mejor armado en su físico. La técnica y esas condiciones son naturales de él, pero potenció un poco más toda esa potencia que ya mostraba.

-¿Hablan mucho sobre una posible venta a Europa? ¿Cómo lo viven?
-Mirá, nosotros estamos tranquilos porque lo vemos y sabemos que él lo está viviendo con tranquilidad. No te voy a negar que cuando se escuchan esos clubes y esas ofertas a uno le tiemblan las piernas, pero siempre lo apoyamos. El está cómodo y quiere mucho a Racing.

-¿Y vos? ¿Sonás con seguir sus pasos?
-No... Yo estoy muy tranquilo en Liniers y con ganas de visitarlo en donde esté. No voy a negar que me encantaría una prueba en un club, algo que nunca tuve. Pero por ahora busco sumar minutos acá en mi club, en una categoría muy dura como el Federal B. Con Lautaro hablamos mucho de fútbol y viene seguido a Bahía o yo voy para allá a visitarlo. Es un orgullo para todo la familia.

*Fotos y agradecimiento a la familia Martínez

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