El sonido difuso que disparaba ese parlante se iba acercando cada vez más por el pasaje Corbatta. No llegaba a escucharse con claridad lo que se anunciaba desde el techo del rastrojero, pero evidentemente Diego Cocca sabía de qué se trataba. Lo conocía... Cuando la voz del vendedor ambulante ya se mezclaba con las respuestas del técnico, éste dejó de hablar de fútbol y, en plena conferencia de prensa, se tomó una licencia divertida.
"Díganle que nos traiga una sandía así la comemos entre todos. Encima trabaja un feriado, es un fenómeno", soltó el entrenador, entre risas, poco antes de que terminara el dialogo con los periodistas a un día del partido ante Godoy Cruz.
Ya en la calle, Racing de Alma habló con el hombre del rastrojero. "Suelo tener sandías, pero hoy no", comentó a la vez que le vendía otras frutas y huevos a unos vecinos. Y se despidió com gratitud: "Un groso Cocca, le agradezco por hablar de mí. Ojalá que Racing salga campeón". La sandía, entonces, quefó pendiente.