Hola amigos!! Confieso que mientras escribo esta columna estoy pensando más en el reinicio con Tigre, más que nunca fundamentales tres puntos, que en lo que pasó en Junín. Porque aunque me crean loco, y sospecho que somos varios millones, todavía no me bajo del campeonato. Algunas apostillas del partido con Sarmiento: creo que jugamos con uno de los tres peores equipos del campeonato (los otros dos son Quilmes y Arsenal). No quiero quitarle mérito a esta victoria porque la desesperación de estos rivales por no irse al descenso les genera un plus peligroso que en otros tiempos lo padecíamos. No puedo creer que no extrañé a Licha, aunque lo quiero ya de titular, más allá de que el tridente Bou-Acuña-Martínez por momentos parece imparable. Párrafo aparte para un Aued que mete y toca con una regularidad sostenida, que lo hizo figura en el segundo tiempo y un Meli que no me termina de convencer, sin ideas y perdiendo muchas pelotas. Y por favor Cocca: decile a Torsiglieri que Loustau le perdonó la vida, pero si nos cobraban ese penal boludo era para matarlo (imagínense si lo hace con los amargos). En definitiva, esta vez no regalamos el primer tiempo y nos miramos en el espejo del 2014. Después de todo, si en el Cilindro somos casi imbatibles, el Eva Perón no nos iba a defraudar. Está claro que si Evita viviera, ¡¡sería racinguista!!