Tratá de pasar el pedazo de torta, dale. ¿O no te quedó atragantado? Es una fiesta. Total. El grito continúa. Es imposible parar. Algunos, se acordaron del de Centurión en diciembre de 2014. No por lo que fue, sino por el desahogo. Explota el Cilindro y Racing delira. No es para menos. 47' del segundo tiempo y Gustavo Bou la clava en un ángulo. Se hace justicia. Otra vez la Pantera es el encargado, aunque en este caso cuanta con un socio ideal: Pablo Cuadra.
La Academia jugó muy bien. Desde el arranque, nomás, pasó por arriba a Godoy Cruz. Lo anuló por completo. Una, dos tres... Las situaciones de gol llovían pero otra vez la mala definición y una muralla en vez de un arquero (Rey tuvo una noche brillante y sacó casi todo) no dejaban que Racing se pusiera en ventaja. Y, para que la confianza caiga mucho más, en la primera que el Tomba llegó, Correa puso el 0-1.
Y a remar. A intentar sacar adelante un cumpleaños que parecía arruinado. Mucho más luego de las dos lesiones (Pillud y Martínez) y el sorpresivo cambio de Cocca que sacó a Mansilla. Pero por él entró Cuadra. El animador de la fiesta que logró levantarla: la bajó en el 1-1 que marcó González y asistió a Bou en el 2-1 agónico. El cumple es total. Soñado, sufrido, loco. Bien como lo marca la historia de Racing que, ayer volvió a celebrar en la cara del conjunto mendocino. El Tomba lo sabe, Racing te enfiesta...