Hay un niño de 32 años en el mundo del fútbol. Que no se ruboriza al definirse "muy mamero", que está todo el día con alegría y transmite frescura en cualquier ámbito donde esté. Repartidor nato de buena vibra, es un niño grande al que le fascina ser lo que es. Y fascina a los demás con esa sonrisa generosa que muestra en cada foto y -lo más valioso- puertas adentro. Nada es forzado para Iván Pillud si se trata de ocurrencias, de divertir, de contribuir al buen clima en un vestuario.
"¿Cómo hace para estar siempre así?", se preguntan alrededor de este personaje que vive la vida con la mejor cara. Siempre. Es que ni siquiera el hecho de ver los partidos de Racing desde el palco alteró el humor cotidiano del jugador más antiguo del plantel, que llegó hace ocho años al club y fue campeón en 2014. Si hasta genera que Lisandro López, pese a ser "muy fastidioso", se distienda cuando lo imita a la perfección con su voz nasal... Pero no todo es broma. Cada tanto, en esas charlas relajadas, el capitán le habla muy en serio. Y el defensor lo escucha del mismo modo.
"En las prácticas a veces le tiro en joda a Licha: "Aprovechame que me quedan mis últimos dos meses acá, eh". Y él me responde: "Ivancho, seguí entrenándote siempre así. Boludo, quedate en Racing que vamos a salir campeones". Yo le digo: " ¿¡Cómo no me voy a quedar?! Quiero que salgamos campeones". Tenemos un potencial muy bueno. Todavía no tocamos techo. Estoy convencido de que podemos ser campeones", le cuenta el lateral a Olé.
-¿Cómo lo viste a Licha contra San Lorenzo?
-Es el pilar más importante del equipo. Desde su juego, su contagio, sus ganas, su voluntad de no parar de correr a los 35 años... Tiene todas las luces encendidas. Cuando él está bien, las cosas salen más fluidas. El equipo es un fiel reflejo de lo que hace él en la cancha. Racing venía de dos palos duros ante Boca y San Martín de Tucumán, pero demostró lo que no había tenido antes. Si bien no fue bueno el primer tiempo, con actitud y juego lo dio vuelta.
-¿Qué les venía faltando?
-Con Boca, por ejemplo, sacamos mucha diferencia física y futbolística. Estábamos 2-0 y no supimos cerrar el partido. Tendríamos que haber trabajado un poco más algunos partidos. Faltó que los grandes transmitieran esa experiencia en los momentos justos. "Muchachos, faltan tantos minutos. Licha, llevate la pelota arriba, genera una falta y quedémonos dos minutos tranquilos. Durmamos el partido...", faltó decir. El equipo vivía al ciento por ciento, jugaba al palo por palo los 90 minutos. Y a veces tenés que meter las cosas en el freezer. Desde afuera se ve mucho más claro.
-Hablando de vivirlo desde afuera. ¿Cómo lo sobrellevás?
-Ni yo me acuerdo cuánto hace que no juego, je. Si bien estuve contra Patronato (el 18 de marzo) y en dos partidos del semestre pasado por la Libertadores (frente a la U. de Chile y Cruzeiro), al principio me parecía bastante raro esto de no concentrar, de ver los partidos desde el palco o viajar sólo para acompañar al plantel. Es algo atípico, no lo podía digerir. Después me acostumbré. Igual, es feo acostumbrarte a esto. Es una contradicción...
-¿Creés que merecés al menos estar entre los citados?
-Primero, el que decide es el técnico. Y segundo, hoy Racing está puntero. Renzo (Saravia) viene haciendo un gran trabajo. Se merece el paso que está teniendo por la Selección. Contra Brasil fue una de las figuras. Es un gran jugador, con mucho futuro y grandes condiciones. Desde que se puso la camiseta de Racing, cumplió al ciento por ciento. Yo lo único que tengo que hacer es esperar y seguir entrenándome. Si lo hago bien, lo voy a hacer crecer a él.
-Después de que Renzo anulara a Neymar, circuló una foto de cuando jugaste en la Selección y también marcaste al brasileño. ¿Qué sentiste al verla?
-El primer partido fue en San Juan (2011), donde empatamos 0 a 0. Y al otro, en Brasil, lo perdimos. Ahí me tocó marcar a Neymar. Me agarra nostalgia. Son momentos hermosos. Me dan ganas de volver a esa época. Renzo me recuerda a mis tiempos, me siento identificado. Ha crecido muchísimo desde que llegó a este club. Me sorprendió cuando jugó su primer partido en Racing; no salió más. Es muy difícil que consiga eso un jugador viniendo de equipos no tan grandes como Racing.
-¿Cómo es tu relación con él?
