Un inframundo. Un lugar donde todos los grandes parecían ir directo a su tumba. Bastante tuvo que ver lo que se generaba siempre a su alrededor, está claro. Pero lo cierto es que el estadio Brigadier Estanislao López significó un calvario para muchos. Un sufrimiento cada vez que debían visitar a Colón en Santa Fe, sobre todo para los colosos del fútbol argentino. Menos para Racing en el último tiempo, en torneos locales.
La pésima organización de los certámenes oficiales, sus reestructuraciones y respectivas modificaciones tuvieron como consecuencia, por ejemplo, que la Academia no visitara ese escenario por 2044 días. El equipo hoy dirigido por Eduardo Coudet (que sólo se midió una vez como DT ante el rojinegro y ganó) volverá a jugar ante el conjunto sabalero, en el Cementerio de los Elefantes, después de cinco años, siete meses y seis días.
Un lugar que le sentaba muy bien hasta aquel 3 de agosto de 2013. ¿Por qué? Racing salió ileso en los últimos cuatro enfrentamientos disputados en esa cancha. Tres triunfos y un empate ante el Negro de Santa Fe, con ocho goles a favor y sólo uno en contra. Justo ahí, donde los equipos grandes sucumben inexorablemente.
La costumbre de sonreír en Santa Fe
La seguidilla comenzó en la fecha cinco del Torneo Clausura 2011. Ese día, la escuadra dirigida en ese entonces por Miguel Ángel Russo goleaba 4-0 a un Colón endeble y fusilado mentalmente. Y encima, trepaba a la cima del campeonato con 12 unidades. ¿Los goles? Pablo Lugüercio abría la cuenta, Teo Gutiérrez por dos en la primera y segunda etapa, y sobre el final, apareció un endemoniado Gabriel Hauche.
El 3 de diciembre de ese mismo año, el equipo de Avellaneda volvía a visitar Santa Fe. Esta vez, por la fecha 17 del Apertura. Los dirigidos por Diego Simeone abrían la cuenta por medio de un zapatazo de Claudio Yacob desde afuera del área. Golazo. Y a los 12 de la parte complementaria, Valentín Viola definió cruzado para decretar el 2-0 final. Gran victoria para continuar como escolta, lejos por cierto pero segundo al fin, a 11 de Boca.
Ya en el Torneo Inicial 2012, la Academia volvía a tierras litoraleñas para medirse con Colón por la décima jornada. El equipo de Luis Zubeldía perseguía un objetivo: quedarse con los tres puntos y no despegarse del líder Newell´s. Cuando el partido moría y el empate asomaba como un resultado ideal por la dificultad del encuentro, apareció Luciano Vietto. La armó Centurión, toque de primera de Mauro Camoranesi para una definición de derecha por encima de Diego Pozo. Fue 1-0 final, triunfazo y seguimiento de cerca al líder leproso.
La última oportunidad en la que se enfrentaron en ese escenario fue aquel partido de agosto de 2013, por la primera fecha del Torneo Inicial. Empate 1-1 con goles de Bruno Zuculini, quien abrió la cuenta a tan sólo dos minutos de comenzado el partido, y Jacobo Mansilla para el rival, a los 25 de la primera etapa. Una cancha donde este elefante no muere. Vive.
Otro doblete de Fernando Valenzuela.
Calificativo de Olé: Genio y figura,.
Y mí abuela plancha resortes......
Valenzuela la rompe ahora en un equipo menor. Pero no pudo ganarse un lugar en la primera de un mediocre Chicago.