Fue una guerra, una pelea tremenda. Racing no pudo brillar, no pudo repartir golpes para todos lados y poner en ridículo a su rival como el fin de semana pasado, pero otra vez logró que su adversario besara la lona. Con dos manotazos tremendos y en el momento justo, con Centurión como bandera, la Academia se trajo tres puntos importantísimos de Bahía Blanca.
Olimpo, apremiado por la pelea por la permanencia, lo jugó como una final. Pegó y repartió de lo lindo (Lautaro fue el más castigado). Con mucho juego brusco no dejó volar a los delanteros de la Academia y casi se queda con un punto. Pero Centurión, pícaro y picante, apareció para darle el triunfo a Racing: gol y asistencia para darlo vuelta y festejar, bailar y hacer delirar a todos los hinchas de la Academia.