El Caos. La crisis. La quiebra. La liquidación de bienes. La Promoción. Los equipos lejos de los primeros lugares. La mala noticia como norma. La vida de Racing contrajo episodios a contramano de la primera era de su historia, en donde fue heptacampeón argentino, tricampeón profesional y campeón del mundo.
Pero desde 1968 en adelante, a excepción de algunos tramos de la segunda parte de la década del '80, Racing convivió con situaciones adversas. Mantuvo 35 años sin títulos locales, cayó en la depresión económica y la ausencia de protagonismo. Invirtió millones, armó algunos equipos competitivos pero apenas obtuvo los subcampeonatos de 1972 y 1995. En el medio, perdió la categoría en 1983, retornó a Primera en 1985, ganó la Supercopa Sudamericana de 1988 y, diez años después, su propio presidente decretó la quiebra del club, encontrando en aquella decisión la única solución posible.
Hace 20 años Racing era autorizado a jugar por un juez de vez en cuando, en sus Inferiores reinaba la desorganización, los acreedores se encimaban, y la salida parecía utópica. Todo le sucedía bajo la obligación de ser campeón, más allá del escenario. Pasó de ser un club respetado y protagonista a uno de angustias e hinchas mártires. Se le instalaron los motes de sufrido y de que siempre pierde. A fines de 2000, después del último puesto en el Apertura con apenas 11 puntos, Blanquiceleste S.A gerenció al club y un año después, de la mano Carlos Reinaldo Merlo y un equipo de solidez defensiva y utilitario, quebró la racha sin torneos locales: ganó el Apertura 2001. Aunque los problemas no terminaron allí
Lejos de aprovechar el envión, el club naufragó por una década de nuevos contrastes financieros, innumerables marchas por el retorno a la democracia y un nuevo trauma: la constante pelea por la permanencia que tuvo su punto cúlmine en la Promoción de 2008 con el triunfo 1-0 ante Belgrano de Córdoba. El advenimiento de las elecciones, construyó un club que generó nuevos espacios, terminó de fortalecer las Inferiores y contrajo un fuerte compromiso social. Aunque si algo faltaba fueron las renuncias del presidente y el vice en 2013, en el medio un pésimo arranque en el Torneo Inicial. La figura de Víctor Blanco, surgió desde un perfil subterráneo, austero y lleno de interrogantes.
Paleando las tormentas, Racing arribó al Torneo de Primera División de 2014 con necesidad de puntuación y se alimentó con el retorno a la Argentina de un hijo pródigo: Diego Milito, campeón en 2001 y formado en las Inferiores del club. Racing volvió a ser campeón después de 13 temporadas. Desde allí, la historia cambió. Racing se despidió de los promedios, de las deudas, de los juicios, transformó sus Inferiores, recuperó el protagonismo, dejó de ser un club perdedor, cambió drásticamente su mentalidad. ¿Cómo se produjo la transformación más grande del fútbol argentino de los últimos tiempos?
En primera instancia su resurgir pasó por las Inferiores. La construcción de un terreno baldío abandonado en el Predio Tita Mattiussi fue la primera acción fuerte de los socios en el medio del caos a fines de los 90. De allí surgieron una cantidad inagotable de recursos expresados en futbolistas juveniles: Romero, Moralez, Mercado, Yacob, Cabral, Zuculini, Vietto, De Paul, Centurión, Musso, Lautaro Martínez y Zaracho fueron apenas algunos de los ejemplos que le permitieron a la Academia ganarse el mote de club formador y recaudar alrededor de 80 millones de dólares en ventas de jugadores hechos en Avellaneda en los últimos 12 años.
Las Inferiores, sumadas a una administración que reguló contratos, renegoció deudas y potenció la imagen del club, fueron motivos suficientes para que Racing cambiara drásticamente su fama de deudor, caótico y carente de ídolos y consagraciones. Diego Milito, hoy manager y secretario técnico, y Lisandro López, goleador de la Superliga y actual capitán del equipo fueron los futbolistas más influyentes para las consagraciones de 2014 y 2018/19.
Hoy Racing arrojó un superávit de 600 millones de pesos en su último balance. Ganó 2 títulos de liga en los últimos 4 años y medio. Potenció sus Inferiores como su principal activo. Arma equipos competitivos, participa de torneos internacionales, olvidó la tabla de los promedios, armó una secretaría técnica, creció su masa societaria y transformó su éxito en un efecto dominó que promete mucho más.
Bien, de a poco la academia vuelve a ser LA ACADEMIA!!!
Vamos carajo!!! Falta una coronación internacional, y mantenerse siempre ahí, no se podrá ganar todos los años, pero pelear todo si. Racingpositivo
Más bien!!!!
Gracias licha, milito y blanco.