Racing y su primera historia de verano en La Feliz

Este lunes, desde las 22:10, Racing enfrentará a Gimnasia de La Plata. En vísperas del arranque del primer partido amistoso de pretemporada, recordamos el primero de todos los que se jugaron en Mar del Plata. En aquella ocasión, las presencia de Racing y River le dieron brillo a ese evento. Sin embargo, la final esperada por todo el país no se dio. En esta nota enterate qué pasó y cómo se desarrolló un cuadrangular bastante fuera de lo habitual. 

Se acerca una de las etapas donde no sólo se disfruta de un partido, sino que, a pesar de la pretemporada de los planteles, muchas familias viajan a la costa atlántica con la excusa de ver a su equipo. Pero... ¿Cuándo arrancó esta modalidad? ¿Quiénes fueron los primeros que disputaron un torneo en Mar del Plata? La respuesta es sencilla. Como siempre, Racing fue el primero. Junto a River, en 1968, decidieron participar del torneo de verano y le dieron una trascendencia que aún hoy se mantiene vigente.

Para eso, los organizadores tuvieron la brillante idea de invitar a dos equipos desconocidos en nuestras tierras. El Vasas de Hungría y la Selección Olímpica de Checoslovaquia. La intención de este torneo tenía como fin que el último campeón internacional (Racing) se enfrente ante el rival que le cortó el invicto de 39 partidos (River). Rememorando las batallas en la Copa Libertadores 1967, la idea era que se vieran las caras en una final. Un torneo que tuvo de todo, muchas complicaciones de por medio y un final inesperado. 

El equipo húngaro, luego de salir campeón de su liga, pasó por Chile a jugar un par de amistosos junto a la Selección Olímpica checa, la Academia y el Millonario por la Copa Chile. Ahí es cuando reciben un llamado de Buenos Aires. Esto no cayó muy bien en el gobierno de turno comandado por Juan Carlos Onganía, ya que Hungría era un país con fuerte tradición comunista, algo que no le gustaba al militar que ejerció de facto el poder en nuestras tierras. Algo tenía que hacer para que el seleccionado y el equipo de hierro, como dice la traducción a Vasas, no pisen suelo argentino. ¿Quién era el equipo de la capital húngara? Un club del Sindicato de Obreros Metalúrgicos que apoyaban el gobierno comunista y de izquierda. 

La invitación estaba hecha, al gobierno no le gustaba la idea y decidió poner miles de trabas burocráticas a las que los húngaros accedieron sin chistar, no se querían perder la oportunidad. Al final del torneo, seguro que se lamentaron que hayan pasado todos los obstáculos. 
Un dato muy llamativo de los húngaros, desde el día que llegaron al país hasta el día que jugaron con la Academia, es que entrenaron en doble turno. En la mañana lo hacían en la base naval y en la tarde en el Parque Camet. El primer turno hacían trabajos aérobicos. El segundo, todo con pelota. Algo innovador para la prensa local. 

El segundo partido de la Copa Mar del Plata fue protagonizado por Racing frente al club húngaro el 8 de febrero en el estadio General San Martín (hoy hay un supermercado en el lugar). Cayó la noche en La Feliz, la gente llenaba la cancha y veía a los equipos entrando en calor. La hora pactada llegó, eran las 22. Pero algo raro pasaba. El partido aún no comenzaba. El partido iba a ser trasmitido por tv y el canal estaba dando su novela de todos los días, por lo que se decidió postergarse por unos minutos, que parecieron durar una eternidad. Mientras los dirigidos por Juan José Pizzuti se quedaron en el vestuario esperando que los llamen para jugar, los futbolistas del Vasas se quedaron haciendo la entrada en calor en la cancha.  

Los húngaros dejaron mudos a todo el estadio. Pruebas de velocidad en todo el campo, piruetas en el aire y todo sin pelota durante quince minutos. Algún desprevenido habrá pensado que estaba frente a un típico acto circense. Más que de hierro, parecían de goma. Terminó la novela y el puesto de patys que daba a la avenida Champagnat se había hecho el día o la semana. La pelota se acomodó en el centro del campo de juego y el árbitro Ángel Coerezza dio el pitido inicial. A los 25 del primer tiempo, con gol de Juan Carlos Cárdenas, el campeón del mundo estaba al frente por 1-0. 

De pronto, la noche sufrió otro impedimento para las 15 mil almas que estaban presentes en el estadio. Una humareda se hizo presente y no dejaba ver qué pasaba dentro del campo. Los jugadores que iban al córner se esfumaban. ¿El motivo? El puesto de choripanes y hamburguesas empezó a largar tanto humo que fue un condimento más para una jornada difícil de olvidar. El conjunto del viejo continente marcó un antes y un después. Dio vuelta el partido con una gran actuación de Farkas y accedió a la final. 

Los húngaros pasaron de ser unos perfectos desconocidos a ser el saludo de todos los argentinos que los reconocieron caminando por la rampla de Mar del Plata. Llegaron diciendo que eran de hierro, pero, previo al duelo ante Racing, pidieron el día libre para ver a los lobos marinos característicos. Y para dejar a Hungría bien parado, también se dieron el lujo de vencer por 3 a 1 al Millonario. ¡Quién lo hubiera imaginado! El conjunto que llegó como relleno se quedó con el primer torneo de verano y se llevaron los flashes de todos los que los veían en la calle. Queda claro que, a la primera historia de verano en La Feliz, no le faltó nada.

Síntesis del partido

Jueves 8/2/1968 

Racing 1: Cejas; J.C. Díaz, Vilanoba, Basile, Manilo; Rulli, Wolff; Chaldú, Cárdenas, Salomone, Maschio. DT:Pizzutti 

Vasas 3:Kenderesi; Bacok, Meszoli, Hiasz, Matrais; Mathezs, Fister; Radics, Menczel, Farkas, Korsos. DT: Illovszki 

Goles: Cárdenas (25’), Menczel (34’), Mathezs (59’), Korsos (84’) 

Cambios: Puskas por Radics (36’); Chabay por Rulli (38’) y Joao Cardozo por Chaldú (38’). 

Fuente: La Nación