Ponelo en el freezer, sacá las Copas. Pero aguantá, todavía no descorches. Yo también tengo ganas, me muero de ganas por brindar. Falta poquito, muy poquito. Racing hizo lo que tenía que hacer. Cuando hace una semana parecía tener dos pies y medio afuera de la próxima Libertadores, el equipo tuvo un cambio de sistema y de actitud que se vio dentro del campo de juego. Triunfazo en el Monumental, tremenda victoria ante Colón en el Cilindro y ganó la última final ante Banfield, el Cuco del torneo. Nueve de nueve con carácter y rebeldía. Con mucho Huevo, bah, casi todo Huevo. Con los pibes haciéndose gigantes en el momento más difícil. Y volvieron a cumplir ante el Taladro, donde eran prácticamente invencibles. La Academia le tiró la chapa encima al rival y, con autoridad, le ganó 3-1 a los de Julio César Falcioni.
Ahora, es el momento de sentarse en la tele y esperar. Ser parte de la defensa de Quilmes, Lanús y Talleres en cada centro del rival. De meter en el medio y de picar al vacío para tratar de convertir en un ataque. Es simple, Racing necesita que Estudiantes, San Lorenzo o Independiente (cualquiera de los tres) no ganen para ingresar a la Copa. En ese caso, ocupará el quinto puesto (va a repechaje). Si dos de estos no ganan, quedará cuarto e ingresará directo. Ahora, si los tres ganan su partido, Racing quedará en el sexto lugar por lo tanto, deberá esperar que algún argentino que haya terminado entre los primeros cinco lugares gane la Libertadores o la Sudamericana y así liberaría un cupo.
Dejalo en el freezer, dale. Aguantá un cachito y cruzá los dedos que si todo anda bien, el martes por la noche se pueda brindar y seguir de Copas hasta el jueves en el mano a mano contra el DIM por la Copa Sudamericana.