Muscio: "En casa de mi abuela nunca faltó un plato de comida para Zaracho"

Sentido de pertenencia: vinculación o dependencia que experimenta un miembro de la sociedad por la necesidad de ser parte de un país, un partido político, un grupo religioso... o, en este caso, un club. Esta definición cuadra a la perfección con Nicolás Muscio, juvenil de las inferiores de Racing que está desde los cinco años jugando en la institución. Otro hijo pródigo de Monchi Medina, el entrenador que tantos talentos ha acercado a la Academia

El mediocampista ofensivo de 20 años, que juega en la Reserva de Fleita, atiende a RDA con tono amable y gran disposición. A los seis meses de vida, Muscio ya estaba en el Cilindro presenciando cada partido de Racing en brazos de sus padres. Un tiempo después el zurdo conoció a Matías Zaracho, quien a la postre sería su mejor amigo. El joven que formó un lazo casi de hermandad con el crack que ahora brilla en Primera, abre su corazón en una entrevista donde la emoción brotará a cada momento. Como cuando recuerda que hacía dibujos de Lisandro López desde que iba a primer grado.

Hoy, a punto de dar el salto a Primera y disfrutar de compartir plantel con el capitán, nos cuenta cuáles son sus objetivos para este año, qué le dice el Chacho en las prácticas, con quién lo comparan y mucho más. Conocé a este hincha de Racing que por las mañanas se viste de jugador.          

-¿Cuál es el primer recuerdo que tenés jugando al fútbol?                            

-Mi primer partido fue a los cuatro años en Pampero, un club cerca de casa ahí en Lanús. En realidad, la primera imagen futbolística que se me viene a la cabeza es pateando la pelota en la puerta de casa con Daniel, mi viejo, y Rodolfo, mi abuelo. Tenía tres años.

-¿A qué edad llegaste a Racing?

-Estuve sólo un año ahí en Pampero y después me fui a Racing en 2003. La categoría 98' todavía no estaba armada para jugar en cancha de once así que nos quedábamos practicando en el polideportivo con Monchi Medina. Entrenábamos con la 97' y la 96'. Ahí conocí a Matías Escudero, un pibe bárbaro.

-¿Qué significa Monchi para Racing?                          

-Es fundamental para los pibes que recién arrancamos a jugar. Estoy muy agradecido con Monchi, es una muy buena persona. Aún hoy me sigue dando consejos. Su visión para darse cuenta qué chicos van a ser cracks en el futuro es impresionante. Le hace muy bien a Racing tener tipos como él en el día a día.

-¿Cuándo te diste cuenta que querías ser jugador de fútbol profesional?

 -De chiquito ya lo soñaba. En primer grado me la pasaba dibujando en todos lados a Lisandro López. Siempre fue mi ídolo. En casa somos todos fanáticos de Racing y cuando Licha empezó a jugar en Primera yo me volví loco con él. Es un animal. Mi vieja todavía guarda los dibujos que yo hacía de Licha en aquella época.

-En noviembre entrenaste un par de días con la Primera y te cruzaste al capitán. ¿Qué sentiste?

 -Algo imposible de poner en palabras. Cuando lo veo correr al lado mío... (se emociona). No lo puedo creer. Si bien todavía no pude jugar en la Primera con él, compartir un par de entrenamientos ya es todo un lujo. Todos los días me acuesto pensando en poder cumplir el sueño de estar jugando en el Cilindro con Licha.

 -El mejor compañero de Licha en el plantel es un gran amigo tuyo...

 -Sí, mi mejor amigo. Al Negro Zaracho lo conozco desde los siete años. Llegó a Racing a esa edad y al principio no éramos tan amigos. Después, su mamá pegó onda con mi abuela y ahí nos empezamos a ver más seguido.

 -¿Cómo se hicieron tan amigos?

 -Él viene de una familia muy humilde, son ocho hermanos. A veces, se les hacía difícil y no tenían para comer. Nosotros lo recibíamos felices de poder darle una mano. En casa de mi abuela nunca faltó un plato de comida para Zaracho. Era uno más de nosotros. Para mí, un hermano. Y para mi abuela Marta, un nieto más. Por eso salió en el programa Paso a Paso (Tyc Sports) muy emocionada por su nieto postizo cuando Mati la rompió en el Cilindro contra Temperley. También en la radio cuando fue convocado a la Selección hace un par de meses.

