El fútbol, como la vida misma, da señales. Están los que prefieren hacerse los distraídos y aquellos que las captan para ir pensando estrategias y, así, evitar que el desenlace los tome por sorpresa. En los últimos dos partidos, Pablo Alvarez recibió una onda que lo inquieta de cara al futuro a corto plazo: al igual que contra Gimnasia, Diego Cocca volvió a dejarlo afuera de la lista de concentrados por segundo partido consecutivo, indicios que alertan al jugador sobre la chance de que, a mitad de año, le comunique que no lo tendrá en cuenta para el segundo semestre.
Pese a que el ex Rosario Central no está lesionado, cuando Emanuel Insúa no pudo estar en las dos primeras prácticas de la semana por una sobrecarga en el gemelo interno izquierdo, el entrenador decidió colocar en el lateral izquierdo a Iván Pillud, más allá de que pocas veces en su carrera ase ha movido allí. Alvarez, que ha jugado mucho por esa punta, tomó esa actitud como un mensaje negativo que empieza a alejarlo de la Academia. El defensor polifuncional tiene contrato con Racing hasta junio de 2018 y es probable que a mitad de año se desvincule si es que el panorama no mejora para él. En la pretemporada del verano, en Mar del Plata, Cocca le había anunciado que arrancaría como titular por la izquierda, pero una lesión le hizo perder terreno. Si bien volvió a jugar de entrada, en la derrota ante Temperley tuvo una floja actuación -a tono con toda la defensa- y el DT lo limpió.
Con Leandro Grimi recuperado de la rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda para después de la pretemporada, más la vuelta de Germán Voboril de su préstamo en Newell's, es factible que Pablo busque nuevos horizontes. Lo mismo seguramente ocurrirá con Insúa, cuyo cesión vence el 30 de junio, su opción de compra es de 4.500.000 euros (su pase es del Udinese) y Racing no estaría dispuesto a renovarle contrato a préstamo.