Resulta difícil encontrarle un punto débil al ciclo exitoso que lleva adelante el Chacho Coudet en Racing. La efectividad de puntos más grande de la historia, una consagración muy merecida en la Superliga y una identidad de juego que enamoró a los hinchas. Pero si buceamos podemos encontrar en lo profundo una cuenta pendiente, de esas que cuanto más rápido se salden mejor. Desde que llegó Coudet a la Academia a principios de 2018, nunca pudo ganar un duelo mano a mano.
A mediados del año pasado, el conjunto de Avellaneda se cruzó con River por los octavos de final de la Copa Libertadores. Fue 0 a 0 en el Cilindro y una terrible derrota por goleada en el Monumental. Tal vez, la peor noche del ciclo del Chacho.
Este año, por Copa Sudamericana, la Academia se vio las caras ante Corinthians por los 32avos de final del certamen continental. Debido al ajetreado calendario y los partidos decisivos que debía afrontar en la Superliga, en ambos encuentros frente al Timao colocó un equipo alternativo. Fue 1-1 tanto en el Arena Corinthians como en el Cilindro pero el conjunto brasilero se terminó imponiendo por penales.
Papelón en Copa Argentina
El primer partido de eliminación directa que afrontó Racing bajo las órdenes del Chacho fue ante Sarmiento de Resistencia por los 32avos de final de la Copa Argentina. Esa noche, en cancha de Banfield, la Academia se vio superada por un conjunto de muchísima menor jerarquía. A pesar de que Ricardo Centurión, Lautaro Martínez y Lisandro López jugaron desde el arranque, el equipo chaqueño venció al de Avellaneda por 1 a 0.
Ahora, por los octavos de final de la Copa de la Superliga, Racing enfrentará a Estudiantes. Será una oportunidad ideal para que el campeón de la Superliga salde la deuda que tiene en los partidos de eliminación directa. Jeraquía para hacerlo, le sobra.