-¿Cómo sigue esta relación en la actualidad?

 -Ahora no nos vemos todos los días porque tuvo su hija y tiene menos tiempo libre al ser jugador profesional. Pero seguimos manteniendo una relación muy linda. De chicos hubo un momento que pasábamos todo el día juntos, se venía a casa a pasar una semana entera. El Negro es un pibe muy humilde, no se la cree. Sigue siendo tal cual era cuando lo conocí.

-¿Cómo les iba jugando juntos?

 -Cuando compartíamos cancha nos iba muy bien. Pero después fue pasando el tiempo y nos costó más porque jugábamos prácticamente de lo mismo. Ahora, si tengo la suerte de subir a Primera, sería más fácil porque yo modifiqué mi posición. En Reserva aprendí a jugar como extremo por derecha. Siendo zurdo me resulta fácil enganchar para adentro y darle al arco.

 -¿Te ponés algún límite de edad para seguir esperando la chance en Racing?

Por ahora no. Mi sueño es debutar acá, en Racing. Estoy a la espera de firmar contrato. Lo que más quiero es jugar a la pelota en este club. Si sigue pasando el tiempo y no aparece una oportunidad veré cómo hago. Pero mi cabeza está puesta en ganarme un lugar acá.

 -¿Te pidió algo en especial el Chacho en los entrenamientos que compartiste con Primera?

 -Sí, el Chacho me dijo que no pare de correr hasta recuperar la pelota. Una vez que la tenemos en los pies recién podemos descansar. Lo considera fundamental porque quiere que los volantes ofensivos incorporemos esa herramienta a nuestro juego. Por suerte ya venía jugando por las bandas y ahí me acostumbré bastante a seguir mi marca cuando no tenemos la pelota.

 -¿Te comparan con algún futbolista profesional?

 -Monchi siempre me dijo que me parezco a Maxi Moralez y a Diego Buonanotte. Igual yo le digo que soy un poquito más alto, je (mide 1.70).

 -¿Y vos a qué jugadores mirás?

-De Racing lo sigo mucho a Centu. De afuera me encanta Robben, es un jugadorazo. Obviamente si tengo que elegir uno me quedo con Messi. Parte desde la derecha y hace todo bien. Es único.

 -¿Qué aspecto de tu juego sentís que debés mejorar?

 -Creo que estoy aprendiendo a largarla a tiempo. Ya me estoy dando cuenta cuando la jugada pide gambetear o dar un pase. No es fácil entender eso. En el mano a mano igual me encanta gambetear, pero entendí que no conviene hacerlo en todas las jugadas. Perdés sorpresa.

 -¿Qué análisis hacés de tu desempeño en 2018?

 -Me hubiese gustado jugar más. Tuve dos partidos de titular en la Reserva y pocos partidos en Cuarta División. Quiero tener más minutos y demostrar que estoy a la altura.

 -¿Se hace difícil jugar en Reserva cuando bajan tantos jugadores del plantel profesional?

 -Es jodido. Vos entrenás toda la semana y te rompés el culo pero cuando está por llegar el día del partido bajan algunos futbolistas del plantel profesional y te quedás sin lugar. Igual son las reglas de juego y son órdenes que bajan desde arriba, hay que entenderlo.

 -¿Cómo manejás la ansiedad porque finalmente llegue la chance de jugar en Primera?

 -Estoy todo el tiempo esperando qué va pasar. Me gustaría firmar contrato en el club lo antes posible. Miro Twitter a cada rato para saber si hay alguna novedad de Racing, si me van a convocar a la pretemporada... Pero bueno, intento no desesperarme.

 -¿Cuál es tu mayor objetivo en este 2019?

 -Hacer la pretemporada con el plantel profesional a mitad de año. Si no se me da, me encantaría poder tener muchos minutos en Reserva y demostrar todo lo que aprendí.

 -¿Cuál fue la mayor locura que hiciste como hincha de Racing?

 -La locura la hicieron mis viejos. Apenas nací ya me llevaban a todos los partidos, me sacaban fotos. A los seis o siete meses ya vivía en el Cilindro prácticamente.