-Hablamos mucho, le doy consejos. Hasta lo recontra cagué a pedos después de que lo expulsaran en un partido de la Libertadores (NdeR: ante Cruzeiro, en el Cilindro), cuando faltaban pocos minutos para el final e íbamos ganando 4 a 2. Le dije que le había hecho una falta innecesaria a un jugador de espaldas, contra la línea. Y que no tendría que haber ido al piso porque ya tenía amarilla. Yo soy un loco así de sencillo y simple. Si le va bien a él, me va bien a mí. Si le va bien al equipo, nos va bien a todos. Ese es el fin de un grupo, ¿no?, más allá de que me toque estar o no. Tengo un amigo que me dice que por ahí no estoy en el lugar correcto...
-¿Y qué le respondés?
-Que no sé si toda mi vida voy a poder ser titular. Quizá estoy en el lugar y momento correctos, que me dicen que hoy tengo que estar afuera. Porque los muchachos que juegan lo hacen muy bien y a mí me toca trabajar desde lo anímico, desde empujar al grupo para estar bien.
-¿Es muy difícil mantener el buen humor sin jugar?
-Una de mis virtudes es que estoy así las 24 horas del día. Es muy difícil que me enoje con alguien. Tengo momentos de nostalgia, como lo que te decía de Renzo y la foto con Neymar. A veces digo: "Puta, cómo me gustaría estar en el lugar de Renzo hoy". Pero ya lo viví. Jugué cinco partidos en la Selección, en ese momento me fue muy bien. Después llegó mi enfermedad, en 2013 (hepatitis B).
-Y ahí se terminó la alegría...
-Ahí sí. Me agarró un cagazo... Fue la última vez que lloré. Sentí mucho miedo cuando me di cuenta, realmente, de lo que era la enfermedad. Soy un loco muy fuerte mentalmente, pero la vi a mi vieja llorando en el sofá y se me piantó un lagrimón. Las viejas son unas genias. Se vino un mes y medio a Buenos Aires a vivir conmigo. Yo no me podía mover de la cama y además soy muy mamero, je. Después volví a ser el de siempre. Juegue o no, siempre estoy de buen humor. Quiero lo mejor para el grupo. Y desde mi persona, quiero transmitir felicidad. Además, soy muy profesional a la hora de entrenarme. Hay tiempo para joder, para poner buena cara, y lo hay para entrenarse. Con alegría, siempre. Porque hay muchos chicos que quisieran jugar al fútbol y no pueden hacerlo. Somos unos privilegiados.
-Volviendo a lo divertido. ¿Quiénes te acompañan más del plantel en esa buena onda?
-Hay muchos pibes jodones en el buen sentido. Augusto Solari, por ejemplo, es de los que está siempre con el ánimo arriba. Un día entrás al vestuario y por ahí Licha está con Donatti, García con Augusto, Renzo por otro lado... A veces nos juntamos cuatro, otros diez o por ahí me voy a la utilería con Centu, Neri Cardozo, Damián (NdeR: Kimelman, el coordinador del plantel)... Me doy con todos por igual. Es un grupo muy sano. No hemos tenido inconvenientes, nunca nos peleamos.
-¿Qué es lo que más disfrutan tus compañeros de vos?
-Cuando imito a Licha se vuelven locos. Un día, en el micro, Augusto se puso a filmarlo. Lisandro hacia que hablaba moviendo la boca y yo, de atrás, le ponía la voz. Fueron diez segundos de video buenísmos. Los pibes, cada vez que entro al vestuario, me ponen eso. Licha a veces me mira con cara de culo como diciendo "sos un hijo de puta". Pero después, en definitiva, me ama. Me llevo muy bien con Lisandro.
-¿Cuál fue la broma que más recordás?
-Hubo una zarpada cuando estaban Vietto, Bruno Zuculini, De Paul, Fariña, Centu... Viola era un pibe muy bueno haciendo jodas, pero en el vestuario estaban el Chino (Saja), el Tano Ortiz, Camoranesi... Los más grandes no sabíamos: cuando dejábamos las zapatillas en el looker, Titín nos tiraba yerba, shampoo, talco... No lo podíamos agarrar. Hasta que lo vi, complotado con los más pibes, poniéndole shampoo a unas zapatillas de Saja. Bueno... ¡Para qué! De cayetano le fui a contar al Chino porque esas bromas ya eran medio pesadas. A veces el Chino traía jeans y zapatos, y le aparecían lleno de cosas. Por ahí tenía que irse a algún evento o programa y ya esas bromas hinchaban las pelotas...
-¿Y qué hizo Saja?
