Pasaron más de 40 días desde la última presentación oficial de Racing. Más allá de la caída con Gimnasia con mayoría de suplentes, el verdadero equipo del Chacho dio el presente esta noche en La Feliz ante Rosario Central. Y demostró que sigue intacto.
En los primeros 45 minutos hubo un sólo equipo. Al Canalla pareció gustarle lo que hicieron los de Coudet, quedando reducidos prácticamente a espectadores de lujo. La pelota fue dominada de principio a fin por la Academia de Avellaneda en esa primera etapa. El Chelo Díaz inició los ataques desde la zona defensiva con su jerarquía habitual, sin que se note su falta de ritmo. Metros más adelante, Matías Zaracho manejó los hilos del equipo. Solari y Pol también aportaron en la creación y Centurión, de delantero, mostró su brillo distintivo.
Adelante, el incansable Jonatan Cristaldo. Imposible para la defensa de Central. Generó varias situaciones de gol, a pesar de que recibió varias infracciones del rival (no le cobraron un penal). El Churry aprovechó un sonso penal de Rinaudo a Solari para colgarla del ángulo y demostrar que lo suyo no es sólo un veranito. Quiere mantener su lugar en el equipo, a pesar de Cvitanich.
En los primeros 20 minutos del segundo tiempo, se vio lo peor del equipo. Inconexo y algo desconcentrado, Racing perdió la pelota y sufrió por los embates de Central.
Cuando las papas quemaban, Gabriel Arias sostuvo el resultado en su regreso tras más de tres meses sin atajar y Sigali sacó una pelota en la línea para aguantar el marcador. Con los rosarinos muy cerca del empate, el Chacho aplicó un calmante: ingresó Nery Domínguez por Centurión y Díaz retrocedió unos metros, parándose de líbero.
Tras la modificación, el conjunto de Avellaneda se ordenó y volvió a controlar el partido. Incluso pudo haber aumentado el marcador. Pol Fernández y Cvitanich, que debutó, pudieron haber hecho el segundo tanto pero no estuvieron lúcidos a la hora de definir.
En una semana, en este mismo estadio, la Academia jugará un partido clave ante Aldosivi. Con Defensa y Justicia al acecho, los de Coudet deberán comerse al Tiburón para continuar por la senda ganadora en la Superliga. Lo positivo es que, 40 días después, Racing sigue siendo el mismo. Y eso que no jugó Licha.