Se sabe que Licha López, capitán de Racing, es un futbolista de pocas pulgas. Su extremo profesionalismo, una autoexigencia feroz y sus enormes condiciones técnicas lo han llevado a ser uno de los mejores delanteros del mundo. Ese amor propio y la constante búsqueda de perfeccionar su juego lo han convertido en una pieza vital desde su regreso a la Academia en 2016. Pero hubo una noche en la que este atacante de jerarquía estuvo cerca de un récord negativo, con un antecedente que tiene a Martín Palermo como protagonista (erró tres penales consecutivos ante Colombia en una Copa América).
El 20 de abril de 2018, el conjunto de Avellaneda recibió al Vasco Da Gama por un duelo de la fase de grupos de la Copa Libertadores. Esa noche todos se fueron felices tras un 4 a 0 brillante. Todos menos él. Lisandro marró dos penales ante el conjunto brasileño aunque tuvo el coraje para pedir el balón una vez que el árbitro pitó el tercer penal. Esta vez, la mandó al fondo de la red. Y a partir de allí no paró más.
Licha López y la racha positiva de todo Racing
El capitán se enojó y dejó de fallar. Contando el penal convertido ante el Vasco, Lisandro metió los últimos ocho tiros desde los 12 pasos que ejecutó en Racing. Entre ellos, uno muy pesado: anotó el 2-1 de penal en un clásico de Avellaneda fundamental para luego festejar el título. Y los dos penales que no pateó desde 2018 hasta estos tiempos, también terminaron en el fondo de la red: Centurión convirtió ante Patronato y Cvitanich vs. Defensa y Justicia. La Academia acertó 10 sobre 10 desde abril de 2018 hasta esta parte.
Claro que la suerte del conjunto de Avellaneda en estos dos años cambió a la hora de patear penales en duelos de eliminación directa. Las dos que se jugaron no fueron favorables para Racing: ante Corinthians por la Copa Sudamericana y frente a Boca Unidos por Copa Argentina.
El primero lo patea mal, pero el segundo el arquero se manda un atajadón. Y en el tercero estuvo cerca.