"No gané nada, pero Racing me cambió la vida"

A 35 kilómetros de San Salvador de Jujuy, Perico es el hogar de Talleres. Fundado en 1944, es uno de los clubes más importantes de la zona y actualmente milita en el Torneo Federal B. Su capitán es nada menos que Franco Sosa, defensor muy identificado con Racing. Nadie podrá decir que el tucumano no era de esos jugadores que se pelaba el cuero en cada partido. Hoy, a los 36 años, da sus últimos pasos muy lejos de la Primera. "Tengo compañeros que trabajan en una estación de servicio o en la Municipalidad. Los entrenamientos suelen ser a la tarde así pueden trabajar", le dice el tucumano a RdA, en otro mano a mano exclusivo de Racing por el Mundo.

-¿Jugás por amor al fútbol o todavía es un trabajo?
-No es que me sobre el dinero... Hay que trabajar porque el fútbol se acaba y uno después no sabe... A estos torneos, igual, se le mete más ganas y corazón que fútbol... Todavía tengo deseos de jugar. En Perico no cobro mucho, pero todavía no quiero dejar...

-¿Cómo es Talleres de Perico?
-En el Norte es un equipo conocido... No pagan mucho, pero cumplen... Ahora estamos parados porque el torneo recién comienza a fines de mayo y cada uno se las rebusca como puede... Los hinchas son muy seguidores... El estadio tendrá una capacidad para 12.000 personas, y a la cancha irán entre 3.000 y 5.000, depende de cómo le esté yendo al equipo.

-Imagino que debe haber canchitas difíciles...
-Si preguntás en la zona, la nuestra es de la más jodidas. Contra Brown de Lule (equipo tucumano) fueron 40 0 50 de Perico, los mandaron a un corralito y los apedrearon. Les abrieron las puertas... Había sólo 20 policías y fueron lastimados... Hay canchas jodidas, sí... Puertas que sólo tienen un pasador y si te vienen 100 personas la abren como quieren... No hay poder económico para tener una buena cantidad de policías...

-¡Qué lejos estás de Racing! ¿Qué recuerdos te quedaron?
-Cuando me preguntan, digo que fue la mejor época...  No gané nada, pero Racing me cambió la vida. Peleamos el descenso, estuvo el gerenciameinto, no cobramos... Pero jugar ahí fue único... En Boca gané dos titulos y perdí una final de Libertadores, pero no me tocó ser tan participe como en Racing. Hice muchos goles, algunos importantes, y siempre recuerdo a mis hijos, las buenas épocas, los hinchas siendo incondicionales...

-¿Tu gol más importante?
-Varios... De tiro libre, contra Arsenal, porque estábamos muy mal y hacía mucho que no ganábamos. El de clásico contra Independiente, que entró a ver el video por Internet y veo gente llorando. Pero el más importante fue contra Central, en Rosario. Era rival directo para zafar del descenso y ganamos 1-0. Ahí despegamos. 

-¿Guardás cosas de aquella época?
-Tengo recortes, cuadros colgados... Había un hincha que pintaba y me hizo varios murales... Cuando me pongo a buscar los encuentro y es un lindo recuerdo. La verdad es que ahora Racing está bárbaro, pero no me arrepiento de la etapa que viví. Quedar en la historia es ganar títulos, lo sé. Pero nosotros sacamos a Racing a flote. Estábamos mal... Yo lo tomó casi como ganar un título...

-No hay hincha que no te recuerde por tu garra...
-Mi faceta no era jugar al fútbol. Me gustaba marcar, sabía que era mi virtud, que no me iba a hacer el habilidoso si no me daba para eso. Siempre me ayudó hacer goles de tiros libres.

-¿Te marcó más Racing que Boca?
-Llegar a Racing me permitió jugar en Europa. Boca me marcó también... Por la calle te conocen. Tuve mucha mala suerte en Boca, en Racing creo que me lesioné una vez en tres años y en Boca me tocaron todas las que no tuve en mi carrera. Eso me impidió ser lo que fui en Racing.

-Dejando el fútbol de lado, ¿qué hacés ahora? 
-Voy mucho a pescar, acá hay muchos diques... Llevo a la escuelita de fútbol a mi hijo, tengo un negocio de ropa... trato de hacer cosas. Al local de hombres, un siamo fuori, voy más seguido. Tengo uno de mujeres que se encarga más mi señora, ahí me siento un poco incómodo. Aunque lo que más me gusta es estar en casa...