La gente no entraba en las tribunas. Los pasillos de las plateas estaban colmados. Todos los sectores del Cilindro eran una sola voz, un solo grito q ue se abrazaba a la locura y agitaba las banderas y las remeras.La noche del 14 de diciembre de 2014 quedará en la memoria de todos los hinchas de Racing como la fecha en que Avellaneda se vistió de fiesta, justamente ante el rival de este lunes, Godoy Cruz.
No se cumple un aniversario, no se define la coronación. Pero ahora es el momento para tener el ánimo por las nubes y de dejar lo negativo a un costado. Como si fuera poco, se repite el rival del momento futbolístico más importante de Racing en los últimos diez años. Por supuesto que vale la pena recordarlo. Ese domingo, además, hubo elecciones en Racing.
Desde temprano, los alrededores del estadio estaban repletos de personas. Había nerviosismo, pero confianza. Ese equipo daba confianza. A las 20:30 se jugaron los dos partidos que definían el torneo: Racing-Godoy Cruz y River-Quilmes. Cerca de 60.000 hinchas hicieron vibrar al estadio, mientras otros 30.000 esperaban afuera. Desde el 12 de noviembre de 1961 que Racing no se coronaba en su casa, es decir que habían pasado 53 años sin que se diera la vuelta en el Cilindro. La mayoría de los que allí estaban no había visto semejante acontecimiento. Todos querían estar, porque la fiesta sería inolvidable.
Primero hubo que sufrir
El Tomba presentó batalla en un primer tiempo durísimo, con los nervios evidentes en el equipo liderado por Diego Milito. Pero a las tres minutos del complemento, la historia iba a cambiar para siempre. Gastón Díaz se escapó por la derecha y realizó un enganche épico, como si tuviera una pala en su pie, para dejar tirado contra los carteles al lateral izquierdo Cosaro. Levantó la cabeza y envió el centro al segundo palo. Allí esperaba Ricardo Centurión, con la 10 en la espalda, el que nació y creció en el predio Tita y que hoy le toca esperar disciplinado en el mismo lugar (vaya paradoja). Centu dio unos pasos hacia delante y a la carrera cabeceó potente al palo contrario del arquero. Gol y explosión.
Racing había conseguido el título tan deseado en casa, la misma casa que cada 15 días alberga a los hinchas esperanzados, que demuestran su aguante y su amor incondicional. Este lunes habrá una prueba más. Defensa metió presión y el equipo de Coudet viene de una derrota dolorosa. Pero este club sabe de remontadas, y esta cancha (con esta gente) sabe de aguantes y de fiestas. El equipo de Coudet es confiable, está haciendo una campaña que inspira confianza y un tropiezo debería quedar rápidamente en el olvido. Esta es la oportunidad. Racing repite el rival de aquel glorioso final del 2014 (como otras veces) en una semana difícil, pero con las ilusiones intactas. Y nada es casual en el mundo de fútbol. Que vuelva a ser, como aquel entonces, una fiesta.