Un ex jugador de Racing ostenta un curioso hito que todavía nadie se lo pudo arrebatar. Conocé esta curiosa historia y de quién se trata. En los picados entre amigos o los partidos en el potrero, luego de la división de los equipos, siempre hay uno que los para en la cancha. El rápido arriba, el habilidoso al medio, los altos o no tan buenos abajo y, si hay, seguramente el gordito va al arco. Todos conocemos o pasamos ante una situación parecida. Pero, ¿siempre ocurrió esto en el fútbol? ¿Hubo jugadores de gran talla goleadores? Sí, los hubo. Y en el fútbol argentino hay un hombre récord que pasó por Racing.
Demetrio Conidares, oriundo de Tucumán, llegó a la Academia en 1933 tras su paso por Quilmes junto a Vicente Zito y Eduardo Leoncio. El traspaso del tucumano dio mucho que hablar en las gradas porque llegó con 107 kg. Un número poco alentador. Sin embargo, era muy rendidor en el área, gambeteador, iba bien de cabeza y, a pesar de su peso, ganaba en velocidad ante los centrales rivales. Parecía que, la alta exigencia que predominaba en Avellaneda, no era tanto problema para él.
Un personaje muy particular, según cuenta Carlos Aira en el diario La Libertad. Se lo veía antes de los entrenamientos comiendo un sandwich de salame y queso en la sede del club. Luego, volvía a las mesas para jugar a las cartas. Por otro lado, Fernando Paso Viola, historiador de Racing, cuenta que “En una oportunidad tuvo un choque con el arquero rival, llevando este la peor parte ya que Demetrio terminó cayendo encima de él. Cuando el guardameta se recuperó declaró que lo había pisado un barril, de allí le quedó el sobrenombre al jugador de Racing.” Aunque suene difícil de creer, los hinchas lo llamaban Barrilito o Toddy, como la marca de chocolate.
Más allá de lo curioso de su peso, en lo futbolístico fue importante. Debutó en la red el 29 de octubre de 1933 por la fecha 31 del campeonato en la victoria 4-1 ante Gimnasia de La Plata. En total, anotó en 32 ocasiones, luego de 65 partidos oficiales. Entre ellos, convirtió en la victoria por 4-0 a San Lorenzo en la final de la Copa Competencia de ese mismo año, y su segundo gol en el club. Además, un doblete a Boca y cinco goles, en dos partidos, a Independiente. El primero en el empate 3-3 y los restantes cuatro, en la victoria por 4-1 en el desempate de la semifinal.
El delantero de San Miguel de Tucumán, fue el goleador de esa Copa de Honor con 13 tantos. Se quedó en Avellaneda hasta 1937 y marcó un récord: ser el jugador más pesado del fútbol argentino. Por gramos no lo pasó Carlos Fazziola, arquero de Argentinos Juniors en los 50, al que los hinchas del Bicho le cantaban en cada intervención “Fazziola, Fazziola, la vaca voladora”. Atrás también quedaron CristianFabbiani y José Luis Chilavert con 106 kg. Demetrio Conidares fue, sin dudas, el campeón de los pesos pesados.
Autor: Facundo Olguín