Leonardo Fabio Costas, el hermano menor de Gustavo, literalmente está del otro lado del mundo. Desde Mozambique nos cuenta de dónde nace su fanatismo por la Academia, recuerda con alegría su paso como jugador del club a finales de los 80’ y, principalmente, relata cómo es la aventura de trabajar como técnico del Costa Do Sol y cómo hace para seguir haciendo fuerza desde el continente africano para que a Racing le vaya bien.
-¿Cómo fue que llegaste al continente africano?
-Mucho tuvo que ver el Padre Juan Gabriel Arias, un tipazo que ama todo lo que tenga que ver con Racing. Por intermedio de un amigo de él, me contactó para venir a dirigir a un equipo el año pasado en la liga de Mozambique. Por suerte pudimos lograr el objetivo y gracias a eso llegué a dirigir al equipo más importante de la Liga. Es un club que está en Maputo, la capital de Mozambique. Me vine con el Profe Valenzuela y con Rodrigo Mansilla. Los tres, obviamente , estamos muy identificados con Racing y apadrinados, por así decirlo, por el Padre Juan Gabriel. En otra de las categorías de Mozambique está Racing, que juega con la camiseta del club y es algo que nos encanta. Hace un tiempo le hicimos una visita al padre Juan Gabriel por sus 20 años de sacerdocio y vimos que la Iglesia está en medio de la selva. En los alrededores está repleto de camisetas de Racing. El revoluciónó este país con los colores de la Academia, un fenómeno.
-¿Cómo es tu vida allá? ¿Qué tal fue la adaptación?
-Como todo, al principio seguramente que costó un poco porque llegué solo y después se vino el Profe. Pero de a poco le agarramos el ritmo a la vida de acá. La gente es muy receptiva y macanuda. Y el hecho de que nos haya ido bien en el primer año, facilitó todo. Desde el clima, las costumbres, todo.
-¿Hay jugadores argentinos en esa liga?
-Sí. De hecho, cuando vine a trabajar acá en el club que dirigí el año pasado, jugaba mi hijo y otro muchacho amigo de el que anduvo bien y aportó su granito de arena para que el equipo cumpliera el objetivo. Alternó de titular y suplente y fue importante para el grupo. Como toda la familia, un tipo con mucha garra. Cuando no le tocó jugar, siempre apoyó al equipo.
-¿Cómo está organizado el torneo?
-Son 15 equipos en Primera. Se juega ida y vuelta y dura de marzo a noviembre. El club donde estamos ahora ingresó en copas internacionales con otros equipos africanos y después hay una copa local, por lo que tenemos triple competencia. El objetivo es ganar en alguno de los frentes.
-¿Qué características tiene el jugador mozambiqueño?
-Tienen muy buena técnica. En algunas cosas te pueden hacer acordar a los futbolistas brasilerños. Si se trazara un paralelo, tal vez tengan más similitudes con los colombianos. Les falta ser más disciplinados en los entrenamientos, pero creo que en unos años van a ser mucho más competitivos. Hay muchos de acá que pasan a jugar a las ligas de Europa por sus condiciones.
-¿Qué jugador de la Academia te hubiera gustado llevarte?
-Más allá de que no juegue más, me lo traería a Diego Milito: un fuera de serie adentro y afuera de la cancha. Me da la sensación de que son esos líderes que contagian a que las cosas salgan bien en todos los planos, que tira siempre para adelante en el grupo y eso siempre hace falta.
-¿De dónde viene tu amor por Racing?
-Sin dudas, de nacimiento. Nací en un hospital de Avellaneda, en la Maternidad, en Plaza San Martín. Y toda la familia entera ya era fanática de Racing. Lo sentí ni bien salí de la panza de mi vieja, no había otra chance.
-Tu nombre completo es Leonardo Fabio Costas. ¿Tiene que ver con el cantante la elección?
-Ja, mi vieja siempre me dijo que no tenía nada que ver, que sólo era una coincidencia. De todos modos, en el barrio siempre me dijeron Fabio y así fue quedando con el tiempo.
-¿Qué recuerdos guardas de tu infancia vinculados a Racing?
