Para enmarcarlo. Para poner rec, guardarlo y no dejar de mirarlo. De esos goles que le podés contar a tus nietos cuando el bastón sea tu fiel compañeros. La bocha ya entró en el ángulo y dejó parado a Lucchetti. Diego González no lo puede creer, pero enseguida se acuerda de ella, la más importante de todas a quien le regaló ese golazo. "Se lo dediqué a mi mamá que está pasando un momento difícil y no pudo venir a la cancha. No pensé que iba a ser terrible gol, pero la verdad que esto se da porque me siento cómodo y se me está empezando a dar", confesó el Pulpo, emocionado.
Otra vez determinante en un partido, con un gol y una asistencia (en el tercer tanto), el volante cada vez muestra una mejor versión. Con confianza y sacrificio, pisa el área con autoridad y busca el gol como su fuera un delantero más. "Veo que cuando la Pantera le pega venía muy fuerte y como la anterior la había querido parar y se me fue larga, en esa le pegué. Podría haber ido a la tribuna, pero por suerte estuvo de mi lado y entró", contó González.
Respecto a lo que fue el partido, el Pulpo reconoció que no se fue del todo conforme por el rendimiento que tuvieron en defensa, un error que vienen repitiendo en los últimos partidos. "Generamos muchas situaciones y no pudimos convertir todas, pero nos volvieron a convertir. Hay sensación de inseguridad y hay que corregir muchas cosas", aseguró.