Una vez más Lautaro Martínez en la Champions volvió a ser clave para Inter. El sueño cada vez parece más real. Faltan apenas dos pasos para poder conseguir la gloria máxima. No será una tarea sencilla, pero si posible. Mucho más si está el Toro en el equipo. Un Campeón del Mundo que sabe lo que es la gloria máxima. Ese que se hace gigante en las difíciles y al que no le importa estar jugando una semifinal ante el eterno rival. Se siente como en el patio de su casa y así juega. Con la tranquilidad de un tipo de 30 años, aunque recién vaya por los 25. El nueve fue una de las grandes figuras del triunfo por 2-0 ante Milan en la semifinal de ida.
Surgido del predio Tita, el ex Racing ahora lleva la bandera de la Academia a lo más alto. Porque nunca olvida sus primeros pasos. Ese debut ante Crucero del Norte, reemplazando a un tal Diego Milito allá por el 2015. O sus goles en el equipo del Chacho Coudet en 2018. Ese que lo puso en la puerta del Mundial de Rusia, pero que no terminó yendo por una absurda elección de Sampaoli. Su talento se pudo ver desde el primer día. Se disfrutó y de celebra en Avellaneda, y ahora lo festeja el Inter que tiene a uno delantero bárbaro.
Lo de Lautaro Martínez es cosa sería en la Champions y en cada competencia del Inter. Siempre dice presente. Con la 10 en la espalda y ahora hasta siendo el capitán. Se convirtió en referente y líder de un equipo con su corta edad. Por su entrega, por sus goles y por su gran sacrificio. Se lo ganó solito, repitiendo lo mismo que hizo una y otra vez en Avellaneda. Y motivos tiene, ya que tuvo dos espejos ideales. Se inicio con Diego Milito y luego fortaleció las bases con Licha López. Tomó lo mejor de ambos e hizo un combo explosivo que se ve dentro del campo de juego.
El partido de Lautaro Martínez en la Champions
Sin dudas que el ex Racing fue mejorando su versión. Una evolución constante. Y en este momento se encuentra en una situación donde ya no sólo lo suyo es la cuota goleadora. Incluso no necesita del gol para convertirse en figura o pieza clave del equipo. Tiene muchos condimentos más que hacen un plato exquisito. Asiste, le da juego al equipo, se entrega para recuperar cada pelota en campo contrario y atacar desde ahí y nunca da una por perdida. Ese delantero que también se permite salir a jugar, un distinto.
El partido de Lautaro Martínez en la ida de la semi de la Champions fue muy bueno. De esos que se llevan los flashes. Por momentos de nueve, de a ratos de segunda punta y hasta bajando unos metros a jugar para que lleguen los volantes. Completo. Una linda asistencia sin tocar la pelota (la dejó pasar y neutralizó un rival) para el 2-0 y varios pase gol que sus compañeros no lograron concretar. En lo que va de la temporada, sus números son letales: lleva 23 goles y 10 asistencias el Toro. Sí, un animal que lleva al Inter, y la bandera de Racing, a lo más alto.
Cómo se lo extraña a Lautaro! Pensar que vistió la gloriosa... Ninguno de los que vinieron después le llega a los talones.