-Cotidianamente Racing tenía que ver con mí día a día porque todos en mi casa eran de Racing y se hablaba mucho de fútbol. Yo nací en el 1966, en una época gloriosa para el club, además.
-¿De qué manera comenzó tu carrera como futbolista?
-Con mi hermano Gustavo, que es tres años mayor que yo. Jugábamos en Sarmiento, un club cerquita de la Isla Maciel. Ahí hicimos baby fútbol y después probamos en Racing, donde por suerte pudimos hacer la etapa de Inferiores completa y fui un elegido por haber podido debutar en el club de mis amores en Primera. Cuando arranqué a jugar lo hacía de volante central, aunque me podía adaptar muy bien a lo que me pidieran. De hecho, Coco Basile me ha puesto de volante por izquierda, de volante por derecha, de zaguero y hasta de lateral. Yo era de correr mucho y muy aplicado a las indicaciones de los técnicos.
-¿Te acordás de cuál fue el partido en el cual debutaste?
-Si, obviamente. Estaba el Coco como técnico. Fue en un amistoso contra el Santos de Brasil que se había jugado por la noche para inaugurar las luces del Cilindro, en 1987. Fui al banco de suplentes y terminé ingresando por Walter Fernández. Sin dudas, fue algo hermoso y de las mejores cosas que me pasaron en la vida. De arranqué estaba bastante nervioso, pero después, haciendo la entrada en calor cambié el aire y pude distenderme.
-¿Cuáles fueron tus mejores partidos?
-Uno que tuve mucha participación fue en el que jugamos en Los Angeles por la Final de la Copa Interamericana contra el Sport Herediano de Costa Rica, en el que salimos 3 a 0 y la ganamos. Ese partido lo recuerdo muy bien porque nos trajimos una Copa de un estadio imponente, al que le decían Coliseo.
-Convertiste un gol con la camiseta de la Academia.
-Si, eso sí que es algo que no me voy a olvidar por ser uno solo, ja. Fue en un partido contra Racing de Córdoba, una linda jugada que armó Ruben Paz. Distrajo hasta al arquero contrario y solamente tuve que empujarla para anotar y gritarlo con el corazón. Después, también hice goles en el torneo que, en caso de empate, se definía por penales. Pero de jugada sólo el que hice contra Racing de Córdoba.
-También fuiste parte del equipo campeón en Brasil de la Supercopa. ¿Cuál fue la clave?
-Ese es otro recuerdo hermoso de un plantel que tenía mucha fortaleza interna, que estaba muy unido. Se conjugaban tipos de vasta experiencia y ganadores como el caso del Pato Fillol, de Rubén Paz, con jugadores con muchas ganas y sacrificio. Y
obviamente, con el liderazgo del Coco.
-¿Cómo fue jugar en la Primera de Racing con tu hermano?
-Una inmensa alegría. Si jugar en la Primera del club que amas es lo mejor que te puede pasar en la vida, imagínate hacerlo con tu hermano mayor... Sinceramente, todo fue pasando muy rápido, pero esos recuerdos no me los quita nadie.
-En notas que le realizaron a tu hermano, siempre comentaba que cuando él ya jugaba en Primera, hablaba con los muchachos de la tribuna para que te cuidaran porque eras muy fanático.
-Ja, no que era, sino que soy. Pero bueno, son todas historias lindas. De pasar tanto tiempo en el club uno conocía cada rincón y vivía los partidos de manera única, con mucha pasión, sentimiento y sufrimiento. Yo pensé que el fanatismo y la pasión con los años iba a ir mermando, pero como dice la canción, cada día que pasa la enfermedad y el amor son más grande. Nací con la sangre celeste y blanca, con todo lo que eso representa, no hay con que darle. Cuando estoy en el exterior y no puedo ir a la cancha, a veces son tantos los nervios que tengo viendo el partido, que prefiero no verlo, hacer tiempo en cualquier lado, pese a que uno está pendiente del reloj y del tiempo que pasa. Muchos me dicen que estoy loco, y quizás algo de razón tengan, ja.
-¿Por qué te fuiste de Racing?
-Me fui a jugar a Suiza, no había hecho ninguna diferencia económica y surgió esa posibilidad. Fui a hacer unos manguitos, verdaderamente. Allá jugué en Locarno un año y luego pasé a un equipo menos conocido. Después de jugar en Suiza, regresé a Banfield, donde jugué un año. Después pasé a Almagro, donde estuve un par de temporadas.
