Tucu Rojas: "Quiero triunfar en Racing para darle una mano a mis viejos"

Con la humildad y el sacrificio como bandera, Agustín Daniel Rojas sigue dando pelea para jugar en la Primera de Racing. El volante interno por derecha que este viernes cumple 20 años estuvo a un paso de subirse al avión rumbo a la pretemporada en Orlando pero una lesión lo dejó con las manos vacías. Pero rendirse no es una palabra que esté en su diccionario, y mucho menos en el de su familia. Esa que juntaba peso por peso en Tucumán para que pudiera viajar y seguir con sus sueños.

Mano a mano con RDA el pibe que estuvo a un paso de irse a Santamarina de Tandil contará, entre otras cosas, cómo se inició en el fútbol, cuáles son sus principales características como jugador y qué le falta mejorar para recibirse de futbolista profesional. Conocé la historia del Tucu, otro joven surgido del Tita que quiere lucirse en la Academia.

-¿Cuál fue la lesión que te impidió ir a la pretemporada con el plantel profesional?

-Lamentablemente, me resentí de un desgarro que había sufrido hace un par de meses. Me jodí nuevamente un izquiotibial de la pierna derecha y por eso no fui a Orlando. Es un bajón tremendo, pero tengo que seguirla luchando.

-¿Cuándo llegaste a Racing?

-Me vine por mi cuenta en 2015. Yo estaba jugando en las inferiores de San Martín de Tucumán y mi abuelo, Víctor Arancibia, me dio la idea de que me venga a Buenos Aires. Él es el que siempre me ha acompañado durante mi carrera. Aproveché que tenía mi tío acá para venime y probar suerte. De chico estuve en Renato Cesarini, una escuela de fútbol de Rosario, pero luego volví a Tucumán.

-¿Te costó alejarte de tu familia?

-Y sí, fue difícil. Me vine a los 15 años. Llegué a Buenos Aires el 15 de enero, no me olvido más. Me probé en Arsenal y fui durante varios días, me iba bien. Pero el viernes de esa semana me enteré que había una prueba en Racing y no lo dudé.

-¿Recordás cómo fue aquella prueba?

-Sí, obvio. Ese sábado me tocó ir al Tita y fui uno de los últimos en realizar la prueba, ya era casi de noche. Por suerte me fue muy bien y después de la práctica Fabio Radaelli me dijo que me presentara la próxima semana para entrenar con los de mi categoría. Luego de dos semanas, me propusieron formar parte de la Octava de Racing y sin dudarlo dije que sí.

-¿Te viniste sólo para acá?

-Como estaba mi tío acá en Buenos Aires, me quedé seis meses con él. Ya a mitad de 2015 me fui a vivir a Casa Tita.

-¿Quién te inculcó la pasión por la pelota?

-Siempre jugué al fútbol. Mi abuelo llevaba a mi tío a entrenar y yo siempre iba con ellos para patear un ratito, tenía tres o cuatro años. Un par de años después me puse a entrenar durante tres o cuatro años.

-¿Y en qué club comenzaste a jugar?

-Me fui a Rosario a los 10 años para jugar en Renato Cesarini pero extrañaba mucho a la familia así que me volví un año después. Ahí fui a San Martín de Tucumán y años después tuve la suerte de llegar a Racing.

-¿Cómo te describirías como futbolista?

-Diría que soy un volante al que le encanta tener la pelota y armar juego. En estos últimos meses le agregué sacrificio a mi juego, algo que me faltaba mejorar. Laburé mucho en eso para ser un futbolista más completo.

-¿Te ves similar a algún jugador de Racing?

-Al que más me parezco es a un jugador que se fue hace muy poquito. Creo que tengo algunas características similares a Pol Fernández. Me encanta pegarle al arco desde media distancia y soy el encargado de manejar la pelota parada también. Es una de mis mayores virtudes.

-¿Qué sentís que te falta para dar el salto a Primera?

-En los últimos partidos de Reserva me di cuenta que mejoré mucho. Para aspirar a llegar a Primera, es fundamental tener un rendimiento físico muy importante. No alcanza sólo con jugar bien cuando tenés la pelota, también hay que ser intenso para recuperarla.

-¿Cuándo entrenan con la Primera se nota la diferencia de categoría?

Al principio, nos costaban mucho las prácticas de fútbol contra los jugadores de Primera. Después nos fuimos adaptando y hoy por hoy logramos hacer mejores partidos.

-¿Cómo fue tu última temporada en la Reserva?

-Terminé el año de titular. Los últimos dos no los jugué por la lesión pero tuve un buen semestre. Anduvimos muy bien pese a que los resultados no nos ayudaron del todo.

-¿Cuál de tus compañeros en la Reserva es el que más te sorprendió por su nivel?

-Tuve muchos compañeros en excelente nivel. Pero al que mayor potencial le veo es a Alan Ortiz. Lamentablemente se lesionó pero en cuanto se recupere no tengo dudas de que la va a romper.

-¿Extrañás mucho Tucumán?

-Extraño mucho a mi familia pero acá en Casa Tita te hacen sentir lo mejor posible para poder soportar la distancia. Igual estoy constantemente hablando con mis viejos. Ellos me bancaron desde chico pero como laburaban, el que más me acompañó en todo el proceso fue mi abuelo.

-¿Son muchos en tu familia?

-Tengo dos hermanas más chicas. Mi familia es muy humilde. Mis viejos hicieron hasta lo imposible para que yo pueda dedicarme a esto, sacaron de donde no tenían para bancar mis viajes. Yo quiero triunfar en Racing para darle una mano a mis viejos.

-¿A qué se dedican tus viejos?

-Mi vieja siempre laburó de administrativa en una farmacia y mi viejo es albañil. En Tucumán la gente es muy humilde. Mi barrio se llama Colonia Uno, en la ciudad de Cruz Salta. Está a 20 o 30 minutos de la capital. Gracias a Dios y al esfuerzo de mis viejos no me faltó nada.

-¿Qué sentís al ser apodado con una referencia directa a tu provincia?

-Me encanta que me digan Tucu. La verdad que es un honor representar a mi provincia acá en Racing.

-¿Cuál es tu máximo sueño?

-Mi máximo sueño es jugar en la Primera de Racing y poder ganar algo con este club. Acá la gente es única, muy apasionada. Quiero dejar mi huella.