El triunfo alivió, ¿o no? Es difícil. La herida está abierta, bastante. Todavía duele. Por eso es imposible no pensar en este triunfo ante Godoy Cruz por la Copa Diego Armando Maradona, y trazar un paralelo con lo que pasó en la Copa Libertadores. Un gol necesitaba Racing. Sí, un gol. Nada más. Y no hizo ninguno. Este domingo hizo seis, pero no logró cambiar la imagen.
Como pocas veces, cada gol fue un puñal. Dolió ver a Melgarejo festejar tres goles cuando ante Boca tuvo una calarisima y definió pésimo. Sí, igual que su segundo gol personal ante el Tomba. Porque a todos los hinchas de la Academia se nos vino a la cabeza esa jugada en la que en la Boca definió mal y cruzado y esta vez definió bárbaro arriba al primer palo.
Ni hablar de las veces que llegó a posición de gol para convertir. O Rojas, que esta vez si jugó (en el segundo tiempo) donde más cómodo se siente y llegó claro al gol. Racing hizo con Godoy Cruz todo lo que le faltó ante Boca. Mostró reacción, rebeldía y llegó muchas veces al arco rival. Es cierto, se acordó un poco tarde porque la Copa Libertadores ya es historia. Un triunfo que duele y que hasta da bronca.
Racing fue muy superior a Godoy Cruz
Es difícil de analizar, pero es cierto que Racing entendió el partido en el segundo tiempo. Después de ir perdiendo y de un primer tiempo pobre, Beccacece entendió que Racing no podía jugar con cinco defensores ante Godoy Cruz. Tenía que arriesgar más y buscar el triunfo.
Por eso en el ST soltó a los puntas y a los laterales volantes. Dejó a Miranda más como volante fijo y Melgarejo y Rojas hicieron de las suyas. Claro que contaron con la complicidad del arquero rival que nunca respondió bien. Un triunfo que duele y que da bronca, pero que era necesario.