-¿En qué año te retiraste?
-En el 1997. Hice una carrera de un poco más de una década con la pelota, de lo cual me siento orgulloso porque logré el sueño de jugar en Racing. Y también anduve por el exterior, siempre la luché donde estuve.
-¿Cómo te las arreglaste después de ser futbolista?
-El retiro siempre es difícil, más cuando uno tampoco está hecho en lo económico. Hice varios negocios en lso que no me fue muy bien. Por suerte había hecho el curso de técnico y laburé en varios clubes del Ascenso como técnico en Inferiores. Estuve en Los Andes y en Excursionistas, pero era todo muy sacrificado y había mucha vorágine. Me puse un par de escuelitas de fútbol y me empezó a ir bien. Y bueno, hace un año atrás surgió esta chance de venirme a Mozambique a dirigir y no lo dudé.
-¿Te gustaría el día de mañana volver al país para trabajar en Racing?
- Prefiero ir de a poco, trazarme objetivos cortos y ver cómo van saliendo las cosas. Lo que estoy seguro es que yo siempre quiero que a Racing le vaya bien, esté o no algún Costas jaja. Con el correr del tiempo vamos a ver dónde estamos y como sigue esta linda carrera de entrenador.
-¿Charlás mucho con tu hermano? ¿Te gustaría formar dupla técnica con él?
-Lógicamente, más allá de que él esté en Arabia y a veces sea difícil la comunicación por la señal y demás, hablamos seguido, conversamos sobre la familia, sobre Racing... Lo de la dupla técnica nunca lo charlamos, uno nunca sabe, hoy quiero que a mi equipo de trabajo le vaya bien. Gustavo ha hecho una carrera maravillosa como entrenador, consiguió cosas importantísimas.
-Jugaste la Copa Libertadores con Racing en el año 1989. ¿Cómo ves al equipo de Coudet para la Copa de este año?
-Estoy muy ilusionado, de Coudet conozco lo que hizo en Central y me pareció muy bueno. Un tipo muy comprometido al que le gusta ir al frente. Yo creo que la actitud para jugar la Libertadores es fundamental y no tengo dudas de que este Racing va a ir a buscar los partidos. La Copa hay que afrontarla con determinación, juego y coraje. Yo creo, y espero, que nos vaya bien. Vamos a estar haciendo fuerza desde acá.
-¿Hiciste alguna promesa para que ganemos la Copa Libertadores?
-Ja, promesas no, pero lo que te puedo asegurar es que voy a estar siempre prendido a la computadora viendo todos los partidos, estoy metido en el día a día de lo que pasa en Racing a través de amigos y familia.
-¿Cuál ha sido la locura más grande que hayas hecho como hincha de Racing?
-Hice de todo, algunas casi que no se pueden contar, pero con todo lo que uno siente por Racing lo volvería a hacer. Hice todo tipo de viajes para seguirlo por todos lados, se me viene a la cabeza uno más reciente en el tiempo cuando jugamos la final de Copa Argentina en San Juan, contra Boca. Estaba tan manija para ir que salí de laburar temprano para ir, agarramos el auto con mis sobrinos y mi hijo en la camioneta de Gustavo, le pegamos derecho para llegar a la hora del partido. Con el resultado final nos queríamos matar y encima teníamos que llegar al otro día para laburar, le metimos como pudimos sin dormir y al otro día ya estábamos de vuelta pensando en la próxima aventura que nos tocara. Así es el hincha de Racing, todo sale de corazón y desde el alma.
Costas es un apellido sinónimo de RACING y si bien fabio quedo menos identificado que gustavo en la gente, se nota que respira los colores académicos, suerte y seria bueno tener a ambos en el banco con este presupuesto y no como le tocó a gustavo en épocas de crisis.
Fabio es lo más grande que hay! Muy humilde, muy perfil bajo pero aparte de todo lleva un complejo adelante donde le enseñó fútbol a nenes desde 4 años en adelante; y muchos de ellos ya están jugando en clubes reconocidos
Y algunos en primera!! 🙂