Nery Domínguez: "Terminó el partido y no me pude abrazar con nadie"

Todavía siente dolor. El cabestrillo le sujeta el hombro izquierdo. Las secuelas del clásico que ganó Racing están a la vista en Nery Domínguez. También los cuatro puntos en la cabeza y, por mala suerte, el tiempo que será baja por esta lesión. Pero en su rostro se dibuja una sonrisa que no le entra. La alegría todavía dura, como para todos los hinchas de la Academia, y vale más que cualquier dolor. "Valió la pena tanto dolor. La satisfacción es inmensa. El equipo dio hasta lo que no tenía", cuenta el Nery Domínguez, mano a mano con Racing de Alma y reviviendo el clásico histórico.

-¿Alguna vez te tocó jugar un clásico de esta manera? En 50 años se va a hablar de esto...

-Para mi cada clásico es una historia nueva. Cada clásico jugado deja algo para recordar. Pero lo que me tocó vivir el domingo lo voy a recordar por mucho tiempo más que nada por la forma en que se dio. Ante mucha adversidad. Hay que disfrutar.

-Quizá tome más dimensión dentro de más tiempo...

-Si, será recordado por mucho tiempo. Los que lo vivimos no nos vamos a olvidar y fue una hermosa experiencia.

Nery Domínguez y el partido de Racing y el apoyo de la gente

-¿Qué sentiste en el momento de las expulsiones?

-Primero bronca e impotencia porque estábamos haciendo un primer tiempo bárbaro. Estábamos mostrando cómo se tiene que jugar un clásico. Así y todo, con 10, nos acomodamos y seguimos jugando bien. Así salimos al ST, con la convicción de ganarlo, pero la expulsión de Leo Sigali fue un baldazo. Nos acomodamos y nos hicimos fuertes.

-¿Pensaste que los goleaban?

-No, nunca se me pasó por la cabeza. Son situaciones que te cambian el partido, pero era dar un poco más y aguantar. Había que entender los momentos y ser inteligentes. Saber que nos iban a generar y no volverse locos. Ahí aparecieron las atajadas de Javi García, algún cierre de Mauri. Emociona el partido que hicimos.

-La gente estuvo eufórica desde el inicio, pero después de la segunda roja se vino la cancha abajo del apoyo, ¿qué sintieron?

-Sí, sin dudas. La gente jugó su partido y se sintió. Alentar, poner incómodo al rival. Explotaron el estadio y alentó sin parar. La gente nos dio la fuerza para aguantar.

-¿En la cancha casi que no se siente el cansancio?

-Sí, es así. La verdad que fue terrible. Terminó el partido y no me podía abrazar con nadie porque tenía el hombro lastimado y la cabeza cortada. Recién ahí sentí que estaba exhausto.

Nery Domínguez contó qué hizo con la camiseta

-¿Tu camiseta es la imagen de lo que fue el partido?

-No se si la imagen, pero quizá llamó la atención porque justo fue en el final y cómo lo terminé. Creo que fue algo de todos que pudimos sacar adelante.

-¡¿Cómo no te la guardaste?! Yo no se la daba a nadie...

-Ja, es que cuando me estaban arreglando el hombro en plena cancha me dijeron que la querían y no me importó. Con tal de que me arreglara el hombro y volver a jugar. Y la otra me la pidió mi mujer, también es un regalo para ella que me banca siempre.

-¡Lo que habrá sufrido cuando te lastimaste!

-Sí, uno no se da cuenta con tanta adrenalina, pero ellos sufren mucho. Y más cuando te lastimás. Apenas me vio no sabía como abrazarme porque estaba todo lastimado, ja. Pero valió la pena quedar así. Ellos vieron cómo me preparé para el clásico.

-¿Son esos partidos en los que ya no quedó nada para dar?

-La verdad que sí. Creo que si me exprimían no salía más nada. Todos dejaron todo y se notó. Creo que los viejitos mostraron que saben jugar esta clase de partidos. Licha dejó la cancha liquidado y entró Darío que se corrió todo. Chelo también. En realidad todos, es injusto hablar de alguien particular. Hicimos un partido perfecto. 11 contra 11 y cuando nos quedamos con dos menos. Hubo oficio e inteligencia.

Nery Domínguez habló de cómo lo ganó Racing

-¿Te sorprendió cómo jugó Independiente el clásico?

-No creo que me corresponda hablar de eso. Cuando es un clásico se prepara lo mejor posible y después son días y momentos. Es fútbol, puede pasar cualquier cosa. Mi experiencia en los clásicos me demostró que son partidos aparte.

-¿Racing lo ganó desde la actitud?

-Creo que hicimos un partido Inteligente, con mucha actitud y con fútbol. Hicimos todo bien. Logramos ponerlos incómodos en todo momento.

-¿Te sorprendió ver a Chelo Díaz en el área rival a los 42 minutos?

-Jaja. No, la verdad que no porque se cómo es Chelo. Un tipo de una calidad bárbara. Fue una jugada rara, que eché a Iván para ganar tiempo y le tiré un pase a Darío para que hiciera lo que pudiera. Tuvimos fortuna porque remató Walter y quedó la pelota ahí. Hubo un gran pase de Miranda sin tocar la pelota y después Chelo se puso nervioso para definir. Cualquier otro le metía un bombazo a cualquier lado. ¡La pelota pasó entre cuatro jugadores rivales!

Los festejos de Racing en el vestuario

-¿Cómo fue el vestuario?

-Un vestuario ganador, muchas abrazos y alegría. Disfrutamos, acordarse del sacrificio y de la familia. Sabíamos que ganar este partido es un empujón anímico importante. Ahora hay que aprovecharlo.

-¿Coincidís con Pillud que vale como un título?

-No, no estoy de acuerdo con Iván, ja. Creo que confunde el contexto y cómo se dio todo, pero un título no se compara con nada. Quiero ganar siempre estos partidos, pero un campeonato es algo increíble.

-¿Es de los triunfos que más te marcaron?

-Este partido fue muy emocional. En mi cabeza va a estar por siempre. En mi cabeza me queda este partido y el clásico que me tocó convertirle a Newell's cuando jugaba en Central.

-¿Cómo fueron los últimos minutos casi sin poder moverte?

-Al principio estaba mareado por el golpe y no podía mover el brazo. Me dijeron que fuera de nueve, pero no podía. Me quedé en el medio para hacer bulto y si me llegaba la reventaba. Estaba dolorido, pero en ese momento no pensaba en otra que aguantar. Cuando terminó el partido ahí empecé a sentir el dolor fuerte.