“Mis hijos me enseñan a ser más profesional y eso llevaré a Racing”

Los almanaques se fueron sucediendo y el cartel de promesa que colgaba sobre él se desgastó. Ese rótulo, claro, no fue caprichoso; detrás de él, siempre hubo un jugador distinguido de un potencial enorme. Desde pequeño, muy pequeño, Gonzalo Córdoba cautivo a todos en el predio Tita Mattiussi por su talento. Tanto que su primer contrato lo firmó a los 16 años... Tuvo sus chances como parte del plantel de Primera, también en la Reserva. Pero las grietas en la conducta pesaron más y nunca pudo abrir las alas. Hoy, a los 20 años, si bien es joven, está en el momento clave para empezar a definir si se ganará un lugar serio en el fútbol o en el futuro será recordado como el pibe que nunca explotó. Tampoco pudo tomar vuelo en Barracas Central, donde jugó poco y nada en su año a préstamo. Aunque de algo se siente convencido Gonzalo. Y lo dice a viva voz. "Estoy contento. Sé que voy a volver a Racing con mucha fuerza para pelear por un lugar, para poder darle todo lo que me dio siempre. Estoy más maduro", se entusiasma el mediapunta.

El apoyo que recibió

-Jugaste apenas unos minutos en Barracas, ¿cuánto te afectó eso en lo anímico?

-Fui a buscar jugar y no los pude conseguir. Pero por sobre todas las cosas, gané un poco de experiencia. Fue complicado tener más minutos porque me tocó entrenarme con muchos jugadores de jerarquía, muy buenos: Facundo Castro, Fernando Valenzuela (dos ex Racing), Mauro Mattos, el Enano Niell, Facundo Oreja, Jorge Velázquez... Son jugadores que me ayudaron y aconsejaron mucho. Yo estaba mucho con Ramiro López, muy buena persona. Todas las mañanas él me levantaba el ánimo porque casi nunca me citaban a los partidos. Me daba tranquilidad, me decía que tenía muy buenas condciones, que no me desesperara porque el fútbol es así. Te puede tocar en cualquier momento y hay que estar preparado. En los últimos siete partidos, por lo menos, concentré y fui al banco. Me tocó jugar dos o tres veces, nomás. Pero quiero dejar claro que estoy contento porque Barracas me abrió las puertas; es un club muy familiero, me hizo sentir parte de ellos.

No preguntó por qué su casi nulo rodaje en Barracas Central

-¿Por qué creés que casi no jugaste?

-Me tocó estar con Cristian Aldirico, el técnico que dio un paso al costado. Y después vino el de la Reserva. Nunca me animé a decirles nada. Esas son decisiones de los técnicos. No tengo que meterme. Si ellos quisieron eso, por algo habrá sido... Yo sentía que las cosas las hacía bien, me esforzaba todos los días por mis hijos y por mí mismo para seguir creciendo. La única fortaleza que tenía eran mis hijos, mi familia. Ellos me dan ganas de seguir en el fútbol, que es lo que más me gusta.

-¿Sufriste algún bajón profundo en este tiempo?

-Sí, hubo momentos que sí. Me dieron ganas de dejar el fútbol. Ya no aguantaba más. "Por qué me pasa esto a mí?", me preguntaba. Pero a todos los jugadores les pasa esto. Ahora estoy más preparado que nunca. En la cuarentena me entreno los máximo que puedo haciendo doble o triple turno. A mí me costaba cuidarme en lo físico, en el tema de ser profesional. Por suerte mis hijos (Milo Valentín, de dos años, y Victoria Sophie, de uno) me enseñan a ser más profesional y a tener un mayor compromiso a la hora de entrenarme. Eso llevaré a Racing. Sin ellos ni mi señora (Florencia), no estaría en el fútbol ni tendría esta familia.

-Desde muy chico que en Racing se habló de vos como una promesa, ¿te cansó ese mote?

-Nunca pensé en ser promesa del club. Nunca se me venía a la cabeza eso. Yo disfrutaba del fútbol. A los partidos los vivía con felicidad, como cuando empecé a jugar en el barrio, de chico. Promesas, en el club, hay muchas... No hay que pelear por eso.

Dónde siente que encarrilo su conducta antes de volver a Racing

-Decías que tus hijos te dieron fuerzas para ser más profesional. ¿En qué cuestiones puntualmente flaqueabas antes?

-Nunca en mi vida llegué tarde a un entrenamiento. Lo mío era el enojo. Actitudes muchas no tuve... Pero me gustaba la calle. Entendí que esas cosas no eran para mí. En el momento no me daba cuenta: salía a jugar por plata y volvía tarde a casa. Esas cosas no las hago más. Lo mío es el fútbol, tengo que disfrutarlo. Antes no pensaba en lo que hacía. Creía que era todo fácil. La vida te golpea, esto es así. Por suerte pude aprender. Creo que ahora, cuando vuelva a Racing, van a ver lo que soy. Voy a valorar al club que siempre me dio todo. Creo que en Racing van a ver a un verdadero profesional. Obviamente que eso tendré que demostrarlo. Y si no me toca poder estar en el plantel porque Racing es muy grande, seguiré buscando otro lugar para poder volver otro día.

-¿Te imaginás ganándote un lugar en el plantel profesional?

-Eh... A la hora de competir está didfícil porque hay muchos jugadores, ¿no? Y también la pelearán muchos de los chicos que volverán de sus préstamos. Pero obviamente estoy muy preparado para lucharla, totalmente. Si me toca, trataré de demostrar.

Córdoba no llegará a Racing con altas pretensiones

-¿Y si te mandan a la Reserva?

-No tengo problemas. Sé que si deciden eso, por algo será... Podría ser porque no tienen lugar debido a la cantidad de jugadores de jerarquía que tienen. Desde el día que llegó Beccacece vi que labura con sparrings. Me ha tocado estar con él en el Sub 20 y labura muy bien. Son muy intensos. Eso me gusta porque esa intensidad es la que se necesita en el fútbol de hoy.

-¿Cómo encajaría tu juego en el de Racing?

-Ese juego me encanta: ir para adelante como loco. En este momento me gustaría jugar en cualquier lado. Hasta de arquero me animo, eh.

El aislamiento en Villa Corina

-¿Cómo llevás la cuarentena?

-En el barrio. Una locura. Estoy en un departamento de las torres de Corina. Me dan muchas ganas de bajar a las canchas de baby que tengo abajo para correr, pero no puedo porque tengo que cuidar a mi familia. Hago unos ejerecicios que me mandó Barracas y le agrego algo intrmitente por mi cuenta.Volví acá después de vivir en Wilde. Allá aquilaba, pero tuve problemas y volví para mi barrio buscando más tranquilidad. Cuando vaya a Racing seguro volveré a Wilde.

-En Racing formaste una buena relación de amistad con Centurión. ¿Hablaste con él después de la muerte de su novia?

-Le mandé un mensaje en este momento tan doloroso: primero perdió a su abuela y después, a su novia. Le mandé muchas fuerzas de mi parte. Me gustaría abrazarlo. Por más que hagamos muchas cagadas, él me enseñó muchas cosas en el fútbol. Y las valoro mucho. Es una gran persona. Yo también pasé un momento difícil: el otro día falleció el abuelo de mi señora. Y su abuela tuvo un derrame en la cabeza. Fue operada en estas horas; gracias a Dios, salió todo bien. La estamos luchando. Le mando un saludo grande a ella. Se llama Juana Gómez y me gustaría que salga su nombre en esta nota.

Foto principal: @gonzalo_cordoba10 (Instagram).