-Cuando le conté se puso ciego. Quería hacerle algo malo. Al otro día entrenábamos a la mañana en dos grupos. Nosotros en el primero y Viola, en el segundo. Cuando nosotros terminamos, nos fuimos al vestuario. Titín andaba en un Audi bastante lindo, con llantas como de 20 pulgadas. Lo complotamos a uno de los utileros y nos trajo la llave del auto. Lo acercamos hasta la puerta del vestuario, lo levantamos con un gato, le sacamos una cubierta con todas las tuercas y se la metimos en su looker después de rayársela. Cuando llegó, Viola se dio cuenta de que había sido Saja y le fue a decir algo: el Chino se lo quería comer crudo. A partir de ahí, cuando a Viola le tocaba pasar por el puente que solemos armar nosotros para la manteada, el Chino era el único que le pegaba con la mano cerrada. Saja enojado... Correte porque te lleva por delante.
-¿Sentís que los jugadores valoran la alegría que les transmitís sin siquiera estar entre los 18?
-No es que vienen a felicitarme, pero me siento querido. Nosotros tenemos que ser muy agradecidos por el lugar donde estamos. Me gusta ser un poco el alma del grupo. Cuando alguien pone cara de culo, tiro un chiste para que alguien se cague de risa y distender un poco el clima.
-¿A vos te hacen jodas?
-Sí, y a veces me caliento. Con Solari, por ejemplo. Tenemos una amistad muy linda. Como yo lo busco a él, él me busca a mí. En el loco siempre le digo algo y él se enoja. A veces tengo esos cinco segundos... Cuando hago algo malo, el técnico para la práctica para decirme "Iván, no hagas esto". Después, Augusto me dice algo sobre eso y me pongo ciego.
-¿Es cierto que incentivabas a delanteros del equipo para que hicieran más goles?
-A Vietto le dije que si hacía una determinada cantidad, le regalaba un reloj. Y así fue. Era un reloj que había comprado en Europa. Después me quería cortar las bolas porque tenía que cumplir con mi promesa, je. Ah, aprovecho para hacer esta denuncia: cuando concentrábamos juntos en 2014, Diego (Milito) tenía un relojito lindo... Un día le dije que si salíamos campeones, quería ese reloj. Me lo prometió, pero nunca me lo dio. Milito me debe un reloj. Si vendo ese relojito, me compro una casa, ja. No, mentira, tanto no. Se lo voy a pedir. Porque si yo le di un reloj a Vietto, ¡¿cómo el Príncipe no me lo va a dar a mí?!
-¿Seguís motivando jugadores con regalos?
-No, es que la inflación nos está matando a todos. Antes jugábamos por otras cosas: por cargar un tanque con combustible, por comprar un reloj o perfumes. Ahora jugamos por alfajores, ¿me entendés? Sólo por cajas de Havanna. Aunque en los reducidos que hacemos, el que pierde tiene que pagar los asados de la semana.
La predicción de Iván
-¿Esta situación de no jugar te hizo pensar alguna vez seriamente en irte a fin de año?
-Si me voy de Racing, tiene que ser afuera. Ya se lo dije a mi representante: no me quiero ir a otro club de Argentina. Newell's es un equipo que desde hace muchos años me está buscando... Pero me siento muy bien para seguir en este club. Creo que podemos seguir ganando muchas cosas, más con el plantel que tenemos hoy. Obviamente que no descarto ninguna posibilidad, pero quiero cumplir el contrato que me queda hasta junio de 2020. Renzo, seguramente, si sigue en este nivel, tendrá muchas chances de ser vendido. Después veré con quien competiré en el puesto. Siempre fui muy leal en eso. Si se queda, Renzo tiene que seguir jugando de acá hasta que finalice el torneo. Apoyaré desde atrás. Y en caso de que yo reciba alguna oferta de afuera, primero lo hablaré con mis compañeros y después, con la dirigencia. Si me preguntás lo que pienso a futuro, te digo que voy a ganar una Libertadores con Racing... Me tengo toda la fe del mundo.
Fuente: Diario Olé.
Muy bien Iván tendrás tus limitaciones q alguno puede criticar . Pero la voluntad la entrega no se negocian siempre diste todo gracias Iván !!!
GRACIAS IVAN !!!! NO SE OLVIDA QUE SOS UN CAMPEON!!! SIEMPRE CON UNA CUOTA DE HUMOR Y POSITIVISMO, AUN CON TUS ALTIBAJOS TE BRINDAS COMO EL MEJOR!!!
Gracias por la buena onda y por querer tanto a RACING! Yo te banco y te quiero en el equipo
Te quiero Ivan!!! No te vayas nunca!!!!!
Sos un luchador de la vida, a pesar de todo siempre fuiste al frente, por eso sos de Racing y campeón, grande Ivaaaan. y que el principe te de él Reloj.